miércoles, 21 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

A primera hora de la tarde me subo a un tren rumbo a Barcelona para pasar dos semanitas en casa. Eso significa que, a partir de esta noche, entro en un tratamiento intensivo de engorde de tal calibre que me río yo de lo que les hacen a las ocas para conseguir foie. El tratamiento en cuestión está creado y dirigido por mi madre que, además, no permite que te saltes ninguna de sus fases: desayuno, aperitivo, comida, merienda y cena. Así que en cuando vuelva a Madrid no me queda más remedio que meterme en el gimnasio y no salir otras dos semanas para contrarrestar los efectos del tratamiento. Volveré a primeros de enero para contaros como van mis nuevas dimensiones. Os deseo Feliz Navidad y que el 2012 no sea peor que éste.

Downtown Abbey

Estoy totalmente enganchada a esta serie. Ayer quedé para tomar una copa pero dejé bien claro que a las diez y media yo estaría sentada en el sofá pasase lo que pasase, y así fue. Hacía tiempo que no me ocurría. Normalmente no hay nada en la televisión lo suficientemente atrayente para mí como para perderme un plan, pero desde que existe esta serie no puedo esperar a que llegue el martes por la noche. Además he de agradecer que no se están pasando con la publicidad porque habitualmente, por culpa de ella no veo ni una película hasta el final. Es cierto, llegan las diez de la noche y empiezo a ver algo, pero en los primeros anuncios noto que me entra el sueño y antes de quedarme dormida en el sofá y despertarme con un horroroso dolor de espalda horas más tarde, prefiero meterme en la cama, así que sobre las diez y media estoy en mi sueño más profundo. Excepto los martes, los martes me tomo un par de Coca-colas por la tarde para poder estar despierta hasta el final.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Frío polar

No sé porque me empeño en vivir en el Polo Norte. ¡Ala exageradaaa! Es lo que está oyendo mi cabeza con más de una voz totalmente reconocible. Vale, no vivo en el Polo Norte, pero sólo geográficamente porque mentalmente me siento totalmente inmersa en él. Yo, con lo friolera que soy, debería vivir en el Caribe, entonces no sufriría estos -50C que estoy sufriendo, porque aunque estemos a 3C o 4C, mi cuerpo siente -50C. En este momento llevo 3 capas y aún no me he puesto ni el abrigo, ni los guantes ni la bufanda y sé que en cuanto salga a la calle se me saltarán las lágrimas del frío. Lo peor de todo es que el frío, frío sólo acaba de empezar, que aún quedan dos mesecitos finos antes de llegar a una temperatura soportable para el ser humano en vez de para los pingüinos. ¿Dónde está ese veranito?

Enajenación mental transitoria

Todos tenemos algo que nos hace entrar en un estado de locura. Un amigo mío es con las direcciones, no soporta que le lleven la contraria respecto a qué camino tomar y le encanta guiar a los turistas. No hace mucho tuvo un incidente en un taxi con dos amigas al respecto. Según me han informado fue como ver la transformación de Dr. Jekyll en Mr Hyde en vivo y en directo. Otro amigo mío, ayer me explicó, que no soportaba rabietas infantiles a adultos caprichosos, eso le saca de sus casillas. También ha tenido un pequeño percance hace poco al respecto. A mí, en cambio, puede irritarme de manera asombrosamente preocupante que la gente no escuche. Estar en una conversación y que varias personas estén discutiendo sobre un tema, diciendo exactamente lo mismo pero no entendiéndose, me crispa hasta niveles insospechados. Afortunadamente esta enajenación mental es transitoria, dura unos minutos, excepto en caso de psicópatas, supongo, pero de esos, no creo conocer ninguno.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Cena de Navidad

Ayer tuve cena de Navidad. Hicimos el robo de regalos y volví a casa con una novela. El año pasado fue la lupa, que por cierto, debería haberla utilizado un poco más. Pero te confías, crees que lo ves todo sin necesidad de ayuda, hasta que te das un castañazo y te das cuenta que en realidad no ves absolutamente nada.
Ayer hubo regalos de todo tipo, desde un usb hasta un futbolín, pasando por una sartén para hacer un huevo frito, solo uno o dos si son de codorniz. Lo primero que me tocó era una bata de guatiné azul (para que fuera unisex)con toritos y corazones. ¿Quién une cuernos y corazones en un mismo diseño? Supongo que un visionario. En fin, que como tenía el número 3 no podía elegir mucho pero el libro me apetecía, así que tuve suerte. Quien no tuvo tanta es a quien le quité el libro y se llevó la bata. ¡Va a estar guapísimo y muy sexy por las mañanas! Lo siento, pero no tuve más remedio.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Vieja, vieja, vieja

Ayer fue el cumpleaños de uno de mis sobrinos, el mayor. Cumplía 11 años. Pero no es eso lo que me hizo sentir como una ancianita. Lo que me hizo sentir como si tuviera 150 años fue lo siguiente: me preguntó si había recibido su email (sí, sí, la criatura tiene email) de hacía un par de días. Era una imagen retocada. Le dije que sí y que si lo había hecho él. De pronto me acordé que lo había recibido a media mañana y le pregunté si a esa hora, en teoría, no tenía que estar en clase. Me dijo que sí, que estaba en clase, de hecho, lo que me había enviado era un trabajo de clase. Le contesté que si en mi época eso hubieran sido los trabajos de clase, el colegio me hubiera gustado mucho más. Y entonces vino el desastre cuando me dijo "Pero es que entonces no había ordenadores" ¡Aaaaarrghhh! ¡Claro que los había, incluso teníamos clase de informática! Le solté. Y él añadió ¿Pero a qué eran unos tochos? ¡Ay! Ya no puedo negar más la evidencia, soy una vieja.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Espíritu navideño

El otro día le dije a un buen amigo que este año tendría que ser él quien tuviera espíritu navideño. Luego lo pensé mejor. Me gusta la Navidad, me encanta, así que nadie me va a quitar las ganas de celebrarla. Sé que por un lado es un agobio; los regalos, las cenas, amigos invisibles, etc. Pero por el otro, es tan divertido; encontrar "ese" regalo perfecto, coincidir milagrosamente con todos tus amigos en una misma noche o llevarte por 15 euros algo totalmente inútil pero distinto. Luego está la lotería. A mí jamás me toca, ni siquiera las gracias por participar, pero desde hace una semana ya tengo los décimos de la familia, de amigos, de ese bar que vas día sí y día también... y no dejo de pensar que pasaría si me tocara, aunque fuera el reintegro. ¡Qué subidón! En fin, que ya estoy en pleno ataque navideño y no puedo esperar a coger el tren a Barcelona para hacer como El Almendro.

martes, 13 de diciembre de 2011

Dios los cría...

Es cierto, nos rodeamos de personas afines a nosotros. Aunque tengo un montón de amigos de lo más dispar, en el fondo, somos bastante parecidos en nuestra manera de distinguir el bien del mal. Y aunque esa distinción parece obvia, no lo es para nada. Los límites éticos y morales varían de una persona a otra de maneras insospechadas. Lo que para mí es blanco o negro para el de al lado puede ser de un color totalmente turbio. Y lo que yo puedo comprender perfectamente para el de enfrente es indescifrable. Me considero una buena persona, y ¿quién no? Y aún así estoy segura que hay quien le parezco Cruella de Vil (que ya me lo han llamado alguna vez). Por eso creo que buscas a amigos que comprendan tus actos que a otros les pueden parecer verdaderas maldades.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Despistada

Por increíble que parezca, hoy tengo que volver al supermercado. Ayer, ya desesperada, hice una lista. Sólo tenía que comprar cinco cosas pero viendo cómo me había ido la vez anterior, decidí asegurarme. Llegué al súper y compré lo que ponía en la lista. Bien, me dejé una porque puse dos veces la misma, y lo mejor de todo, es que la que estaba doble la compré dos veces. Por mucha lista que hagas si la lista está mal, no hay nada qué hacer. Queda bastante claro que mi cabeza ha dejado de funcionar. Como siga así, al final no voy a saber ni como me llamo. Concentración, concentración. Eso me voy diciendo desde ayer cuando me di cuenta que otra vez me había dejado algo. Y lo intento pero... La buena noticia es que voy volviendo a ser yo misma, después de unas semanas hundida en un pozo oscuro empiezo a ver la luz, evidentemente difusa aún (no hay más que ver lo despistada que estoy) pero ya es algo.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Maruja

Llevo unos días de maruja y no puedo más. Lo siento, las tareas del hogar me aburren un montón, pero hay que hacerlas, claro, no hay más remedio. Ayer fui a la compra, después de llegar a casa rezando para que las bolsas, que parecen de papel de fumar, no se rompieran por el camino, me di cuenta de que me había dejado un montón de cosas. Volví al súper (no al mismo, una tiene su orgullito) y volví a cargar bolsas. Esta mañana tengo que volver. ¿Pero qué me pasa? ¿Dónde tengo la cabeza? Cada vez me dejo alguna cosa. Normalmente no me importaría, pasaría sin ello, pero como este fin de semana y toda la que viene tengo visitas, no puedo dejarme cosas. Todas serán necesarias. En mi defensa he de decir que vienen niños y no estoy acostumbrada a "esa compra"(leche entera, yogures de sabores, galletas...) ¡pero de ahí a tener que volver tres veces! En fin, espero que a la tercera vaya la vencida y pueda declarar mi nevera en perfecto estado de revista. Eso sí, hacía siglos que no estaba tan llena.

martes, 29 de noviembre de 2011

Ignorando

Hay gente que no te la quitas de encima ni con agua caliente. Cuando menos te lo esperas vuelven a intentar formar parte de tu vida y eso que tu ya cerraste la puerta con doble vuelta y dejaste la llave puesta, no sea que se crea tener la maestra. El otro día, en Facebook intentó agregarme como amigo alguien que hace años decidí sacar de mi vista. Ya lo ignoré hace más de dos años, y ¡oye! insiste. Evidentmente: ignorar, ignorar, ignorar. Pero me sorprende la perseverancia de la gente y el no darse por aludido. No sé si es que no soy lo suficientemente clara hablando o el "no" no entra en su vocabulario. De todas formas, qué bien que exista la opción de ignorar, la opción de borrar emails sin leerlos y sobre todo la identificación de llamada. Facilita mucho las cosas.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Marcando territorio

Por lo visto, los hombres con una mirada se entienden entre ellos. ¡Lo que daríamos las mujeres porque también nos entendieran así! Pero para conseguirlo se necesita tiempo. Entre ellos se entienden con perfectos desconocidos en un momento. El otro día, estando con dos amigos saludé a un tercero. No se conocían personalmente entre ellos y tras los primeros 30 segundos de educación, mis dos amigos desaparecieron. Yo estuve cinco minutos hablando con él y volví con mis amigos. Me contaron que el tercero en cuestión los había "echado". ¿Echado? Sí, sí, entendieron que sobraban. ¡Vaya! A mí me pareció que eran imaginaciones suyas. Pero ellos insistieron, con una mirada les había dicho "estorbáis". Yo sigo sin tenerlo tan claro pero si tiene una mínima parte de verdad, ¿por qué a nosotras no hay manera de que nos lean así de fácilmente?

martes, 22 de noviembre de 2011

Proposición

El otro día un amigo me hizo una proposición de lo más sorprendente. Íbamos paseando por la calle Serrano cuando de pronto me suelta: ¿por qué no adoptas una niña? Yo, ojoplática le pregunté si estaba loco. "Podríamos adoptarla juntos" añade. ¡Ja, ja, ja! Prefiero reírme. Primero, no tengo ningunas ganas de niños, se olvidaron de ponerme ese reloj biológico que dicen que tenemos las mujeres a partir de una edad. Segundo, si los quisiera, aún estoy en edad de hacerlo de la forma tradicional y tercero ¿pero cómo voy a adoptar una niña contigo, que por muy amigos que seamos, no podemos pasar más de 24 horas juntos sin que acabemos peleados? Eso ya sin tener en cuenta que vivimos en sitios distintos, lo que la logística se complicaría bastante. En fin, que luego dicen que yo, a veces tengo ideas de bombero, pero es que todo se pega...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Fin de semana intensivo

Este fin de semana no he parado y eso está bien, agotador, pero bien. Salí el jueves a tomar una copa, comí el viernes con un amigo y por la noche fui a conocer un sitio nuevo que no me gustó. El sábado fui a un cumpleaños y ayer domingo volví a cenar fuera. Empiezo la semana muy cansada, pero contenta porque excepto un pequeño momento de debilidad el sábado por la tarde cuando me creí tan fuerte que podía aguantar ver "Otoño en Nueva York" y un par de momentos más en que un par de personas me han preguntado qué tal estaba, el fin de semana ha sido un paso adelante, un gran paso. Eso sí, me he dado cuenta de que, de momento, tengo que renunciar a mis películas favoritas, nada de comedias románticas o melodramas sensibleros, sólo acción y terror. Mi compi de cine tiene que estar saltando de alegría, porque por una temporada se va a librar de un montón de argumentos caramelizados.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Perdida

Estoy un poco perdida, por más que me busco no acabo de encontrarme. Iba a rezar a San Antonio que es el encargado de encontrar objetos perdidos pero luego me acordé que también es el de los novios y pensé mejor dejarlo estar, no vaya a ser que me equivoque en la oración y la liemos, no está el horno para bollos. Así que tendré que hacerlo yo solita, sin ayuda divina. Claro que también puedo llamar a San Crispín que buscando sitio para aparcar o taxi, no falla nunca. ¿Servirá también para encontrarme a mí? Mmmmm, no sé yo. En fin, que mientras estoy inmersa en la búsqueda, puede que esté un poco desconectada del mundo, así que pido paciencia, prometo volver totalmente recuperada y en mi salsa.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Los rompecorazones

Hay personas que hacen una bola con tu corazón y la lanzan contra una pared. Evidentemente a la pared no le pasa nada, ni un rasguño, pero tu corazón se queda en el suelo hecho pedazos. Tú recoges los trocitos y empiezas a pegarlos uno a uno, con cuidado y poco a poco, ya que has de ir esperando que el pegamento se seque. De pronto, te das cuenta de que te falta una pieza, el rompecorazones siempre se lleva una de recuerdo. La que te falta nunca es la rabia, el dolor o la impotencia, sino que suele ser la inocencia, la seguridad en ti misma o la dulzura. El rompecorazones se la lleva a casa, a veces para ponerla en una vitrina como un trofeo y deleitarse mirándola, otras para dejarla en cualquier rincón y olvidarla. Tú, una vez tienes el corazón recompuesto más o menos, decides meterlo en una caja de acero y pones una alarma y un perro guardián para evitar que vuelvan a acercarse a menos de un metro. Hay que protegerlo porque no sabes si la próxima vez serías capaz de recomponerlo de nuevo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Frágil

Me sorprende como tratamos mejor a las cosas que a las personas. A las obras de arte, la vajilla, la cristalería o cualquier objeto que le tengamos cariño lo tratamos con mimo y con cuidado. Si queremos transportarlos, los envolvemos con papel burbuja, ponemos espuma y los metemos en cajas con grandes letreros que pone: FRÁGIL. Si alguien se acerca para admirarlos no se nos olvida el decir: ten cuidado que se rompe. Y cuando simplemente queremos cambiarlos de sitio, con mucha suavidad los cogemos y los movemos despacio por miedo a que se nos caigan. En cambio, cuando se trata de personas, que considero, somos más delicadas que las cosas y que tendríamos que llevar tatuada por todo el cuerpo la palabra frágil, se nos olvida ese mimo. La gente olvida que no somos de titanio y cristal antibalas, sino de carne y hueso y nos tratan con frialdad y dureza. Cuando de repente te encuentran enfrente y consideran que estorbas, con un manotazo y un "¡apártate que estás en medio!" te empujan a un lado sin pestañear, y te sientes una piltrafilla, el ser más diminuto del mundo, porque has visto como incluso a una oruga la ha tratado con más cariño que como te ha tratado a ti.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Dura

Ayer me dijeron que era dura. Lo dijeron con cariño, entre risas y sin ninguna mala intención. Me reí y dije que sí, que era dura pero en el fondo pensé: ¿yo dura? ¡Ja! Pero en fin, no hace falta que te enteres aún... Ya lo verás con el tiempo y te aprovecharás del trozo de pan que soy, mientras tanto, voy a ver si me aprovecho yo un poquito.
Por lo visto, cuanto menos caso haces, cuanto más difícil pareces, más le gustas a los hombres. ¿Es que son masoquistas? Yo no lo puedo comprender. A mí me encanta que me mimen, en realidad, que me malcríen, para que negarlo. En cambio a ellos, cuánto peor les trata una mujer, más la persiguen. ¡Es absurdo! Así no hay quien se ponga de acuerdo.


miércoles, 2 de noviembre de 2011

Halloween

Parece que la fiesta de Halloween se va imponiendo. La gente se disfraza y los niños van por las casas pidiendo caramelos. A mí no me gusta disfrazarme así que ha sido una suerte que esto no me haya pillado de pequeñita, aunque lo de los caramelos sí me hubiera gustado. El lunes por la noche vi como, en bicicleta y patines, pasaban un montón de personas disfrazadas de monstruos, zombies y brujas. No lo entiendo. No entiendo que la gente quiera ponerse voluntariamente algo que favorece tan poco. Los había que incluso se habían maquillado, por si ponerse ropa harapienta no fuera suficiente. Hay que ver lo que hace la televisión, dentro de nada acabaremos celebrando el 4 de julio con fuegos artificiales y barbacoas. En cambio los Reyes sigue siendo una fiesta totalmente nuestra, no hay manera de exportarla. ¡Qué mal se nos da vendernos fuera!



jueves, 27 de octubre de 2011

Barreras

Ayer una amiga comentaba que de ahora en adelante, cuando se enamorara, pondría barreras. Y digo yo ¿cuando sabes que es el momento de poner barreras? Decía que el amor es muy bonito pero que tienes que poner límites. Todo eso está muy bien, racionalmente hablando, pero cuando te enamoras eres todo menos racional. Así que para cuando te das cuenta que quizás tenías que haber puesto un límite en el momento de ceder a todo, ya es tarde. Además, poner barreras y límites me parece tan frío... A mí, que soy bastante más cabeza que corazón (tengo que reconocerlo aunque no acabe de gustarme) ya me cuesta, pues no quiero ni pensar en las mujeres que son todo lo contrario. Añadió que ellos lo hacen, que sufren menos. No me lo creo, aunque muchas veces me quejo de la forma de pensar de los hombres, decir que no tienen sentimientos me parece cruel. Creo que aunque tienes que intentar no perder el sentido, tampoco tienes que convertirte en la mujer de hielo, porque eso no le gusta a nadie, ni siquiera a ti misma.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Esquivando las balas

A medida que te haces mayor vas aprendiendo a esquivar las balas y, supongo, que llegado un momento, eres mejor que Keanu Reeves en Matrix. Ayer conseguí esquivar una, y como hasta hora siempre me daban de pleno, me sentí muy orgullosa de mí misma y también más vieja, para que negarlo. Aunque la guerra no ha terminado, la primera batalla se ha decantado por mi ejército que se compone de : "¡Ah no! ¡Por ahí no paso!" "Démosle la vuelta a la tortilla"y "Sí, sí, lo que tú digas, pero no". Entre estos tres generales y eso sí, sonando todo a broma pero hablando en serio, poco a poco voy defendiendo mi terreno. ¡¡Pero es agotador!! Tienes que tener mano izquierda y mucha, mucha paciencia para no salirte de tus casillas y perder la razón por las formas. Además aunque lo comprendes todo, el de enfrente no tiene porque enterarse siempre. La comprensión está muy sobre valorada últimamente.

martes, 25 de octubre de 2011

A contracorriente

Siempre he ido a contracorriente sin quererlo, ni buscarlo. Ahora está de moda salir con hombres más jóvenes que tú, muuuucho más jóvenes que tú, una especie de "El graduado". Desde que Demi Moore empezó a salir con ese actor (soy incapaz de recordar el nombre) más joven que ella, empezaron a salir un montón de parejas, donde ellas, estupendas habiendo hecho un trato con el diablo (y su cirujano plástico) salían con hombres más jóvenes. A mí, en cambio, me siguen gustando mayores, muuuucho mayores que yo. No puedo evitarlo, en cuanto me presentan a alguien que es menor que yo, aunque sea un año, no hay nada que hacer, me cierro en banda y, por si acaso queda alguna duda, le llamo pipiolo. En cambio, como pasen de los 45 y sean atractivos... ¡ay! Y eso ha sido desde siempre, ya he dicho alguna vez que llevo enamorada de Pierce Brosnan desde que tengo 15 años. Por lo que no es cierto eso que el amor no tiene edad, claro que la tiene, sólo que para cada uno es distinta.

domingo, 23 de octubre de 2011

El mapa

Tengo una amiga que dice que necesita un mapa, yo creo que lo que necesita es un navegador último modelo, de esos que hasta que no les haces caso no se callan. Y es que la "chiquilla" está más perdida que un pulpo en un garaje. Tiene que sacarse a alguien de la cabeza y está convencida y decidida pero no sabe cómo. Yo le he dicho que tiene que crearse un mapa hasta llegar al destino deseado; es decir que paso a paso consigamos que ande un poquito en vez de seguir estancada en el mismo sitio. No es fácil, lo sé, pero o empieza a actuar o esto se va alargar eternamente, y lo digo porque no es que lleve un par de meses así ¡es que lleva años! Pero hemos dado un gran paso: es consciente de que tiene que hacer algo al respecto (menos da una piedra).
Pero claro, luego hablas con ella y aunque parece que está tomando cartas en el asunto ¿a quién vamos a engañar? En fin, que habrá que configurar el gps y bloquear la función de silencio para que pase lo que pase no pueda callarlo hasta que lo obedezca.

viernes, 21 de octubre de 2011

Comunicado

El día de ayer nos lo vendieron como un día histórico para nuestro país. Nada me gustaría más que creérmelo pero ya hemos tenido comunicados antes y han durado lo que a ellos les ha interesado. La banda terrorista ETA nos dijo ayer que dejaba la lucha armada definitivamente. ¿Es cierto? ¿Se acabaron las bombas y los asesinatos? Me pregunto si esta mañana todas las personas amenazadas han despedido a sus guardaespaldas, no han mirado debajo del coche y han salido paseando por la calle tan tranquilas.
Pero pensemos que es cierto, que definitivamente no van a atentar contra nadie más, me alegro, me alegro muchísimo pero creo que el comunicado es bastante indignante. Para empezar hablan de lucha ¿perdón? No ha habido lucha, ha habido actos cobardes por su parte mientras el resto de ciudadanos aguantábamos la rabia y esperábamos que la policía y la justicia hicieran todo lo que estaba en su mano para pararlos. Después se acuerdan de sus compañeros y compañeras muertos ¿y las más de 800 víctimas asesinadas por ellos? Y encima hablan de los que sufren en la cárcel y el exilio, en vez de llamarlos por su nombre: condenados por sus actos y huidos de la justicia. Me parece un problema de vocabulario bastante importante.
En fin, que además de este cese de violencia, hubiera sido un verdadero gesto valorado por todos el pedir perdón a todas las familias que han destrozado y mostrar compasión y arrepentimiento sobre ello. ¿Es demasiado pedir?

jueves, 20 de octubre de 2011

Complicadas

Los hombres siempre dicen que somos muy complicadas y que ellos son básicos. Ja, ja, ya me gustaría a mí que las cosas fueran así. Ni nosotras somos tan difíciles ni ellos tan sencillitos. Pero es algo que después de tantos años diciéndolo se ha llegado a considerar una máxima de verdad absoluta y ellos la creen a pies juntillas.
Otra de las convicciones de los hombres es que les pedimos que nos lean la mente. Que nos gustaría, sí, que sepamos que eso no es posible, también. En realidad son ellos quienes lo piden. Tenemos que adivinar cuando están cansados, enfadados o hartos de tanto trabajo, aceptar que eso no va con nosotras y además darles apoyo y comprensión. ¡Qué seamos unas santas, vaya! Pero si nosotras estamos agotadas, de mal humor o estresadas, su visión es que somos muy difíciles de contentar.
Definitivamente no es justo como está montado todo este lío de hombres y mujeres.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Ceda el paso

Me he dado cuenta que últimamente cedo yo siempre en todo. ¿Debería ser más fuerte? ¿Enfadarme más? ¿Y qué gano enfadándome? Un disgusto y una pérdida de tiempo. La gente va tirando de ti cada vez más hasta que la cuerda se rompe. Yo en vez de cuerda debo tener una goma mega elástica. Nunca acaba de romperse y eso que yo le pongo ganas, pero no, al final cedo. Por muy decidida que esté a ser más dura, no lo consigo. ¡Qué desastre! No sé si es cuestión de ponerle más voluntad o que simplemente no sirvo para eso. Tengo grandes amigos, pero a su manera, algunos de ellos, tiran y tiran, y claro, como yo nunca protesto, siguen tirando. ¿Cómo los paro? ¿Gritando basta? Debería hacerlo porque empiezo a estar bastante cansada, física y psíquicamente, así que mejor que vayan con ojo, no sea que despierten a la bestia.

martes, 18 de octubre de 2011

No se puede tener todo

Ayer una amiga, chateando, me dijo que no se podía tener todo, y aunque estuve de acuerdo, no dejo de preguntarme ¿por qué no? ¿Por qué siempre hay que renunciar a algo? ¿Por qué tienes que sopesar las cosas y decir adiós a algo para tener otra? No me parece justo. Lo sé... no hay justicia en el mundo. La vida está hecha de frases que nos empujan a resignarnos ante lo que tenemos y lo que no tenemos. Yo no es que sea una revolucionaria, es más, opino que no me puedo quejar (otra frasecita para el recuerdo) y hay quien cree que no tengo derecho a quejarme. Y no lo hago, no me quejo, ¿pero es tan terrible querer más? ¿Quererlo todo?

lunes, 17 de octubre de 2011

El notas

Hay gente que le encanta llamar la atención, les encanta ser los protagonistas de todo, aunque no les toque, hablo de esas personas que incluso van de blanco a una boda. Yo, que lo que quiero es que nadie sepa que existo para así poder observar con más libertad, no los comprendo.

Ayer comiendo con unos amigos recordaron cuando intentaron presentarme a uno de ellos. No era mi tipo para nada, ni siquiera lo encontré tan guapo como todo el mundo decía. Pero según uno de ellos, yo soy taaaaaan discreta que eso es lo que me conviene, alguien a mi lado llamando la atención. ¡Claro! Como no suficientemente facilidad para ponerme colorada ¿verdad?, lo mejor es asegurarse de llevar a alguien al lado que te haga subir los colores. Normalmente no sufro de vergüenza ajena, pero de ahí a que mi acompañante sea un notas ¡aaaaarrrgghh! No, no y no. No creo que lo que la gente necesite sea justamente su ser opuesto para sentirse completa. Debe haber diferencias, por supuesto, eso positivo pero ¿blanco y negro? Me parece demasiado.

viernes, 14 de octubre de 2011

Tomadura de pelo

El fin de semana pasado me tomaron el pelo, y nunca mejor dicho porque fue en la peluquería. Fui el viernes a cortarlo y ya por eso me cobraron lo que no está escrito. Al menos no caí ni en comprar el champú y la mascarilla que me ofrecían, ni en hacerme el tratamiento de "liso perfecto". Si llego a caer tengo que empeñar un riñón para pagarlo. Pero lo fuerte fue el sábado.

Como tenía una boda fui por la mañana para repasarme (tener el pelo rizado y querer llevarlo como una japonesa es lo que requiere). El peluquero, cuando le dije el evento, me preguntó cómo era el traje. Se lo describí y me sugirió, el valiente, que podría ir con una cola de caballo. Yo sorprendida pensé ¿eso que me hago en el pelo para ir al gimnasio? Va a ser que no. Entonces me sugirió un medio recogido, es decir coger los mechones de delante y agarrarlos detrás. Bueno, pensé, será algo distinto. Empezó a peinarme y a ponerme tal cantidad de clips que menos mal que no iba a un aeropuerto porque hubiera pitado igual que si llevara una ametralladora en el bolso. Yo iba observando y no me convencía nada, pero decidí dejarlo acabar antes de pararlo, no fuera a ser que al final mejorara. Cuando acabó me había subido tanto el pelo que parecía Ivana Trump. Educadamente le dije que no me veía, que no iba a ir cómoda porque no era yo. No le gustó pero lo aceptó y quedamos en que me haría algo más sencillo. A la tercera no va la vencida, es decir, no me veía maravillosa de la muerte, pero no estaba mal y no me apetecía lo más mínimo volver a intentarlo. Así que lo dejé estar, estaba correcto, sin echar cohetes pero bien. Cuando fui a pagar casi me da algo. Me cobraron 49 eurooooos!! ¿Perdón? ¿Los clips son de plata? ¿Eres el peluquero de las estrellas? Pagué resignada y me fui a casa jurando y perjurando que no volvería e esa peluquería nunca más. ¡Menuda tomadura de pelo!

jueves, 13 de octubre de 2011

Tu tiempo no es mi tiempo

El otro día no tuve más remedio que enfadarme con un buen amigo. Quedamos que se pasaría por casa el domingo sobre las cinco de la tarde. A las cinco y media me envía un mensaje diciendo que había ido a comer con sus padres, que me avisaba cuando estuviera entrando en Barcelona. ¿Cómoooo? Le contesté que vale pero que podría haber avisado antes. Pero ahí no acabó la cosa. A las siete me envía otro diciendo te llamo luego. ¡Pero bueno! En fin, pensé, puede haberle pasado algo y le pregunte si todo bien. ¡Me contesto a las ocho y mediaaaa! Me contó un problema que había tenido y que me llamaba al día siguiente. Yo estaba ya queriendo matar a alguien y le dije que todo eso podría habérmelo dicho horas antes. Luego le costó cinco días en llamarme para disculparse. Evidentemente, se me pasó el enfado y quedamos aquella noche.

Pero había perdido toda una tarde que podía haber aprovechado para ver a otros amigos. Cuando voy a Barcelona suelo tener el tiempo bastante apretado y no es fácil ver a todo el mundo. Además me parece increíble el poco respeto que a veces muestra la gente por el tiempo de los demás. Al menos, pienso, habíamos quedado en casa, si llegamos a quedar en un bar, me da algo. Mis años en Inglaterra me educaron en la puntualidad que, una vez de vuelta en España, en vez de una virtud se convierte en un castigo. Desaprovechas un maravilloso tiempo esperando, pero por lo visto tienes que aceptarlo como algo normal. Cinco minutos no pasa nada, diez es normal, quince es aceptable y veinte puedes empezar a protestar. ¡Pero bueno! Si se queda a una hora es a esa hora y no más tarde.

martes, 11 de octubre de 2011

Alberto me dio la boda

Sé que nunca pongo nombres pero esta vez Alberto se lo ha ganado a pulso y además está enterado así que ¡qué apechugue! Que conste que estoy siendo buena porque la amenaza consistía en nombre y apellido pero bueno, he decidido que con el nombre ya tiene castigo suficiente.
El sábado tuve una boda. La boda fue muy divertida, en un sitio estupendo con un vistazo y con un montón de amigos a los que no veo mucho, así que prometía. Todo iba a las mil maravillas hasta que Alberto decidió hacerme un interrogatorio propio de la Gestapo que empezó en el aperitivo y duró toda la cena. No contento con mis respuestas, además se dedicó a rebuscar en internet cualquier información o personajes parecidos en la red y a compartirlos con el resto de la mesa. Por más que yo intentara cambiar de tema, él volvía a lo mismo sin compasión. Cansada de ser el centro de la conversación agradecí que la cena, por fin, acabara.
Así que, Alberto, tal y como amenacé cuando mis súplicas no surtían efecto, eres el primero al que nombro en mi blog y no para decirle bonito justamente. Por otro lado, gracias por recogerme y llevarme a la iglesia, y a parte de nuestro pequeño desacuerdo sobre temas de conversación, me gustó verte.

jueves, 29 de septiembre de 2011

El foco

Este fin de semana me voy a Barcelona unos días. Me apetece mucho porque hace ya unos meses que no he estado pero por otro lado, sé que me voy a enfrentar a "el foco". Sí, sí, me esperan más interrogatorios que a Gadafi en cuanto lo pillen. En fin, es lo que hay. Ya me han contado que se ha intentado hacer pesquisas por las puertas traseras y también me han confirmado que sin demasiado éxito. ¡Ay! Todo sea por la causa, supongo. Así que voy dispuesta, no preparada porque yo nunca estoy preparada aunque me crea lo contrario, pero sí resignada al aluvión de preguntas. Y aunque lo voy a intentar, no creo que me permitan a acogerme a la quinta enmienda y permanecer en silencio. Y es que no hay derechos del ciudadano en las repúblicas independientes de cada casa.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Atención telefónica

El otro día me ofrecieron en Telefónica, que ahora es Movistar, pagar menos y aumentar los megas en mi conexión de internet. Evidentemente, acepté. Me llamaron a los dos días diciendo que se pasaría un técnico el lunes por la mañana. Ese lunes, a partir de las 11 de la mañana, me quedé sin internet. Llamé al mediodía y me dijeron que ya tenía los 10 megas y que iban a mirar porque no me funcionaban. Después de apagar y encender, resetear y volver a apagar y encender me dijeron que lo mirarían desde ahí. Por la tarde volvieron a llamar, resulta que mi router no estaba preparado para tanta capacidad. ¿Y eso no lo sabían antes? El router es de ellos... El técnico me dijo que intentaría tenerlo arreglado a la mañana siguiente. Al rato volvieron a llamar. Esta vez una señorita preguntando por mi problema con internet. Le dije que ya me habían llamado y que había hablado con un técnico. "Perfecto" dijo "entonces ya puedo darle hora, vendrán mañana de 10 a 11". Y digo yo, ¿eso no podían haberlo finiquitado en una llamada? Parece ser que no.
Al día siguiente vino el técnico. Cuando vio mi router me dijo que lo que yo tenía era una reliquia, vamos, más antiguo que las pirámides. Me lo cambió por uno más pequeñito lo que mi mesa agradeció profundamente. Antes de irse me pasó al teléfono a una señorita a la que tuve que confirmar que funcionaba. Por la tarde volvieron a llamar para preguntar por la calidad del servicio. Esta mañana han llamado a casa y, como yo no estaba, han llamado a mi móvil para volver a preguntar lo mismo. El servicio no estuvo mal (si no fuera porque me dejaron 24 horas sin internet por no comprobar lo más básico, que el router era compatible) pero el control de calidad del servicio ya es otra cosa. ¿Realmente es necesario contestar cuatro veces a las mismas preguntas? Parece ser que sí.

martes, 27 de septiembre de 2011

West Point

Este verano, uno de mis destinos ha sido Benidorm. Nos fuimos cinco amigos al apartamento de uno de ellos y lo pasamos como enanos. Nunca había estado ahí y el domingo, cuando nos íbamos, todavía flipaba por el "skyline". En fin, todo fue de maravilla, quien nos había convocado nos llevó a cenar a sitios estupendos e hizo de maestro de ceremonias a lo grande, incluso por la mañana, en cuanto se levantaba, se iba a la panadería a buscar pastas para el desayuno. También nos descubrió "Benidorm by night" y nos enseñó bares divertidísimos, en uno de ellos incluso acabamos comprándole un cd y pidiéndole que nos lo firmara, al irlandés que tocaba en vivo (bueno, vale, ya llevábamos alguna copita, pero como recuerdo es la bomba). Además no se había visto en otra en su vida, porque no creo que el resto del público, todos irlandeses borrachos como cubas, le hayan pedido jamás un autógrafo. Y ahí lo tengo yo "to Sofia, gracias". No se ha estirado mucho pero tampoco es que yo haya montado su club de fans.

Eso sí, este amigo mío no puede estarse quieto, así que para poder hacer las miiiiles de cosas que tenía pensadas nos llevó a toque de corneta: ¡A la playa! ¡A ducharse! ¡Cinco minutos, cadetes! Así que ni siquiera tuve tiempo de secarme el pelo por lo que me pasé todo el fin de semana siendo la versión blanca de Diana Ross. Acabé llamándolo, con cariño pero con firmeza, sargento chusquero y descubriendo que estoy preparada para la carrera militar. ¡Yupi!

viernes, 23 de septiembre de 2011

El gintonic perfecto

Desde hace ya unos años se ha puesto de moda tomar gintonics. Lo que de toda la vida en España ha sido un Beefeater con Schweppes se ha convertido en larguísimas cartas, tanto de ginebras como de tónicas. Yo sigo tomándolo igual que cuando tenía 20 años, Beefeater, tónica (la que tengan que hasta hace poco sólo era una) y limón exprimido. De vez en cuando me agobio al ver esas enciclopedias de ginebras que te dan en los bares y decido probar una nueva, para que no se diga que ni siquiera lo intento. Pero he de reconocer que muchas de ellas no me gustan y que no noto la diferencia de la tónica suficientemente como para hacer como en el anuncio de la casera: si no hay X me marcho.
Ahora, eso sí, han salido expertos de debajo de las piedras. Un amigo mío que hasta hace nada era un fan del whisky y del ron y encima la ginebra no le gustaba nada, me dijo el otro día como tenía que tomar mi gintonic. Vamos a ver, ¡que yo lo tomo como a mí me gusta! Pues no, según él no puedes poner limón exprimido porque entonces es ácido. ¡Es que resulta que a mí me gusta así! No, no, no, insistía, tienes que probar esta ginebra, y esta tónica y no le pongas limón exprimido sino corteza... ¡Ay! A mí tanta pijería para tomarte una copa me desarma.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Rectificar es de sabios

Rectificar es de sabios, o eso dicen. Eso espero porque, tal y como ha empezado el otoño, voy a tener que dar un repaso a mi blog y empezar a desdecirme de un millón de cosas. Si es que no se puede decir de este agua no beberé porque entonces te caes en la fuente como Obelix en la marmita. Y lo peor de todo: el "ya te lo dije". ¡Aaaargghh! Que sí, que vale, que tenéis razón, que he caído tal y como muchos me habéis estado repitiendo hasta la saciedad, pero ya vale ¿no? Ya me he dado cuenta, ya os he dado la razón, ahora ¿podemos pasar a otra cosa?
De ahora en adelante voy a ser más cuidadosa con las cosas que digo, que además luego la gente tiene una habilidad para recordarlas... pero ¿es que todo el mundo toma pastillas para la memoria?Yo no me acuerdo de lo que comí ayer mientras hay quien saca a relucir lo que dije hace año y medio. Si sé que parezco pesada, porque siempre digo lo mismo, pero verdaderamente calladita estoy más mona.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Intuición masculina

Por increíble que parezca, he descubierto que los hombres también tienen un sexto sentido, eso sí, sólo para lo que les interesa. Es curioso pero aquellos por los que hubieras dado un brazo para que te llamaran y no lo hicieron, de pronto recuerdan que existes y vuelven a marcar tu número de teléfono, y qué casualidad, es justo cuando tú te estás planteando no estar disponible. ¿Cómo lo saben? Es un misterio. Pero lo saben y actúan en consecuencia. Te llaman, te ofrecen planes cada cual más original y te dicen lo estupenda que eres. Vamos, que se convierten en el perro del hortelano, porque todas sabemos que si les decimos que sí volverán a perder todo el interés. Lo que quieren es que estés siempre ahí para que su ego esté satisfecho. Menos mal que ya tengo una edad en la que he ido aprendiendo unas cuantas cosas (no todas, sólo unas cuantas) y en ésta ya no me pillan pero que miedo dan ¿eh?

martes, 20 de septiembre de 2011

Alegría

Está bien que las gente se alegre cuando las cosas te van bien, pero ¿han de mostrarse tan sorprendidos? No sé si piensan que no te lo mereces o que no se lo esperaban, pero a veces, esas muestras de alegría tan exageradas me agobian. Lo peor es que no puedes decir nada porque sabes que lo hacen con cariño y porque están contentos por ti, así que sonríes mucho y encima les das las gracias.
Luego están los que tienen la alegría contenida, por no decir que no se alegran en absoluto, te dicen aquello de "me alegro mucho por ti y espero que salga bien" con cara de preocupación, como si ellos supieran algo que tu no sabes. ¿Por qué no va a salir bien? quieres gritarles, pero en vez de eso les contestas que tú esperas lo mismo e intentas cambiar de tema antes de que te deprima tanta negatividad.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Sobreviví

Hoy es lunes y frente a todo pronóstico he sobrevivido a los nervios del viernes. No me he ahogado y no he salido corriendo, estoy tan orgullosa de mi actitud que yo misma me voy repitiendo de vez en cuando: estás madurando, estás madurando... Lo hago para no olvidarme porque, igual que cuando no soy del todo buena me remuerde la conciencia durante días, ¿por qué no iba a ser igual de pesada cuando me porto como una santa? Bueno, vale, como una santa quizás es ir un poco lejos, pero sólo un poco, porque me he portado francamente bien. Así que a todos los que apostasteis a que no lo conseguiría (estoy segura que algunos lo habéis hecho) os comunico que he superado la prueba y con nota. Ahora a esperar la siguiente, ¿estaré preparada?

viernes, 16 de septiembre de 2011

¡Qué día tengo!

Hoy tengo ganas de coger un tren a cualquier parte y salir corriendo. Sí, sí, me encuentro en pleno ataque de pánico. ¡Qué le vamos a hacer! Se me pasará (espero) pero ahora mismo no estoy en mi mejor momento. Tengo el estómago hecho una bola. ¿Nervios? ¡Pues claro que son nervios! No sé si es mejor tomarme una tila o un copazo. Lo segundo me parece un poco fuerte a estas horas pero creo que sería lo más efectivo, cuando se te sube el alcohol dejas de pensar y te sientes libre como un pajarillo, tranquila como un buda y relajada como una marmota. Pero no, ni tila ni copa, vamos a respirar profundamente antes de que me ahogue en este vaso de agua. Buen fin de semana a todos, yo ya os cuento el mío el lunes (si he conseguido respirar, claro).

jueves, 15 de septiembre de 2011

Las apariencias

Ayer me quedé muy sorprendida cuando un amigo me dijo que él pensaba que yo había estado jugando a dos bandas, es decir, que había estado tonteando últimamente con dos chicos a la vez. Veamos, durante el último año, con uno me he tomado una copa un día y una Coca-cola otro y con el otro he cenado una vez y eso hace unos seis meses. A parte del hecho de que, con ambos, sólo somos amigos, con esta intensidad de citas, ¿quién puede ser otra cosa? Pero lo que me preocupa es la imagen que tenía él de mí. Si él, que es un buen amigo, pensaba eso, ¿qué estarán pensando las personas que no me conocen o que ni siquiera me tienen aprecio? Debo ser la bruja piruja como mínimo. Si ya lo dice mi madre: no basta con ser buena, también hay que parecerlo. Aunque al final, hagas lo hagas siempre a alguien le va a parecer mal. Esperemos que en algún momento nos demos cuenta que no se puede juzgar a las personas si no tienes toda la información en tu mano, porque las apariencias engañan y mucho.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Acompañante

En cuanto dices que vas a ir acompañada a una cena, enseguida el resto del personal te acribilla a preguntas. Lo primero que te preguntan es si es tu novio. ¡Aaaaargh! Con lo que yo odio esa palabra. Una vez has explicado cual es tu relación con la persona en cuestión (que normalmente defrauda porque no es nada emocionante), empiezan las preguntas: nombre, edad... en fin que has de hacer una ficha técnica completa. Y mira que criticamos a la madre de una antigua compañera de colegio que, cuando teníamos 15 años, había incluso pedido el DNI a los chicos que llamaban a su hija. Sí, sí, real como la vida misma. Pero es que ahora hemos crecido y hacemos nosotros lo mismo. Queremos saberlo absolutamente todo sobre el de enfrente, y no sólo sobre él sino también de la gente que le rodea. Y tú sólo has dicho que en la reserva cuenten que vais a ser dos... si ya lo digo yo, lo mejor callar.

martes, 13 de septiembre de 2011

Discreción

Según muchos amigos míos siempre he destacado por mi discreción. En el fondo quieren decir que nunca cuento nada. Nada, nada, tampoco, pero sí es cierto que no voy propagando por ahí mi vida y menos las vidas de los demás. A parte de por el hecho de que no me gusta ser cotilla, la razón principal es que lo que dices luego siempre puede ser utilizado en tu contra, así que si callas, menos posibilidades de que eso ocurra.  En cuanto haces público cualquier plan o cualquier idea que se te haya ocurrido, incluso cuando enfatizas que es sólo una posibilidad que estás contemplando, la gente no oye el quizás sino una sentencia firme. Y cuando decides no seguir con ese plan  te encuentras con que el resto da por sentado que ya lo estás llevando a cabo, no te dan opción de cambiar de opinión. 
Luego están los cambios en tu vida. Los cambios no siempre son drásticos, algunos van poco a poco, así que yo suelo mantener la boca callada hasta que ese cambio es real, pero ¡ay! siempre hay alguien que se entera a mitad del proceso y no hace más que preguntarte día tras día como va ese cambio. A mí eso me desespera. Y luego cuando el cambio ya está asentado en tu vida y decides contarlo, la gente se enfada porque no se lo has dicho antes ¡encima! Lo siento, pero yo prefiero seguir calladita, que estoy más mona.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El cielo es azul

Hace muchos años, un amigo nos vino una tarde con la frase "el cielo es azul, los pájaros cantan, la vida es maravillosa". Se había enamorado. Si además añadimos que, hasta entonces, había sido uno de los hombres más erizos en cuanto a sentimientos que conozco, se puede entender la sorpresa que mostramos todos ante estas palabras. Desde entonces se convirtió en una consigna, cuando alguien de la "pandilla" llega diciendo que ha conocido a alguien y vemos que empieza a aflorar esa sonrisa idiota se le dice "el cielo es azul...". Basta que se diga eso para que el aludido intente, no siempre con éxito, dejar de ser un anuncio de Colgate.
Hace poco he vuelto a oírla. ¡Menuda cursilada! ¿Por qué la gente cuando se enamora se convierte en un personaje de Candy Candy? ¡Qué manía en hablar con diminutivos! Sé que no se puede decir de esta agua no beberé, pero por favor, si alguien me oye decir alguna perla caramelizada de este tipo, que me de un buen golpe en la cabeza.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Relaciones a distancia

Últimamente sólo oigo hablar de novios que viven en ciudades distintas. Las relaciones a distancia no son fáciles, y si encima le sumas una diferencia horaria de ocho horas son complicadísimas. Vas a destiempo. Pero todos conocemos la historia de esa amiga de una amiga de tu vecina que superó ese obstáculo. Yo creo que son leyendas urbanas pero no pierdo la esperanza. Hay que reconocer que con las tecnologías actuales la cosa es más llevadera. Aún recuerdo hace años cuando recibía cartas por correo de mi novio en verano. Tardaban días en llegar e iban cada una por su lado. Tu escribías una carta un lunes y a él le llegaba un jueves, la que escribías el martes, no se sabe porqué, llegaba al día siguiente, y por la otra parte lo mismo, así que hasta que acababa el verano y las recopilabas todas, no tenías ni idea del orden que llevaban. Pero eso ha cambiado, con los emails y el messenger todo es instantáneo. Y ya no hablemos de Skype, aunque te pone siempre tan mala cara que, de momento hasta que no mejore, recomiendo no utilizarlo.

Orden

Ayer tuve un día de maruja y por fin ya tengo las cosas en orden, más o menos, porque orden, lo que se dice orden, no he tenido nunca. Lo reconozco, siempre voy un poco a salto de mata y lo sé, a mi edad, ya no es serio. ¡Qué pena! Con lo divertido que es ir improvisando día a día. Esto no me lo creo ni yo, pero en fin, es lo que hay. Podría decir que he decidido poner un orden real a mi vida, pero me conozco y esa buenísima intención no me dura ni un segundo. En seguida surge algo que lo desbarata todo. Este verano tenía la firme idea de pensar qué hacer con mi vida seriamente ¿y qué pasó? Pues que, como siempre, surgió algo que cambió totalmente mis planes, bueno no los cambió, simplemente desaparecieron, ya no servían. Ni siquiera tengo claro como va a ir el mes de septiembre. ¡Y ya estamos a día 7! Eso sí, he de reconocer que esta vez el desbarajuste es estupendo.

martes, 6 de septiembre de 2011

Vuelta a la realidad

Ayer después de remolonear para hacer la maleta, llamar al taxi con el tiempo justo, llegar al aeropuerto y comprobar que mi vuelo llevaba retraso, por fin, sin ganas, a la 1 de la mañana llegue a casa. Tendría que: no haber hecho la maleta, no llamar al taxi, o al menos, al ver el retraso, pedir un cambio de avión para la semana que viene. Pero, en vez de eso, esta mañana me he encontrado con el gimnasio después de dos meses y me he peleado con la página de internet del supermercado teniendo incluso que llamar a Atención del Cliente para poder comprar jabón de lavadora. Deprimente. Menos mal que a todo se acostumbra una y de recuerdo del verano sólo me quedará las fotos que archivaré en el ordenador esta misma tarde para no pensar más en ello. Eso sí, hasta marzo que nadie me hable de playa que me entra la llorera.

jueves, 28 de julio de 2011

Bye, bye New York

Esto ya se acaba. Hoy la comida de despedida del curso y la última clase. Mañana camino al aeropuerto y vuelta a España. Pero hasta el último día he tenido maravillosas sorpresas. Esta mañana he ido a una floristería a encargar una orquídea, y el dueño me ha regalado una rosa. ¿No es genial? Así que he llegado al instituto con una lasrguísima rosa roja ( como siempre pasando desapercibida. ¡Qué desastre!) Pero esto es Nueva York.
Así que esa será mi última entrada desde la ciudad que nunca duerme. Ahora tengo cena con una amiga como despedida. Y mañana tengo que pelearme con mi maleta, con el taxista, con el de facturación y con el de pasaportes, eso sí en el aeropuerto gran sonrisa al personal de Delta a ver si me hacen un upgrading. Lo dudo, pero la esperanza es lo último que se pierde, o como dice una amiga mía, si lo crees firmemente y es lo que quieres, seguro que lo consigues. ¡Ay! Como si fuera así de fácil.
Voy a echar de menos la ciudad, con su ruido y su caos pero a la vez ordenado sistema de vida. Echaré de menos mis paseos y aunque me cueste reconocerlo, el autobús, que conozco tan bien. Pero sobre todo echaré de menos a las personas que he conocido en esta ciudad, desde mis compañeros de clase hasta la chinita que me cedió su paraguas. Dicen que Nueva York es agresiva, y puede ser en cierto sentido, pero también es amable y te dedican los más increíbles detalles cuando menos te lo esperas.
Creo que para mí, Nueva York no será la ciudad que nunca duerme sino la ciudad de las sorpresas, porque he tenido muchas y todas muy, muy agradables.

miércoles, 27 de julio de 2011

Entrenamiento

Cuando llegas al aeropuertomde NY, mientras haces la larguísima cola para pasar el control de pasaportes, deberían darte varias clases. A parte de que así la espera sería menos pesada, creo que ayudaría mucho al turista.
Uno de los entrenamientos esenciales es como coger un taxi en esta ciudad. El primer día que tuve que enfrentarme a la busca y captura del taxi me costó 40 minutos lo que hizo, evidentemente, que llegara tarde a cenar. El europeo tiene la costumbre de que si en una esquina no pasan taxis, te mueves a otro punto que crees más factible. No hagaís nunca eso en NY, no te lleva a ninguna parte, sólo te paseas por la ciudad y si encima llevas tacones como era mi caso, es una pesadilla. Otra costumbre nuestra es esperar a ver un taxi libre para levantar la mano y pararlo. ¡No, no, no! Tampoco es buena idea. Tienes que tener el brazo siempre levantado para que el que está libre, (lleve la luz o no, porque no siempre la llevan para poder coger a quien les da la gana) te vea y se pare. Además tienes que vigilar a los de a tu alrededor, porque si te descuidas te quitarán tu taxi sin miramientos aunque tu estuvieras ahí mucho antes que ellos. Ahora me he cnvertido en una experta y ya no hay taxi que se me escape.
Otro entrenamiento es caminar por las calles. Parece una tonteria pero no lo es. Los primeros días me parecía que iba chocando con todo el mundo hasta que una compañera de clase neoyorquina me explicó el truco. Tienes que andar por la derecha, como en las escaleras mecánicas. La gente siempre va por ese lado lo que crea dos carriles humanos en las aceras y evita el ir esquivando a la gente e ir haciendo eses como si te hubieras bebido todo el alcohol de Manhattan.
Finalmente, el cruce de calles. Yo respetaba los semáforos, y me paraba cuando empezaba a parpadear el rojo avisando que se iba a poner verde para los coches. Pues tampoco. Tu cruzas y punto. Hay que vigilar que no vengan coches, esté el semáforo en verde o en rojo porque si no vienen coches, aunque esté en rojo, la gente que tengas detrás te empujará para que cruces porque ellos no paran. Lo cierto es que en esta ciudad NADIE para y creo que es lo que más me gusta de ella.

miércoles, 20 de julio de 2011

¿Chinatown o Little Italy?

El domingo por la mañana decidí visitar Chinatown y Little Italy. Ni corta ni perezosa, cogí mi máquina de fotos después de haber comprobado 7 veces que tenía que cogel la línea D del metro y bajarme en Grand St, y salí de casa. Llegué a la parada de metro y cuando bajé al andén me encontré con un papel que decía que ese fin de semana la línea D no hacía su recorrido completo. Podéis adivinar a donde no llegaba ¿Verdad? Efectivamente, a Grand St, tenías que bajar en Lafayette y ahí coger el autobús lanzadera que habían organizado. ¡No sé puede ser más gafe!
Después del periplo por fin llegué a Chinatown donde hasta Mcdonalds tiene los carteles en chino. Paseé por la calle oyendo "guan zou chan" y cosas parecidas hasta que llego al siguiente cruce y oigo "bella signorina". ¡Uy! ¡Qué cambio! En el siguiente cruce, de nuevo el mundo oriental y así es en un radio de 6 manzanas. Es para locos o esquizofrénicos, pasas del olor a frito chino al olor a pizza con una rapidez que tus sentidos no pueden asimilar.
Cuando lo di por visto volví a la parada del autobús lanzadera. Hacía muchísimo calor y no había ni una sombra. Mientras esperaba me di cuenta que era la única occidental entre una veintena de chinos. La señora que tenía al lado, pequeñíta y con cara tierna, llevaba un paraguas a modo de sombrilla y me ofreció compartirla. Yo le dije que no, que muchas gracias, en chino y casi se le saltan las lágrimas. ¡Qué mona! Entonces me soltó una parrafada de la que no entendí absolutamente nada y le tuve que explicar que sólo llevaba un año estudiando chino y que mi nivel era "conversación infantil". Se rió y habló con su marido, que estaba al lado, sobre mí. No tengo ni idea de lo que dijo pero el marido me miró y me sonrió asintiendo con la cabeza. He de reconocer que en esta ciudad la gente es muy, muy amable, en general, claro, siempre hay excepciones.

martes, 19 de julio de 2011

Empire State

Después de mi frustrado intento de ir a la Hispanic Society, decidí aquella tarde coger la cámara de fotos y subir al Empire State para hacer algunas de la ciudad desde arriba. El edificio está al lado así que me acerqué y viendo que no había cola, entré. Era un engaño. ¡Claro que hay cola! No muy larga pero la sufuciente para que desde que entré hasta que llegué a arriba pasó una hora. Primero haces la cola para entrar, luego la cola para seguridad, luego la cola para comprar el ticket, otra cola en la que te hacen una foto con el Empire State de fondo (yo me salté ese momento y no dejé que me fotografiaran) y luego dos colas más para los ascensores. Y todo eso por el módico precio de $22, y no son $15 más porque pensé que hacer las fotos desde el piso 86 o el 102, a esas alturas, ya no había grandes diferencias y me negaba a hacer una sola cola más.
Eso sí, las vistas son espectaculres, y he de reconocer que valió la pena subir para ver toooooodo Manhattan en un momento. Mis fotos no van a ganar ningún premio, no creo que haya hecho ninguna diferente al resto de miles de turistas que suben ahí todos los días, pero son mis fotos, y me gusta tenerlas.

lunes, 18 de julio de 2011

Perdida en Harlem

Sólo a mí se me ocurre perderme en Harlem. El viernes, después de una conferencia me fui muy decidida a la Hispanic Society. Había mirado antes como tenía que llegar hasta ahí: muy fácil, coger el autobús M3 y andar una manzana y media cuando llegara a mi destino. Ni corta ni perezosa cogí el autobús en Madison. A medida que íbamos subiendo el público del bus iba cambiando de color, cada vez más oscurito. Totalmente convencida me bajé en la 125 y cual es mi sorpresa que no veo nada parecido a lo que había visto en el mapa antes de salir. En teoría tenía que pasar por unos jardines o algo parecido pero a mi alrededor todo eran edificios a cual más gris. Di un par de vueltas por las calles de alrededor y noté que yo era como un semáforo en un desierto y que la gente me miraba preguntándose que demonios hacía ahí. Cuando me di cuenta que estaba totalmente perdida y vi donde, decidí dejar la visita para otro día y volver a casa. Al descubrir que en Harlem no hay taxis, ni libres ni opcupados, y que estaba totalmente perdida en una zona que no es famosa por su seguridad, hubiera dado mi brazo por encontrar un taxista loco de los que tanto me quejo luego. Finalmente descubrí una parada de bus (había dado tantas vueltas que ya no sabía donde estaba en la que me había bajado). Consulté donde iban, y aunque me dejaba un poco lejos, me subí al primer autobús que me llevara a terreno conquistado. Cuando horas después llegué a casa, lo primero que hice fue mirar la dirección, efectivamente no era la 125 sino la 155. ¡Aaaaaargh! Asi que como hoy está cerrado, lo volveré a intentar mañana, espero que con más éxito.

viernes, 15 de julio de 2011

Graciosísima

Tengo un compañero de clase que me mira como si yo fuera un chiste andante. Siempre me dedica una media sonrisa con la espresión en la cara de "que graciosa eres". Y a mí me dan ganas de decirle que no lo soy tanto y que cuando muerdo, enveneno, pero en vez de eso me hago la loca, como si no me hubiera dado ni cuenta. Hoy mismo, mientras una china intentaba convencerme que el mandarín es muy fácil y yo le decía que en un año sólo he aprendido 180 caracteres de los 10.000 que existen, ha vuelto a poner esa cara. ¿Eso es gracioso? Hablar sobre la dificultad de un idioma ¿es divertido? Es canadiense asi que, una de dos; o está como una cabra (conociendo mi particular habilidad para rodearme de chalados tiene muchos puntos de ser eso) o el humor canadiense es muy, muy "rarito" (con todo el respeto a los humoristas canadienses que seguro que son la bomba). En fin, yo he vuelto a ignorarlo y he seguido la conversación sobre el chino sin prestar atención a esa sonrisilla. La chica china me ha animado y me ha dicho que para el primer año está muy bien y que no me preocupe, que luego se vuelve más fácil. Mentira piadosa donde las haya, claro. Pero ha conseguido que me sentara a escuchar la charla mucho más contenta.

jueves, 14 de julio de 2011

El transporte

Sólo llegar tuve (como no) problemas con el taxista. ¿Por qué a mí? A parte de ser el taxi más antiguo y peor cuidado de la ciudad, el taxista me dejó donde a él le pareció bien, no donde yo le había pedido. Por suerte sólo tuve que cruzar la calle para llegar a mi destino. Eso sí, no he vuelto a coger un taxi.
Lo siguiente fue el metro. A su lado, el de Madrid parece el Orient Express. Está sucio y los trenes son tan antiguos que no me extrañaría nada que hubiera un señor escondido metiendo carbón en una caldera para que el tren se moviera.
Pero lo más flipante fue el autobús. Cuando entré en el metro tuve la brillante idea (a veces las tengo) de comprar una tarjeta que me sirviera para toda la semana y ¡menos mal! Porque el autobús sólo acepta como pago eso o $2.25 en monedas. Sí, sí, en monedas, no puedes pagar con billetes. Así que, o vas como si hubieras roto la hucha o llevas una de estas tarjetas maravillosas, que por cierto tengo que acordarme de renovarla mañana.
He de reconocer que voy a casi todos los sitios andando, dentro de unos límites, y así veo más cosas, pero llego agotada a casa. Hoy creo que no puedo dar ni un paso más, al menos ha sido una tarde muy interesante llena de descubrimientos que ya os contaré.

miércoles, 13 de julio de 2011

New York, New York

Primero de todo decir que sí, que he estado bastante desconectada últimamente, pero desde hace un mes no he parado. Ahora que tengo un ratito y sé por fin como funcionan los acentos en el ipad, puedo volver a informaros de mi vida.
Llevo un poco más de una semana en Nueva York haciendo un curso y no vuelvo hasta finales de mes. Según un amigo mío, escribir el blog sobre lo que me pasa en Nuevs York es muuuuuucho más glamuroso. Supongo que así sería si las cosas que me pasasen fueran glamurosas, pero he de reconocer que mi primer choque con la ciudad ha sido todo menos eso. Definitivamente no llevo la vida de Carrie Bradshaw donde todo son cosmopolitans.
En cuanto llegué me di cuenta que o luchaba contra toda la comida basura que me rodea o volvía convertida en la versión femenina del muñeco Michelín, y eso, volviendo a finales de julio directamente a la playa, no era una idea muy inteligente. La suerte es que como hay taaaanta, se te quitan las ganas de probarla. Todo está prefabricado, da igual que sea Starbucks, Prêt à Manger, o el puesto en la calle de perritos calientes. Toda la comida es la misma, con el mismo olor, y no justamente agradable. Así que un problema menos, no volveré con el cuerpo de Kate Moss pero podré pasear dignamente por la playa con un pareo.
Otro problema con el que me encontré fue el de la temperatura. Hace muchísimo calor, pero en cuanto entras en un sitio te congelas, literalmente. El aire acondicionado está adecuado para la congelación del pescado como medio de evitar el anisakis. No tienes más que entrar en un edificio y dejarlo encima de una mesa durante unos minutos; ¡congelado cien por cien! Asi que a parte de un resfriado llevo un peso más en mi bolso, un jersey, que ha dejado de ser eso que te pones cuando tu madre tiene frío, ahora TU crees estar al borde de la hipotermia.
Superados estos dos obstaculos, el siguiente fue el pelo. Salí de la ducha con el pelo mojado y empecé la transformación en la hermana secreta de los Jackson Five. Tenía mi plancha de pelo así que no me di cuenta del problema hasta que una hora más tarde decidí ponerla. en marcha. ¡Aaaaaaagh! El enchufe es cuadrado. Bajé a la calle y le pregunté al portero donde podía en contrar un transformador de enchufes. El muy cotilla me preguntó que para que lo necesitaba, yo, incapaz de decirle que necesitaba convertir mi cabeza en algo ordenado en vez de lo que estaba viendo, le contesté que para cargar la blackberry. Le pareció una buena razón y me indicó una ferretería. Otra cosa resuelta.
Así que como podéis ver, esta ha sido mi entrada "triunfal" en esta ciudad, pero irá mejorando.

domingo, 19 de junio de 2011

Atracción fatal II

El miércoles me regalaron la película "Atracción fatal" con la siguiente consigna: no sólo tienes que verla, TU, además, tienes que tomar apuntes. Así que el sábado, después de comer y descartar los acostumbrados dramas que ponen a esas en horas en la tele, en los que una familia perfecta se ve amenazada por la niñera/secretaria/enfermera de turno que secuestra al niño y lo abandona en el bosque, mientras la policía no hace nada porque no les creen y "mamá" tiene una lucha a muerte con la malvada y salva a su marido (que ha sido apuñalado) y a sus retoños, todo eso, evidentemente, basado en hechos reales, decidí ver la película. Aunque no tomé apuntes por aquello de que un futuro mis nietos, revolviendo las cosas de la "abuelita" no encuentren una libreta con el siguiente título: Atracción fatal o como hacer que un hombre se muera de miedo. No me parece educativo.

Una vez acabada, me di cuenta de que podía ir descartando mi plan D. Para los que no la hayan visto, siento chafarles el final, pero es que no pueden pretender que encima de que me pase por una loca de atar acabe muerta. Sí, acaba muerta después de un intento de suicidio, cocinar a la mascota, secuestrar a la niña y quedarse embarazada. Podría masacrarle a llamadas como hacen en la película, pero que encima, todo esto, me cueste dinero, ¡ni de broma! O destrozarle el coche, pero seguro que como es, tiene seguro a todo riesgo y encima, le darían uno de sustitución. No, no, no, definitivamente, plan D descartado. Menos más que tengo otros cuatro.

viernes, 17 de junio de 2011

Carne de Pantoja

Ayer le pregunté a una amiga si llevaba fotos de su bebé de nueve meses porque hacía mucho que no la veía. Me dijo que sí pero que normalmente no las sacaba por sí misma porque no quería parecer la Pantoja, yo le dije que era carne de Pantoja y le pedí que me enseñara a su niña. ¡Qué monaaaa! Es guapísima. En fin, que es cierto que hay algunas personas que se empeñan en enseñarte las fotos de cada segundo de la vida de sus hijos, y además, normalmente, son los niños que menos te interesan porque tampoco tienes una relación tan estrecha con los padres. Pero me encanta ir viendo fotos de los niños de mis amigos.

También me contaron que hay en peluquerías que ahora te dan un "tablet" para que te entretengas mientras te secan el pelo. Yo, lo siento, pero prefiero el ¡Hola! de toda la vida. Es en el único momento que me pongo al día de las andanzas de la Pantoja y amigos. Además prefiero hablar con la peluquera de lo cursi que va Leti que de los últimos movimientos de la bolsa. Lo sé, en el "tablet" también puedes ver las revistas, pero no es lo mismo que pasar las páginas de papel e ir encontrando los reportajes de las casas más horribles del mundo que ir eligiendo lo que quieres ver y perderte la novia hortera que se casa vestida de merengue.

Yo me declaro carne de Pantoja cien por cien.

jueves, 16 de junio de 2011

Sex appeal

He perdido mi "sex appeal". No tengo ni idea donde lo he metido. Creía que lo llevaba en el bolso junto con las llaves y el monedero, pero no, parece ser que ha desaparecido por completo. ¡Un desastre! Ni el obrero me piropea. Supongo que ha llegado el momento en que tengo que pasar dos veces para que me vean. ¡Qué pena! ¿Pero no decían que la década de los 30 era la mejor para las mujeres? Ahora resulta que es la de los 40. Y cuando llegue a esa (dentro de muuuuucho) me dirán: lo siento pero a los hombres que por edad te corresponden les gusta las que están en sus 20. Así que nunca tienes la edad adecuada. Ellos, en cambio, van envejeciendo y se les va abriendo un mundo de posibilidades, van ganando décadas mientras nosotras las vamos perdiendo. ¡No es justo! Lo sé, ahora está de moda tener novios muchísimo más jóvenes, pero para eso has de ser como mínimo Demi Moore, y no es el caso. No me queda más remedio que rendirme porque una retirada a tiempo también es una victoria ¿o no?

miércoles, 15 de junio de 2011

Cine de terror

El sábado volvieron a meterme un gol. Fui a ver una película de miedo. ¿Qué porqué me dejo? No tengo ni idea. En fin, que salí de ahí con los pelos de punta y cansada de tanto bote. Fuimos a tomar una copa ya que yo la necesitaba para poder asimilar tanto susto. Al día siguiente ya estaba bastante repuesta e intenté darle la vuelta a la tortilla.

Es cierto, los espíritus dan miedo, pero más miedo dan los "fantasmas" de carne y hueso con los que te vas cruzando. Esos que se creen taaaan estupendos que no entienden porque no estás agradecida al mundo que te ha dado la oportunidad de conocerlo. Porque claro, son ellos los que están encantados de conocerse. También es cierto que te das un buen susto cuando detrás de una cortina, de pronto, aparece una señora vieja y arrugada durante cinco segundos, pero más miedo dan los pesados que aparecen un buen día y se quedan ahí durante días, semanas y meses acosándote a mensajes para quedar contigo y no entendiendo un no por respuesta.

Y podríamos seguir hasta el infinito. Creo que da bastante más miedo la vida real que la gran pantalla.

martes, 14 de junio de 2011

Atracción fatal

Nunca he visto la película de "Atracción fatal" pero ayer me recomendaron que la fuera a buscar e hiciera un estudio intensivo de la misma. Por lo visto es la manera perfecta para alejar a un hombre, y según mis amigos, hay a uno en particular que tengo que sacar de mi vida YA. Así que estuvimos ideando varios planes. El número D, (sí, sí, tenemos plan A, B, C, D y E) es pasarme por una loca obsesiva y hacerle la vida imposible: llamarle a las cinco de la mañana sólo para decirle que le echo de menos, decirle que quiero casarme con él, o llamarle cada 30 minutos porque estoy pensando en él. Por lo visto eso hace que un hombre coja un avión a Madagascar y no vuelva. Pero ¿por qué es tan complicado? El plan E, que es sentarme con él y hablar de forma seria y madura, es el último, sólo se pone en marcha si ninguno de los anteriores funciona. ¿No es absurdo que sea más fácil convertirse en una enajenada que tener una conversación adulta? No entiendo porque nos cuesta tanto, pero lo cierto es que cuesta y muchísimo. Así que empezaré por el orden establecido y sí, si no hay más remedio, llegaremos al plan E, eso si no me han encerrado en un psiquiátrico antes debido al plan D.

viernes, 10 de junio de 2011

Vaya suerte tengo con los taxistas

Ya lo he dicho otras veces, si hay un taxista loco en la ciudad, lo conozco. El del otro día ya fue el colmo. Cogí un taxi en el aeropuerto para que me llevara a casa. Si llego a saber como era el taxista voy andando. Me subo en el taxi y empezamos como siempre: intenta contarme su vida. Yo, en otras circunstancias, hubiera puesto cara de interés asintiendo de vez en cuando mientras pensaba en cualquier otra cosa, pero me dio por cambiar de tema. Llevaba un coche híbrido así que le pregunté qué tal iba. Me dijo que sólo llevaba dos meses con él y que aún se estaba acostumbrando. Allí, pensé, se acababa la conversación. ¡Qué va! Resulta que iba con el taxista más dicharachero de Madrid. Empezó a contarme que en esos dos meses ya había cambiado medio coche. Por lo visto había tenido tres "golpecitos" de nada que le habían obligado a cambiar un retrovisor y dos paragolpes (palabras textuales) de delante y detrás. Cuando comprendí que el "paragolpes" era el parachoques me agarré fuerte a la puerta. Luego me contó que el coche en cuestión tenía problemas de visibilidad debido a su forma. Es decir que tenía ángulos muertos delante y detrás de tal calibre que tenía que ir con cuidado porque a veces no veía al peatón que se le cruzaba por delante. Ahí empecé a rezar todo lo que sabía, desde el jesusito de mi vida hasta el rosario. Durante todo el camino fui pendiente de coches y peatones esperando que ninguno de ellos se cruzara en nuestro camino. Por fin me dejó en casa con las piernas todavía temblando y decidida a no volver a coger un taxi en una temporada.

jueves, 9 de junio de 2011

Renovada

He vuelto renovada, con color un poco gamba (pero que va bajando) y brillante como una lámpara (pero que también se va apagando). Estuve a punto de no coger el avión y quedarme ahí pero un ataque de sensatez me hizo ir al aeropuerto. Y ayer me encontré con la cruda realidad. A parte de tener que hacer la compra porque en mi nevera resonaba el eco (no soporto hacer de maruja), tenía cientos de cosas que hacer en partes opuestas de Madrid por lo que, además de que el tiempo no era el más agradable, tuve que enfrentarme al tráfico. Además, para acabarlo de arreglar, la profe de chino me dijo que el lunes examen. El día fue como una jarra de agua fría. Menos mal que por la noche tenía cena con amigos que me hicieron olvidar un poco como se vive el mes de junio en esta ciudad. Eso sí, mi estado zen ha vuelto. Toda esa intranquilidad que me había atacado los últimos días antes de irme ha desaparecido. Vuelvo a mi caparazón y viene reforzado así que espero que no me hagan salir de él hasta agosto, que vuelvo a la playa para más sesiones de tranquiloterapia.


miércoles, 1 de junio de 2011

El bueno y el malo

El malo juega siempre con ventaja, sabe envolverte y darle la vuelta a todo para que tu te creas todo lo que te está contando. Te dice lo que quieres oír aunque luego sus actos digan todo lo contrario pero tu ya estás totalmente enganchada y no ves lo evidente. Encima, cuando a tu alrededor te dicen que es un cretino tu te dedicas a justificar lo injustificable para no reconocer abiertamente que sí, que es un cretino, pero que no puedes evitar seguir con él. Pero todo ser humano tiene un límite y cuando no puedes más gritas ¡basta! Entonces aparecen los que no te habían dicho nada antes alegrándose y diciéndote lo mal que les caía. En fin, que sigas o no con él tienes que continuar oyendo hablar de él y recordando lo mal que te trató.

Pero cuando tienes algo bueno tampoco es mucho mejor. A menudo el comentario es "Qué suerte tienes, es estupendo" ¿Perdón? ¿Y la suerte que tiene él? ¡Yo también soy estupenda! Pero no, tu eres mujer solterona de más de treinta y él es un soltero de oro. Así que tu autoestima baja al centro de la tierra y poco a poco te vas convirtiendo en una sombra de ti misma hasta que ya no te reconoces. Y un día también gritas ¡basta! Y esta vez tendrás que oír también los comentarios de "¡Qué pena, me caía genial!"

Así que si ni buenos ni malos, ya me diréis que nos queda.






martes, 31 de mayo de 2011

Poco inspirada

Hoy estoy poco inspirada. No sé si es por el día o porque mi cabeza sólo piensa que en 48 horas estaré al lado del mar (no digo en la playa porque de momento amenazan lluvia). Así que estoy dando vueltas a la maleta, a que hora tengo que salir camino al aeropuerto para ir bien de tiempo, las cien mil cosas que tengo que hacer entre hoy y mañana y lo que haré en cuanto llegue a Ibiza. ¡Qué ganas! Esta vez no va a ser relax absoluto ya que el sábado llega una amiga con su hermana y, como nunca han estado en Ibiza, habrá que hacer la ruta nocturna. Hace siglos que no la hago así que también me apetece trasnochar un poco. Espero así volver a Madrid con mi estado zen recuperado que lleva unos días desaparecido.

domingo, 29 de mayo de 2011

He despertado a la bestia

Dicen que después de la tormenta llega la calma. En mi caso es al revés, después de más de un mes de calma total llega la tormenta. Ayer un amigo me aconsejó que sacara el cactus que llevo dentro, yo prefiero llamarlo erizo, y que volviera a ser mala y sin pelos en la lengua. Según él no puedo ir contra mi naturaleza y además me iba a divertir muchísimo más. El problema es que he perdido la práctica después de más de un mes portándome ejemplarmente y me temo que en vez de salir el erizo, lo ha hecho el escorpión. En este momento cuando pincho, enveneno. Y no puedo evitarlo. No puedo callarme. ¡Es un horror! Tengo que volver a mi estado zen. ¿Cómo podemos desequilibrarnos en tan sólo un fin de semana? Es más, no en un fin de semana sino por oír un simple comentario que nos pone de los nervios. Menos mal que hoy es lunes y vuelvo a la rutina y que el jueves amaneceré en la playa donde pienso relajarme unos días para recuperar el orden.

viernes, 27 de mayo de 2011

Operación verano

Se acerca el momento de ponerse el bañador y todo el mundo empieza a hacer dietas milagro. Un amigo mío el lunes empezó una de ellas. Yo no creo que esté gordo pero en fin, se compró un libro y está decidido a seguirlo. El empezar a seguir las instrucciones sin haberlo leído entero es lo que yo llamo fe ciega. Había oído hablar del libro en cuestión, se fue a una librería, lo compró y se leyó el primer capítulo donde le prohíben comer cualquier cosa que baje de los 20 euros, es decir, puede comer un solomillo o pescado pero no embutido o una pasta. (No sé si es un régimen para el cuerpo o para el bolsillo). Ayer me confirmó que ya se había leído el segundo capítulo y el domingo empieza la "consolidación" (vete a saber que diablos significa eso). A ver cuando llegamos al final donde le dirá que todos los quilos que ha perdido los recuperará en un siantamén a no ser que siga pasando hambre y se castigue en el gimnasio. Mientras, otro amigo común no deja de enviarle imágenes con hamburguesas y comidas por el estilo para hacerle el día más llevadero. Esto son amigos que te apoyan y lo demás son tonterías. Hoy vamos a cenar. Hemos decidido que elige el del régimen pero no os creáis que el resto somo "facilitos"; uno con la dieta y su agua de Vichy, dos con la intolerancia y yo que según todo el mundo, no como de casi nada. Somos la alegría de cualquier restaurante ¿eh?

Yo no creo en las dietas milagro, creo en el comer sin hartarse y si un día te tomas una paella al día siguiente ensalada. Por mucho que adelgace nunca tendré el cuerpo de Elle Macpherson así que ¿para qué amargarme?

jueves, 26 de mayo de 2011

Rehenes

Cuando acabas una relación siempre quedan rehenes por ambas partes. Cosas que sabes que la otra persona va a echar de menos: un jersey, un libro, una película. Son cosas que no tienen porque tener un valor monetario muy alto pero que son carísimas a la hora de recuperarlas. Llega un punto, que depende de como haya ido esa relación y la ruptura, te sale más a cuenta renunciar a ellas y considerarlas parte del acuerdo de separación que pagar una cifra emocional astronómica.

Un amigo mío estuvo tonteando durante una temporada con una chica que no sabía que quería y, mientras lo decidía, estuvo mareando a mi amigo un buen rato. Al final aquello acabó en agua de borrajas y mi amigo volvió a su vida. Pero la otra parte se quedó un rehén. Él le dejó una guía para un viaje que ella iba a hacer y nunca se la ha devuelto. Bien, diréis, es una guía, puede comprarse otra, y es cierto, pero esa guía tenía sus anotaciones de cuando él estuvo ahí y además, es SU guía. En fin, que si mi amigo quiere volver a ver esa guía no tiene más remedio que pagar el rescate: hablar con ella. Cosa que no le apetece lo más mínimo.

martes, 24 de mayo de 2011

Terrazas

En cuanto empieza el calorcito en Madrid la gente se tira en plancha a las terrazas. Y es muy agradable, ahora. Pero es que esto dura hasta octubre, es decir, en pleno mes de julio y agosto, cuando nos morimos de calor, en esta ciudad seguimos prefiriendo estar en la calle que dentro de un bar con aire acondicionado. ¡Es increíble! Yo, que soy friolera hasta extremos insospechados, he de reconocer que me alegro. Dentro de 15 días a mi ya pesado bolso (porque con las cosas que llevo parece que, en vez de una tarde, es toda una semana lo que voy a estar fuera) tengo que añadir una rebeca. Por la calle paseas encantada con tu manga corta pero en cuanto entras en un local preparado con semejante frío que ni el helado se deshace, empiezas a tiritar. Y toda tu alegría de haber pasado un invierno sin resfriarte se acaba cuando coges una galipandria en pleno mes de junio. ¡No hay quien lo entienda!

Mi móvil y yo

Con mi teléfono tengo una extraña relación. Desde el momento en que me encontré llamadas perdidas de mi propio número, me di cuenta que mi móvil tenía una personalidad compleja. Sí, sí, llamadas perdidas de mi propio número, es decir, que mi teléfono se llama a sí mismo para luego no contestarse.

Mi relación con él ha pasado por épocas de adoración absoluta hasta de odio más acérrimo. En este momento estamos en la fase de indiferencia total. Si estoy en casa, solemos estar en habitaciones distintas. Ya no va conmigo por la casa y él, como revancha, hace todo lo posible para que no lo oiga cuando suena. Así que, por la noche, cuando lo pongo a cargar (tampoco voy a matarlo de hambre) me encuentro llamadas perdidas y mensajes que no he contestado. Cuando coincidimos en la misma habitación hay un silencio sepulcral entre nosotros. De vez en cuando me avisa de que tengo un email, mensaje o llamada, como un toque de atención con el que intenta decirme que está ahí. Yo, que sigo bastante pasota, a veces le hago caso y otras no.

En fin, que somos como una pareja que cada vez tiene menos cosas que decirse pero que, en el fondo, no puede vivir la una sin la otra. Supongo, que con el tiempo, acabaremos arreglando nuestras diferencias y volveremos a ser uña y carne pero hoy por hoy, estoy bastante decepcionada con su comportamiento.

domingo, 22 de mayo de 2011

Domingo de tele

Ayer me pasé toda la tarde delante de la tele ¡qué horror! Pero entre la Fórmula 1 y las elecciones no pude evitarlo. Eso sí, es gracioso ver como cambian las encuestas y los resultados según el canal que sintonices. En Telemadrid, a partir de las 6 de la tarde, el PP ya arrasaba, en cambio en TVE1 todavía no tenían datos. A partir de las 8 la euforia se desataba en algunas cadenas, mientras que en otras, con cara de circunstancia iban dando los resultados.

También hay que destacar el mensaje del político de turno cuando ha ganado o ha perdido. Bueno, haber perdido no, eso no lo reconocen nunca. Siempre encuentran una vía por la que irse por la tangente. Este año, no podía ser de otra manera, la crisis. No es que la población no les haya votado porque no han podido gestionarla, nooooooo, eso sería reconocer un error. Es que simplemente, en el mundo, ha habido una crisis. No es culpa de ellos sino del mundo en general.

Finalmente están los indignados, con quienes estuve el viernes por la mañana en la Plaza del Sol. Esos ya son un caso a parte, porque ahí se van a quedar una semana más. Espero que cuando se cansen y decidan volver a su casa se tomen la molestia de limpiar y dejar aquello como estaba, porque ahora mismo da pena.¿Es necesario disfrazar al Oso y el Madroño? ¿Es necesario decorar con carteles las fachadas y las salidas del metro? En fin, sólo espero que demuestren ese sentido cívico del que presumen.

viernes, 20 de mayo de 2011

Puerta del Sol

Ayer quedé, como todos los jueves, con unos amigos. La conversación giró sobre el llamado movimiento 15-M. Todos coincidían que eso no era una organización espontánea de idealistas sino que estaban manejados, a parte de la ilegalidad de que estén ahí el sábado o que sea un ensayo para dentro de un año cuando hay elecciones generales. Todo eso puede ser, probablemente lo sea, yo de política hace tiempo que ya no entiendo nada. Todos me parecen una panda de oportunistas que son capaces de cualquier cosa por salir elegidos, así que voto al que me parece menos malo. Y eso me parece una pena. Pero en fin, hablando de esos "utópicos" que han acampado en la Puerta del Sol, esta mañana he decidido que me voy a pasar por ahí, a ver que es lo que realmente ocurre, porque otra cosa es evidente: los medios de comunicación tampoco es que sean muy objetivos hoy en día, y menos cuando estamos a 48 horas de unas elecciones. Por lo que me voy a acercar a la Puerta del Sol, cámara en mano, y voy a comprobar por mí misma si se trata de una concentración de protesta ciudadana o una excusa más para organizar un botellón.

jueves, 19 de mayo de 2011

Palabrotas

Ayer me llamaron cursi porque no digo palabrotas. Exactamente fue porque en vez de "joder" dije "jolines". Es increíble que, hoy en día, el no decir palabras malsonantes se traduzca en cursilería. Lo siento, a mí no me gusta decir tacos. Es cierto que de vez en cuando, cuando me sacan de mis casillas puedo recitar una retaíla propia de un descargador del puerto de Marsella. Pero ocurre en raras ocasiones. No digo tacos y si por eso me llaman cursi quizás que vuelvan al colegio a aprender el significado de los distintos adjetivos calificativos. Cursi, según la Real Academia de la Lengua es lo siguiente:

1. adj. Se dice de un artista o de un escritor, o de sus obras, cuando en vano pretenden mostrar refinamiento expresivo o sentimientos elevados.

2. adj. coloq. Dicho de una persona: Que presume de fina y elegante sin serlo. U. t. c. s.

3. adj. coloq. Dicho de una cosa: Que, con apariencia de elegancia o riqueza, es ridícula y de mal gusto.


Decididamente no me veo en la primera acepción, no me considero ni artista ni escritora y mucho menos mostrar sentimientos elevados, creo que mis sentimientos son bastante más terrenales. Respecto a la segunda, yo no presumo de nada. Y la tercera, no soy una cosa.

Así que siento que me consideren cursi por encontrar otra manera de decir las cosas sin tener que utilizar palabras que hacen que mi madre suspiré y exclame: ¡para eso tanto esfuerzo en educarte!

miércoles, 18 de mayo de 2011

Voto por correo

Ayer cumplí con mi deber como ciudadana, pero he de reconocer que no lo ponen fácil. Todo empezó la semana pasada cuando con un amigo fuimos a solicitar el voto por correo. Te hacen rellenar varios impresos, los entregas y te dicen que cuando te envíen los papeles tienes que estar en casa y que si no estás te dejan un aviso para que los recojas en correos.

El lunes, cuando llegué a casa al mediodía había pasado la cartera y al ver que yo no estaba dejó dicho que volverían por la tarde. Ayer yo no había recibido nada. Según el portero vinieron pero yo no abrí la puerta ¿será porque no llamaron al timbre? En fin, que el cartero se fue con mis papeles y el aviso y empezó mi peregrinación por las oficinas de correos.

Primero llamé al 112, Atención al ciudadano de la Comunidad de Madrid. Me dijeron que tenía que llamar a correos. Llamé a la oficina donde supuestamente yo debía recoger los papeles. Ahí me dijeron que mis papeles no estaban y que tenía que llamar a la oficina de salidas, por lo visto para el mismo barrio no salen y entran las cartas por el mismo sitio. Llamé ahí. Éstos me informaron que una vez el cartero de correo ordinario (en mi caso cartera) no ha podido dejar los papeles pasa a la oficina de urgencias. Una tercera ¡genial! Yo, que ayer estaba cargada de paciencia, llamé a urgencias. Una funcionaria de correos muy amable me dijo que sin mi número de voto era imposible saber donde estaban mis papeles. Que debía llamar al censo, sí sí al censo, pedir mi número de voto y volver a llamarla. Eso hice. En el censo deben estar muy acostumbrados porque me lo dieron sin que tuviera que explicarles absolutamente nada. Volví a llamar a urgencias. Mis papeles estaban ahí. Podía pasar a recogerlos ahí y luego ir a la oficina donde podía depositar el voto (en urgencias no puedes hacer ambas cosas) o esperar a las tres de la tarde y recogerlos en la oficina donde sí podía, llevando el número que me habían dado en el censo. Así que quedé que a las tres iría a recogerlos y votar.

A las tres en punto llegué a la oficina, después de hacer la cola me dijeron que entregas era la otra puerta. Dentro de la misma oficina hay varias puertas que no se comunican entre ellas. Me fui a la otra puerta y ahí me dijeron que lo que me habían contando no era cierto, que si no tenía el aviso significaba que mis papeles no estaban ahí y que los votos no llegaban hasta las siete de la tarde. Volví a llamar a urgencias. Resulta que a las tres es el cambio de turno así que la funcionaria con la que había hablado ya no estaba pero se puso un funcionario muy amable. Me preguntó si llamaba desde el teléfono de la oficina, le dije que no y me pidió mi móvil y así me llamaba él "de gratis". Llamó en seguida y me dijo que mis papeles seguían ahí pero que en 10 minutos estarían en la oficina de entrega.. Sorprendentemente era cierto. Los recogí y de ahí fui a la "otra" puerta, hice otra cola y finalmente conseguí votar.

Luego se quejan del absentismo pero es que es desesperante. Menos mal que al menos en correos son gente amable, bastante desorganizada, pero amable y pusieron todos sus medios para que una pudiera cumplir con su deber. Eso sí, en las próximas me lo pensaré dos veces antes de votar por correo.

martes, 17 de mayo de 2011

150 preguntas

Hay personas que hasta que no te han hecho la radiografía completa no te sueltan. Dentro de esta categoría de preguntones los hay malos y los hay peores. Hay quien te bombardea a preguntas como si fuera una ametralladora, es decir, no espera a que respondas, ni siquiera sé como pueden tomar aire entre pregunta y pregunta. Aunque sentirte acribillado nunca es agradable, al menos no hace falta dar información a cambio.

Luego hay las que sí escuchan y procesan. Es decir, guardan esa información como un tesoro para luego sacarla cuando menos te lo esperas. Tienes que ir con cuidado con lo que respondes porque volverá a salir a la luz en el momento más inconveniente. No importa que ese día tuvieras un día pesimista y contestaras viendo el vaso medio vacío o, al contrario, que tuvieras uno de esos días utópicos en que crees que el mundo es maravilloso y toda la gente es buena y contestes con ingenuidad, por no decir estupidez. A veces, contestas lo primero que te viene a la cabeza porque ni siquiera estás prestando atención. Pues bien, hay que tener cuidado con lo que respondes porque esta persona lo archiva.

Pero todavía hay una categoría peor que la que pregunta, escucha, procesa y archiva y es la que encima comparte. Sí sí, comparte esa información. Cuando le pregunten por ti, o salgas en una conversación, esa persona dirá que te vio y compartirá toda esa información que ni tu recuerdas haber dado.

Yo ya he decidido que cuando preguntan, me voy por la tangente, contesto vagamente, un no sé, ya veremos, lo estoy pensando, etc. Así, a lo mejor, como la información no es muy interesante puede que no la compartan, y quizás, sólo quizás, no me pregunten más.

lunes, 16 de mayo de 2011

Lunes

El fin de semana ha sido bastante tranquilo. Para todos aquellos que estén esperando a que mi vida vuelva a complicarse, he de decirles que, hoy por hoy, lo tengo todo bajo control. Por lo que no van a poder reírse de ninguna de mis meteduras de pata, estoy convirtiéndome en la calma personificada. El sábado tuve un cumpleaños y era uno de esos momentos en que podía estropearlo, así que no me puse las lentillas y me recogí el pelo, he de reconocer que me puse tacones (una tiene sus debilidades). Había un montón de gente y lo pasé muy bien, pero me retiré pronto para no tentar a la suerte. Así que estoy muy orgullosa de mí misma, llevo 3 semanas sin alteraciones. Ahora empieza una nueva semana y, si acaba como ésta, llevaré un mes de tranquilidad absoluta. ¡Mis técnicas funcionan!

jueves, 12 de mayo de 2011

Reclamaciones

Ayer fui a cenar con unas amigas, y cuando llegó el momento de pagar yo di mi American Express. Volvió el camarero después de muuuucho rato con la tarjeta y la máquina. Me dijo, señalando el lugar donde pones la tarjeta con chip que no pasaba. Le dije que esa no iba con código, entonces se puso tenso y me dijo que también lo habían probado pasando la banda magnética y que nada. En fin, les di la Visa Electrón que sí lleva pin y al pasarla, en vez del código me pide firma. Así que le digo que, primero esa no es la cantidad y segundo que no es de firmar sino de código. Se llevó la máquina con mi tarjeta dentro y yo, cada vez más mosca. Volvió la encargada con mi tarjeta y mi recibo. Le comenté que cómo había podido salir el recibo si yo no había puesto mi pin. En fin, cargado estaba pero en cuanto llegué a casa comprobé que no la hubieran pasado más de una vez. Lo que está claro es que no quisieron la Amex porque les cobra más comisión y que tienen alguna manera de pasar las tarjetas con chip sin que tu tengas que poner el pin, lo que me molesta bastante.

Cada día oigo a más gente que se queja del servicio en los sitios. Tengo algún amigo que es bastante más guerrero que yo; la última vez que se quejó pidió la hoja de reclamaciones y llegó a llamar a la policía porque no querían dársela. Pero en general, no acabamos de quejarnos lo suficiente cuando nos dan un mal servicio. Hay gente que decide no decir nada pero no volver nunca más. Yo prefiero comentarlo, cuando algo está mal hay que decirlo, pero también cuando las cosas están bien. No sólo hay que abrir la boca para quejarse.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Cegata

Últimamente no me pongo las lentillas. ¿Por qué? Pues porque en este nuevo estado de calma en el que he decidido instalarme es más seguro. Con el ojito que tengo, mejor que no vea nada. Así no hay peligro que me fije en quien no me tengo que fijar porque no lo veo. Es una nueva técnica que espero que funcione. Así que nadie se ofenda si me saluda desde el otro lado de la calle y yo no digo nada, es que no lo he visto.

También me pongo menos los tacones. Si no voy subida al andamio tampoco tengo visión de pájaro. Aunque he de reconocer que me está costando más renunciar a ello. Las cosas no sientan igual con bailarinas. Pero poco a poco me voy acostumbrando.

A ver si consigo un conjunto de técnicas que impidan que me fije en el hombre equivocado otra vez. Entre las lentillas, los tacones, el salir menos y hacer vida de anacoreta creo que estoy poniendo las medidas necesarias pero ¿serán suficientes? ¿O es luchar contra el destino? No creo en el destino así que espero que sí que funcionen.


martes, 10 de mayo de 2011

El top 7

El domingo me preguntaron cuál era mi Top 7 respecto a los hombres que me gustan. Cuando llegué al número 5 me dijeron que debía buscar alguien más cercano, o al menos que viviera en el mismo país, y realista. Es decir, que me olvide de Pierce Brosnan (el hombre de mi vida desde que tengo 15 años), Mark Webber o Lobezno. Al oír el comentario decidí callar el que tenía pensado en el número 6: Mr. Darcy, si encima añado un carácter puramente literario me tiran los platos a la cabeza.

Lo que no saben es que también tengo un top (mucho más corto) real como la vida misma, pero igual o más imposible que un actor o que el mismo Mr. Darcy. Hace tiempo que he llegado a la conclusión de que para el sexo opuesto soy transparente. Hay quien dice que es porque impongo ya que se me ve muy seria. Yo pienso que si al menos fuera por eso, significaría que me han mirado. Así que seguiré viendo todas las películas de Pierce Brosnan (buenas o malas) o querré que Webber haga podio sólo por el hecho de que así chupe más cámara.

lunes, 9 de mayo de 2011

Primitivo bunga, bunga

El sábado por la noche, mientras tomaba una copa con unos amigos, se me ocurrió preguntar una tontería y nunca imaginé que eso nos llevaría al primitivo bunga, bunga. En plan broma dije que si los paralelos marcan las diferencias horarias y que, según los mapas, se unen en el Polo Norte y en el Polo Sur, hay en un punto exacto en ambos sitios donde la hora no existe. Evidentemente era una broma pero de ahí pasamos a una discusión de dos horas. Una amiga mía preguntó como el ojo humano ve el movimiento del sol en los lugares en el que el sol no llega realmente a ponerse. La que se montó. Entre redondas que no círculos, redondas que se estiran que no elipses y parábolas cortadas yo llegué a la conclusión que el sol hace la ola. Sacaron papel y lápiz e intentaron explicar a esta amiga mía lo que hace el sol, pero nada, ella misma reconocía que tenía cero visión espacial y que además no entendíamos la pregunta. Y entró nuestro nuevo amigo "Vamos a ver" dijo ella "que movimiento del sol ve un primitivo bunga, bunga que no sabe ni que la tierra es redonda." Siguieron insistiendo con más dibujos y con más nervios unos que otros porque no podían comprender como le costaba tanto entenderlo. Y ella volvía al primitivo. Dos horas más tarde decidimos retirarnos. Ella soñó con el sol bailando la lambada y el resto soñamos con el primitivo bunga, bunga siguiendo el ritmo.

viernes, 6 de mayo de 2011

Infidelidad a la carta

¡Esto es el colmo! Si ya me parece a mí que la gente ha olvidado ciertos valores o reglas mínimas de convivencia, sólo faltaba que pusieran en bandeja a los casad@s el tener una aventura.

El otro día, cerca de casa, vi el siguiente anuncioen una marquesina "¿Estás casada? ¡Revive la pasión! Ten una aventura". En un primer momento pensé que era un gancho publicitario pero no ¡es real! Busqué la página web y ahí está, te facilitan tener una aventura con una persona en cualquier parte del mundo garantizando la confidencialidad. La página dice ser para casados o en pareja aunque los solteros también son bienvenidos.

Si ya hay que competir con la chica estupenda de la oficina, la niñera, el chico guapísimo del gimnasio o cualquier otro, ahora, encima, tenemos este "servicio" de infidelidad a la carta. Como dice la página web, tu pones los límites. ¿Pero es que no hay conciencia? ¿Qué pretenden, acabar con todos los matrimonios y parejas estables? Porque, reconozcámoslo, no somos perfectos, y aunque jamás yo he sido infiel a nadie y va en contra de mi naturaleza, me parece increíble que den facilidades a hacer daño al prójimo. Porque al ser infiel haces daño, mucho daño.

jueves, 5 de mayo de 2011

Poder de convicción

Nadie me cree cuando digo que, de ahora en adelante, mi vida va a ser más tranquila y que estoy en un estado zen del cual no quiero salir. Piensan que es algo pasajero. No me toman en serio. ¿Por qué? Si yo estoy plenamente convencida ¿por qué no puedo convencer a los demás? En fin, que hay desde el comentario "ya te sacaremos de tu caparazón" al de "¡Venga ya! ¿Tú tranquila?" Es evidente que entre mis dones no está el de poder de convicción. ¿Pero por qué les parece tan increíble que quiera una vida tranquila? La he querido siempre y creía que eran las circunstancias que no me lo permitían, pero me he dado cuenta que yo puedo cambiar las circunstancias para no meterme en líos y llevar una vida calmada, sin sobresaltos. Nunca es tarde para cambiar.

De acuerdo, llevo diez días, puede que dentro de un mes vuelva a las andadas pero ¿no merezco ni siquiera el beneficio de la duda?

miércoles, 4 de mayo de 2011

El dermatólogo

Ayer tenía cita con el dermatólogo. Como iba enchufada me dijeron que llegara un poco antes de las cinco y que me cogería la primera. Me dieron como dirección el Hospital Clínico de Madrid, y allí empezó mi periplo.

Cuando llegué al hospital había en la entrada un cartel enorme por el que, debido a que están en obras, te recomendaban la puerta por la que tenías que entrar. La mía, no podía ser de otra manera, estaba en el otro lado. Llegué ahí y la puerta cerrada, al igual que todas por las que había pasado antes. Así que volví al punto de partida. Cuando entré, vi un punto de información y decidí que más valía preguntar e ir directa porque ya eran menos diez. El de información me dijo que no había consultas por la tarde, pero yo, muy segura de mí misma, le insistí que tenía hora a las cinco, así que me dijo que subiera a la segunda planta y al final de tooooodo el pasillo encontraría dermatología. Después de tener algún "problemilla" con el ascensor y recorrer entera la planta equivocada, llegué a mi destino. Todo cerrado. Me encontré a un médico, residente, celador o parecido (todos llevan ese uniforme azul tan horrible) que me repitió lo que me habían dicho abajo, por la tarde estaba cerrado, debía ser, me dijo, en las consultas de la facultad. Le dí las gracias y volví a la planta baja por otro camino que me indicó. Me encontré otro centro de información. La mujer que estaba ahí, después de buscar mi nombre en el ordenador a pesar de que yo le dijera que no lo iba a encontrar, me dijo que yo no tenía cita. ¡Ya lo sabía! Así que no podía ser ahí, que sería en el edificio de enfrente que era un centro privado.

Crucé la calle, entré, volví a recorrer miles de pasillos y llegué a dermatología. Mientras iba buscando la puerta donde pusiera el nombre del doctor al que yo iba, me salieron al paso dos médicos. Les pregunté por el doctor y me dijeron que sí, que eso era dermatología, que ellos eran dermatólogos, pero que ese doctor que yo buscaba no trabajaba ahí, que tenía una consulta privada pero no sabían la dirección. El médico que me lo contó era bastante guapo y de lo harta que estaba, estuve a punto de decirle que me mirara él el maldito lunar. Pero como estoy en este estado zen de no meterme en líos, recogí velas, le di las gracias y salí del edificio.

Eran ya las cinco y cuarto y yo no tenía ni idea de dónde me esperaban desde hacía media hora. Llamé a la persona que me enchufó: buzón de voz. Busqué en Google y ahí estaba, mi dermatólogo, con dirección y teléfono. Llamé y expliqué a la recepcionista quién era y qué me había pasado. Entre risas me dio la dirección, cogí un taxi y me planté ahí una hora tarde. Por fin me recibió el dermatólogo, y en 10 minutos, no más, me dijo que no me preocupara el lunar, que no había que quitarlo. Es decir, que para 10 minutos había tardado dos horas en llegar y me había recorrido los pasillos de dos hospitales, no está mal ¿eh?

martes, 3 de mayo de 2011

Vida nueva

De momento, el alejarme del mundanal ruido no está tan mal. El viernes me fui al ballet, una amiga tenía dos entradas y me preguntó si me apuntaba. Le dije que claro que sí, me encanta el ballet y hacía siglos que no iba. El sábado fui a un cumpleaños infantil. La hija de una de mis íntimas amigas celebraba su segundo cumpleaños, plan de mañana con chucherías y pastel. El domingo lo pasé en el campo entre caballos, toros y plantas. Y el lunes, en casa con un buen libro. Y me gustó. Así que esta va a ser mi vida de ahora en adelante. Hoy es martes, en Madrid como si fuera lunes, y estoy descansada y con energía para toda la semana. No tengo que dar vueltas a nada a la cabeza, no tengo remordimientos de haber soltado algo que no debía, ni me duelen las piernas por haber salido corriendo tras un ataque de pánico. Fin de semana perfecto. ¿Por qué no me decidí antes? ¡Es que soy lenta para todo!