miércoles, 21 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

A primera hora de la tarde me subo a un tren rumbo a Barcelona para pasar dos semanitas en casa. Eso significa que, a partir de esta noche, entro en un tratamiento intensivo de engorde de tal calibre que me río yo de lo que les hacen a las ocas para conseguir foie. El tratamiento en cuestión está creado y dirigido por mi madre que, además, no permite que te saltes ninguna de sus fases: desayuno, aperitivo, comida, merienda y cena. Así que en cuando vuelva a Madrid no me queda más remedio que meterme en el gimnasio y no salir otras dos semanas para contrarrestar los efectos del tratamiento. Volveré a primeros de enero para contaros como van mis nuevas dimensiones. Os deseo Feliz Navidad y que el 2012 no sea peor que éste.

Downtown Abbey

Estoy totalmente enganchada a esta serie. Ayer quedé para tomar una copa pero dejé bien claro que a las diez y media yo estaría sentada en el sofá pasase lo que pasase, y así fue. Hacía tiempo que no me ocurría. Normalmente no hay nada en la televisión lo suficientemente atrayente para mí como para perderme un plan, pero desde que existe esta serie no puedo esperar a que llegue el martes por la noche. Además he de agradecer que no se están pasando con la publicidad porque habitualmente, por culpa de ella no veo ni una película hasta el final. Es cierto, llegan las diez de la noche y empiezo a ver algo, pero en los primeros anuncios noto que me entra el sueño y antes de quedarme dormida en el sofá y despertarme con un horroroso dolor de espalda horas más tarde, prefiero meterme en la cama, así que sobre las diez y media estoy en mi sueño más profundo. Excepto los martes, los martes me tomo un par de Coca-colas por la tarde para poder estar despierta hasta el final.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Frío polar

No sé porque me empeño en vivir en el Polo Norte. ¡Ala exageradaaa! Es lo que está oyendo mi cabeza con más de una voz totalmente reconocible. Vale, no vivo en el Polo Norte, pero sólo geográficamente porque mentalmente me siento totalmente inmersa en él. Yo, con lo friolera que soy, debería vivir en el Caribe, entonces no sufriría estos -50C que estoy sufriendo, porque aunque estemos a 3C o 4C, mi cuerpo siente -50C. En este momento llevo 3 capas y aún no me he puesto ni el abrigo, ni los guantes ni la bufanda y sé que en cuanto salga a la calle se me saltarán las lágrimas del frío. Lo peor de todo es que el frío, frío sólo acaba de empezar, que aún quedan dos mesecitos finos antes de llegar a una temperatura soportable para el ser humano en vez de para los pingüinos. ¿Dónde está ese veranito?

Enajenación mental transitoria

Todos tenemos algo que nos hace entrar en un estado de locura. Un amigo mío es con las direcciones, no soporta que le lleven la contraria respecto a qué camino tomar y le encanta guiar a los turistas. No hace mucho tuvo un incidente en un taxi con dos amigas al respecto. Según me han informado fue como ver la transformación de Dr. Jekyll en Mr Hyde en vivo y en directo. Otro amigo mío, ayer me explicó, que no soportaba rabietas infantiles a adultos caprichosos, eso le saca de sus casillas. También ha tenido un pequeño percance hace poco al respecto. A mí, en cambio, puede irritarme de manera asombrosamente preocupante que la gente no escuche. Estar en una conversación y que varias personas estén discutiendo sobre un tema, diciendo exactamente lo mismo pero no entendiéndose, me crispa hasta niveles insospechados. Afortunadamente esta enajenación mental es transitoria, dura unos minutos, excepto en caso de psicópatas, supongo, pero de esos, no creo conocer ninguno.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Cena de Navidad

Ayer tuve cena de Navidad. Hicimos el robo de regalos y volví a casa con una novela. El año pasado fue la lupa, que por cierto, debería haberla utilizado un poco más. Pero te confías, crees que lo ves todo sin necesidad de ayuda, hasta que te das un castañazo y te das cuenta que en realidad no ves absolutamente nada.
Ayer hubo regalos de todo tipo, desde un usb hasta un futbolín, pasando por una sartén para hacer un huevo frito, solo uno o dos si son de codorniz. Lo primero que me tocó era una bata de guatiné azul (para que fuera unisex)con toritos y corazones. ¿Quién une cuernos y corazones en un mismo diseño? Supongo que un visionario. En fin, que como tenía el número 3 no podía elegir mucho pero el libro me apetecía, así que tuve suerte. Quien no tuvo tanta es a quien le quité el libro y se llevó la bata. ¡Va a estar guapísimo y muy sexy por las mañanas! Lo siento, pero no tuve más remedio.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Vieja, vieja, vieja

Ayer fue el cumpleaños de uno de mis sobrinos, el mayor. Cumplía 11 años. Pero no es eso lo que me hizo sentir como una ancianita. Lo que me hizo sentir como si tuviera 150 años fue lo siguiente: me preguntó si había recibido su email (sí, sí, la criatura tiene email) de hacía un par de días. Era una imagen retocada. Le dije que sí y que si lo había hecho él. De pronto me acordé que lo había recibido a media mañana y le pregunté si a esa hora, en teoría, no tenía que estar en clase. Me dijo que sí, que estaba en clase, de hecho, lo que me había enviado era un trabajo de clase. Le contesté que si en mi época eso hubieran sido los trabajos de clase, el colegio me hubiera gustado mucho más. Y entonces vino el desastre cuando me dijo "Pero es que entonces no había ordenadores" ¡Aaaaarrghhh! ¡Claro que los había, incluso teníamos clase de informática! Le solté. Y él añadió ¿Pero a qué eran unos tochos? ¡Ay! Ya no puedo negar más la evidencia, soy una vieja.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Espíritu navideño

El otro día le dije a un buen amigo que este año tendría que ser él quien tuviera espíritu navideño. Luego lo pensé mejor. Me gusta la Navidad, me encanta, así que nadie me va a quitar las ganas de celebrarla. Sé que por un lado es un agobio; los regalos, las cenas, amigos invisibles, etc. Pero por el otro, es tan divertido; encontrar "ese" regalo perfecto, coincidir milagrosamente con todos tus amigos en una misma noche o llevarte por 15 euros algo totalmente inútil pero distinto. Luego está la lotería. A mí jamás me toca, ni siquiera las gracias por participar, pero desde hace una semana ya tengo los décimos de la familia, de amigos, de ese bar que vas día sí y día también... y no dejo de pensar que pasaría si me tocara, aunque fuera el reintegro. ¡Qué subidón! En fin, que ya estoy en pleno ataque navideño y no puedo esperar a coger el tren a Barcelona para hacer como El Almendro.

martes, 13 de diciembre de 2011

Dios los cría...

Es cierto, nos rodeamos de personas afines a nosotros. Aunque tengo un montón de amigos de lo más dispar, en el fondo, somos bastante parecidos en nuestra manera de distinguir el bien del mal. Y aunque esa distinción parece obvia, no lo es para nada. Los límites éticos y morales varían de una persona a otra de maneras insospechadas. Lo que para mí es blanco o negro para el de al lado puede ser de un color totalmente turbio. Y lo que yo puedo comprender perfectamente para el de enfrente es indescifrable. Me considero una buena persona, y ¿quién no? Y aún así estoy segura que hay quien le parezco Cruella de Vil (que ya me lo han llamado alguna vez). Por eso creo que buscas a amigos que comprendan tus actos que a otros les pueden parecer verdaderas maldades.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Despistada

Por increíble que parezca, hoy tengo que volver al supermercado. Ayer, ya desesperada, hice una lista. Sólo tenía que comprar cinco cosas pero viendo cómo me había ido la vez anterior, decidí asegurarme. Llegué al súper y compré lo que ponía en la lista. Bien, me dejé una porque puse dos veces la misma, y lo mejor de todo, es que la que estaba doble la compré dos veces. Por mucha lista que hagas si la lista está mal, no hay nada qué hacer. Queda bastante claro que mi cabeza ha dejado de funcionar. Como siga así, al final no voy a saber ni como me llamo. Concentración, concentración. Eso me voy diciendo desde ayer cuando me di cuenta que otra vez me había dejado algo. Y lo intento pero... La buena noticia es que voy volviendo a ser yo misma, después de unas semanas hundida en un pozo oscuro empiezo a ver la luz, evidentemente difusa aún (no hay más que ver lo despistada que estoy) pero ya es algo.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Maruja

Llevo unos días de maruja y no puedo más. Lo siento, las tareas del hogar me aburren un montón, pero hay que hacerlas, claro, no hay más remedio. Ayer fui a la compra, después de llegar a casa rezando para que las bolsas, que parecen de papel de fumar, no se rompieran por el camino, me di cuenta de que me había dejado un montón de cosas. Volví al súper (no al mismo, una tiene su orgullito) y volví a cargar bolsas. Esta mañana tengo que volver. ¿Pero qué me pasa? ¿Dónde tengo la cabeza? Cada vez me dejo alguna cosa. Normalmente no me importaría, pasaría sin ello, pero como este fin de semana y toda la que viene tengo visitas, no puedo dejarme cosas. Todas serán necesarias. En mi defensa he de decir que vienen niños y no estoy acostumbrada a "esa compra"(leche entera, yogures de sabores, galletas...) ¡pero de ahí a tener que volver tres veces! En fin, espero que a la tercera vaya la vencida y pueda declarar mi nevera en perfecto estado de revista. Eso sí, hacía siglos que no estaba tan llena.