miércoles, 30 de junio de 2010

Sara Carbonero

Está demostrado que ser mujer, inteligente, válida, con carrera y encima guapa no está bien visto. La última ha sido la crítica a Sara Carbonero. ¿Por qué? Pues porque además tiene un novio que es portero de la selección española de fútbol. Pero lo que ya es el colmo es que cuando a dicho novio le meten un gol, ¡es culpa de ella! Resulta que ella es la causa de la que él no se concentre. Es increíble. Realmente, ¿cuál es el problema: que Sara Carbonero distraiga a Iker Casillas, o que Iker Casillas tiene novia?

Está visto que la envidia es muy mala. Además si triunfas en un mundo de hombres, peor. Si Sara Carbonero fuera lista pero fea, no hay problema, la tratarían como a una más. Si fuera guapa pero tonta, cumpliría un tópico. Pero ¡ah! resulta que es guapa y lista, y eso, por lo visto, no tiene perdón.

Por mucho que digan que hemos avanzado mucho en el campo de las mujeres y sus carreras profesionales, es evidente, que los hombres siguen sin aceptarnos en determinados campos. Peor para ellos, porque estoy segura que después de una jornada de trabajo es mucho más divertido ir a tomar una copa con una compañera guapa y lista, que con el compi de turno para hablar de mujeres guapas y listas.

martes, 29 de junio de 2010

Caras y nombres

Antes nunca olvidaba una cara o un nombre. Sí que es verdad que mi querido cerebro tiene la mala costumbre de archivar caras por un lado y nombres por otro, por lo que a veces los cruza a su antojo y comete errores difíciles de arreglar.

Con los años, la cosa ha empeorado. Ahora, encima, ni recuerda todas las caras ni mucho menos todos los nombres. Hace poco, en un cocktail me presentaron a una chica, y yo, la miraba y pensaba, como me suena, como me suena... ¡Claro que me sonaba! Había cenado con ella hacía unos años en un italiano. Por un lado pensé, bueno de esto hace unos años y ella ha cambiado mucho (para mejor he de decir) y por otro lado... sólo éramos 4 cenando... Lo más grave es que esto no va a mejor. Los años no perdonan y cada día voy más despistada por el mundo. No sé si es que mi cerebro se está oxidando o, simplemente, ya sólo guarda la información que considera vital para el día a día como medida de precaución.

Por otro lado, hay gente que tiene muy mala idea y que disfruta haciéndote pasar un mal rato. Cuando ven que tú estás haciendo un esfuerzo para recordar, te vienen con la pregunta: ¿No sabes quien soy, verdad? Sabiendo que estás escarbando en tu cerebro para encontrar la información. Yo, generalmente, me pongo colorada hasta las orejas y, con un lo siento, intento que la otra persona me dé una pista. A veces me la dan pero otras no. Y eso creo que es una crueldad innecesaria.

lunes, 28 de junio de 2010

El oculista

Quedé hace unos días con una amiga a tomar algo. Iba primero al oculista que le pillaba cerca de mi casa y luego nos fuimos a tomar un vinito. Venía entre muerta de risa e indignada. Muerta de risa porque lo increíble e indignada por la situación en que se había visto.

Resulta que hacía unas semanas que, tras estar un rato ante el ordenador, notaba que veía menos y le dolía mucho la cabeza. Pidió hora en el oculista. En su primera visita le dijeron que tenía astigmatismo y que debía llevar gafas para todo; leer, ver la tele, el cine, el ordenador... Así que ni corta ni perezosa se fue a una óptica a encargar las gafas. Al cabo de los días las recoge, y como niña con zapatos nuevos, se sienta en su oficina ante el ordenador y estrena sus nuevas gafas. Cuál es su sorpresa cuando al ponérselas y mirar la pantalla, nota que ésta en vez de ser rectangular ha cambiado a forma de cono. Sin creérselo, empieza a palpar la pantalla como si estuviera ciega. Se quita las gafas, rectangular, se las pone y ¡cambia de forma!

Alucinada llama a la consulta del oculista. Le explica a la enfermera lo que le pasa y le pide cita. La enfermera le anota el día y la hora aunque, le dice, eso es normal, tiene que acostumbrarse a las gafas. Mi amiga decide que de normal poco, porque si fuera que ve borrosa las letras o que le cuesta concentrarse, en fin, podría ser posible, pero que la pantalla cambie de forma... así que decide abandonar las gafas hasta la nueva cita.

La nueva cita resulta ser con otro médico que le hace las pruebas y le dice no sólo que su astigmatismo es la mínima expresión (y no el diagnóstico de cegata que le había dado el anterior) sino que puede comprar las gafas de farmacia (€3 a diferencia de los €240 que le habían costado las primeras) y además, añade, no te las pongas todo el rato, tan sólo cuando notes que no ves bien o te duele la vista y la cabeza.

Se fue, con la factura de las primeras gafas, a reclamar al primer oculista, que con mala cara y sin un lo siento, le devolvió el dinero. Eso sí, el dinero de esa acertada primera visita se lo quedó él...

viernes, 18 de junio de 2010

Granjero busca esposa

Llevo viendo durante la última semana el anuncio de un nuevo programa: "Granjero busca esposa". En el anuncio van mostrando a los candidatos para que las mujeres se animen a participar en dicho programa. No voy a entrar en calificar a los candidatos... mejor los dejamos cómo están.

Dónde si voy a entrar es en las mujeres que se van a presentar a dicho programa. No explican muy bien en que consiste pero, dada la experiencia en programas parecidos, me imagino que las plantarán en la granja y observarán cada movimiento de ambos. Creo que hay que estar muy desesperada para ofrecerse a ser una mercancía de una cadena de televisión.

Por otro lado (últimamente debo ver mucho la tele) han aumentado los anuncios en televisión de páginas web para encontrar pareja, como Meetic o Partner. No tengo nada en contra, cada uno encuentra pareja como quiera, aunque a mí, personalmente, me da bastante miedo. ¿Cómo sabes qué es cierto lo que te está contando? ¿Y si quedas con él y resulta ser un psicópata? Definitivamente, la gente es muy valiente. Si ya te puedes encontrar con descerebrados de manera normal, no quiero ni pensar en lo que te puedes encontrar via internet, dónde pueden esconder su verdadera personalidad sin reparo.


jueves, 17 de junio de 2010

Armas de mujer

Hemos de reconocerlo, las usamos, y, a veces, de la manera más mezquina. ¿Cuál de nosotras no ha usado la sonrisa para colarnos en la barra de un bar llena de hombres pidiendo cerveza? Llegamos nosotras, sonreímos desde lejos al camarero, y hecho, ya podemos pedir. ¿Por qué creéis sino que las camareras de detrás de una barra son tan antipáticas? Te ven llegar desde lejos y con la mirada te dicen "conmigo no, mona, a mí tu sonrisa me toca un pie".

Luego tenemos el arma contraria, las lágrimas. Y esas sí que son definitivas. No digo ponerse a llorar como una energúmena, pero si vas poniendo cara triste y se te van humedeciendo los ojos hasta que unas lágrimas ruedan por tu cara, eso es mano de santo. Al de enfrente se le olvida que lo que le pedías era un imposible. ¿Cómo iba a dejar de ver la final del mundial de fútbol por ir al ballet contigo, aunque te lo hubiera prometido hace meses porque no cayó en la fecha...? Pero le has puesto carita de perro abandonado y no lo ha podido resistir.

En ese momento llega tu arma más poderosa. Te haces la mujer comprensiva. Y le dices que, aunque te lo había prometido, entiendes que es el mundial y que puede ir a verlo con sus amigos mientras, tú, pobrecita, te quedas en casa. Eso es un arma de las mejores, porque durante las próximas dos semanas podrás ir al ballet, a ver la comedia romántica que tanto te apetece, te acompañará de compras y te llevará a cenar a ese restaurante que te gusta tanto. Y él seguirá presumiendo ante sus amigos de lo bien que maneja a su novia que cuando hay fútbol, él queda con ellos y nosotras en casa. Sí, sí...

miércoles, 16 de junio de 2010

Reciprocidad

Es ley de vida, cuando alguien te cae mal, tu también le caes mal. Y es una suerte. Imagina que alguien a quien no soportas se empeñara en querer hacer cosas contigo. Y también sería humillante al revés, intentar que alguien a quien tu le caes fatal sea amigo tuyo. No sé si es química, o intuición, pero, a menudo, cuando conoces a alguien, sabes si vas a ser amigo suyo o no. También puedes equivocarte, a veces la primera impresión no es la que cuenta, pero ayuda.

Lo peor viene cuando una persona que no es santa de tu devoción te la encuentras hasta en la sopa. Es amigo de tus amigos y ellos te hablan maravillas de él, y tu sin verle ninguna gracia.... ¡un desastre! Porque encima tienes que callarte y sonreír, pero como dice mi madre, se me ve todo en la cara. No he aprendido a manejarla o, al menos, que me obedezca.

Cuando alguien me da repelús, se me nota, cuando me cae mal, se me nota, cuando estoy incómoda, se me nota. ¡Si es que todavía me pongo colorada según el comentario que oiga! A mi edad (que no voy a confesar abiertamente pero que la mayoría sabéis) tendría que haber aprendido ya a disimular, a saber poner una sonrisa medianamente natural cuando quiero estrangular a alguien y no puede saberse. Pero no, en eso sigo como cuando tenía 15 años. Y eso que una lo intenta, pero no hay manera.

martes, 15 de junio de 2010

Complicidad

Hay parejas que tienen complicidad entre ellas y las hay que no, que pueden estar sentadas durante horas entre amigos y ni siquiera mirarse. Yo no pido que no puedan separarse de mí ni un instante, o que no me suelten del brazo por miedo a que desaparezca, sólo pido que de tanto en tanto, echen una miradita a ver qué tal estoy.

Pero conozco parejas que no se miran, se sientan cada uno en una punta y no intercambian entre ellos media sonrisa. He de reconocer, que ambos están contentos, que son felices el uno con el otro, pero a mí... no sé... me parece tan frío. Y no es que yo sea especialmente empalagosa, pero me encanta estar entre un montón de gente y compartir con una mirada, un chiste que sólo nosotros entendemos.

Pero como dice un amigo mío, lo que realmente a mí me gusta, es que me lean la mente. Que sepan en cada momento exactamente lo que necesito. Y puede ser, no voy a negarlo, eso me encantaría, pero soy realista, tranquilos, sé que eso lleva tiempo.


lunes, 14 de junio de 2010

Cena y calla

Es deprimente ir a cenar a un restaurante y ver que la pareja de al lado no se cruzan una palabra. No comentan ni siquiera si les gusta lo que están comiendo. Y eso pasa a todas las edades, pueden ser jóvenes o más mayores, pero existen parejas así.

Lo que no entiendo es porqué van a un restaurante, bueno, en realidad, lo que no entiendo es porqué están juntos. ¿Cómo puedes estar con una persona con la que no tienes absolutamente nada de qué hablar? ¡Qué aburrimiento! Vale, no voy a descartar la telepatía, ciencia donde las haya, y puede que mientras están cenando, están teniendo una interesantísima conversación sin tener que hablar. Pero basándonos en las estadísticas, la telepatía no es una virtud que abunda, yo no conozco a nadie con ese don, ni siquiera de oídas, así que la mayoría de esas parejas no se hablan. ¡Qué triste!

En fin, que cuando yo voy a cenar con alguien, no espero tener que debatir filosóficamente de donde venimos y a donde vamos, sobre todo porque, normalmente, no tengo ni idea que voy a hacer al día siguiente, como para ponerme a discutir qué va a ser de la humanidad. Pero se puede hablar de muchas otras cosas ¿no?

viernes, 11 de junio de 2010

En el fondo

Alguien me dijo hace poco sobre House que en el fondo es buena persona. ¿Cómo que en el fondo? Uno es buena persona o no lo es. Todo empezó porque dije que era una serie que no soportaba porque su protagonista es un borde drogadicto que además me parece mal médico. Porque no me diréis que es un buen médico aquel que prueba 150 métodos diferentes para curar al paciente y hasta que no está al borde de la muerte (a causa de uno de esos métodos) no acierta con lo que le pasa.

Luego me enteré porque la gente (más bien los hombres) siguen la serie. Resulta que hay una médico que está en el equipo de House, que es guapísima. Acabáramos. En fin, que House es un actorazo, sólo hay que verlo en "Peter's Friends" pero guapo, lo que se dice guapo no es. Así que a mí me falta ese aliciente para seguirla.

A lo que iba, el fondo. Lo siento, pero no tengo vocación de excavadora, así que eso que tenga que coger la pala y cavar y cavar hasta encontrar la buena persona que se encuentra escondida, no es mi idea de pasar un buen rato. Además, si esa persona te obliga a semejante esfuerzo no me parece que sea tan buena. Quien se sienta Indiana Jones, adelante, yo prefiero los que son buenos y punto.

jueves, 10 de junio de 2010

Paciencia

La paciencia, dicen, es la madre de todas las ciencias. Pues yo soy una mega científica, porque hay que ver la paciencia que tengo... eso sí, cuando se agota, se agota y no hay tu tía. Hay personas que creen que mi paciencia es infinita, pues, no, no lo es. Y además, ¡menos mal!

Estoy cansada que la gente tire y tire sin descanso. Yo soy buena pero no una santa. Y lo que más me molesta es que me toman por tonta. Piensan, aguantará otra vez. Y de pronto descubren que no, que me he dado cuenta de que estaban abusando de mi buena fe. Entonces se sorprenden. Y cuando digo basta, es basta. No hay vuelta atrás.

He de reconocer que me cuesta dar segundas oportunidades, pero las terceras ni las contemplo. No creo que la gente cambie, y menos a nuestra edad. Porque yo, la verdad, no he cambiado mucho en los últimos años, quizás me he vuelto un poco más drástica, pero eso es debido a la experiencia. Pero de carácter, no, no he cambiado.

miércoles, 9 de junio de 2010

Se busca corazón

Se busca corazón. No es que el mío esté roto ni gastado es que es defectuoso. No hay manera que lata por quien tiene que latir. Cada vez que se le pone delante alguien que es obvio que no conviene, se vuelve loco y, en cambio, cuando es alguien decente, se queda parado, como si no estuviera vivo.

Sí, sí, diréis, ¡qué exagerada! De exagerada nada. Una vez hecho repaso de mi vida sentimental, he de reconocer que el problema está en mi corazón, no en que el mundo está lleno de impresentables (que los hay, y muchos). Pero también existe gente estupenda, pero el tonto de mi músculo central, no se altera ni lo más mínimo. Encima es blando, muy blando. Perdona lo imperdonable y acepta lo inaceptable. No me sirve. Así no voy bien.

Así que si alguien tiene un corazón de sobra, o el suyo no lo utiliza, por favor, que se ponga en contacto conmigo. Lo único que pido es que sea más listo y un poco más duro que el mío.

martes, 8 de junio de 2010

Carpe Diem

Carpe Diem. Ese es el lema que había decidido adoptar hasta que mi cabeza le dio un par de vueltas. Sí, sí, está muy bien eso de aprovechar el momento, vivir el presente y no pensar ni en ayer ni en mañana. Es bonito, utópico y una tontería.

Todo lo que haces hoy tiene que ver con lo que te pasó ayer y afectará a lo que te pasará mañana. Las personas nos comportamos ante una situación según las experiencias que hayamos vivido antes. Nunca son iguales, pero siempre hay un precedente que nos ayuda y nos condiciona.

Y esa actuación tendrá sus consecuencias, buenas o malas, pero algo cambiará en ti y, por lo tanto, también a tu alrededor. Y puede que eso que a ti te ha proporcionado ese minuto de felicidad pasajera haya causado tristeza a los que tenías a tu alrededor. Así que, antes de actuar, será mejor que tengamos un poco de visión de futuro ¿no?

Es muy fácil decir que vives el presente y que no te importa el mañana, pero para eso no has de tener conciencia ni ser capaz de sentir remordimientos. Además, todo lo que va, vuelve... tarde o temprano, pero vuelve.

lunes, 7 de junio de 2010

Yo, mi, me, conmigo

Todos tenemos esos días en que no queremos ver a nadie, que somos la representación física del antisocial. Pero como la Ley de Murphy, es cuando más planes te salen. Tú no quieres salir de casa y las circunstancias te lanzan a la calle.

Sin ir más lejos, el jueves pasado tenía un día tonto y me resistía a ir a tomar un tinto de verano en una terraza. Me atraía la idea de ver en la tele dos capítulos de la nueva versión de "V" (así de mal estábamos). Finalmente vencí la pereza y las pocas ganas de ver a gente y salí a la calle. Basta sentarte, tomar un sorbito de un vino fresquito y empezar a hablar, para que se te pase el autismo social que sufrías hasta hacía escasos 10 minutos.

Creo que cuantas menos ganas tienes de planes, más te has de esforzar por hacerlos, es la única manera que no acabes encerrada en casa durante toda una semana. Las paredes tienen una cualidad especial para atraparte entre ellas, y cuánto más estas bajo su influencia más fuerza cogen. Te van enterrando en el sofá y cada vez es más difícil levantarte de él. Por otro lado, un día metida en casa, pensando en ti misma, también ayuda a aclararte las ideas pero eso hay que hacerlo los días de lluvia.

miércoles, 2 de junio de 2010

SMS

El otro día pillé en FDF antiguos capítulos de Camera Café y volví a ver uno de los más divertidos. Benito, el guardia de seguridad, cuenta que ha conocido a una chica la noche anterior y que le pidió el teléfono. Va preguntando a todas las chicas de la oficina que si le envía un sms esa misma mañana suena muy desesperado. Y si es así, cuando debe enviárselo. Por supuesto, cada una le da una respuesta diferente.

Va pasando la mañana y, por fin, decide que él quiere enviárselo y que va a hacerlo en ese momento, sí o sí. Y entonces llega el segundo problema, ¿qué pone? Y vuelve a preguntar a sus compis. Esta vez, las respuestas son aún más difíciles de conciliar. Que si el mensaje ha de ser divertido, pero no de graciosillo, cariñoso pero no empalagoso, que se note que tiene ganas de verla pero no desesperado... en fin, nada fácil.

Lo peor de todo es que es cierto. El primer sms que recibimos de un chico que nos hace gracia (aún no nos ha dado tiempo ni siquiera de que nos guste) solemos analizarlo palabra por palabra y como por coma. No queremos la calidad literaria de un Cervantes, pero tampoco queremos un sms estándar. Nos gusta que se note que está dedicado a nosotras. Nos gusta que nos saque una sonrisa, pero no es necesaria la carcajada y mucho menos el chistecillo fácil y sin gracia. Nos encanta que lo envíe en seguida, pero no soportamos que luego pasen días sin saber nada... un poco de coherencia, por favor. Y sí, que sea cariñoso, pero tampoco de pulpo desesperado.

Estas son sólo algunas pistas pero lo que no debe faltar nunca es que sea sincero.

martes, 1 de junio de 2010

Celestina

Hubo una época en que me encantaba hacer de celestina. No con mucho éxito, he de reconocer. No entendía porque algunas amigas se molestaban porque les organizaba mal disimulados encuentros "casuales". Pero ahora la tortilla ha dado la vuelta y empiezo a comprender lo que sentían.

Cada vez que una amiga o amigo conoce a un soltero le entran unas ganas irracionales de presentármelo. Con frases como es estupendo, pegáis un montón, es como tú... intentan que aquello cuaje, y es tan forzado que es imposible. Pero lo de celestina llega incluso más allá que amigos con buenas intenciones... ¡Incluso amigas de mi madre lo han intentado! Es el colmo, no sé si llevo cara de desesperada o que simplemente han decidido que, viendo que yo no hago nada al respecto, tendrán que hacerlo ellos. Pero yo ya no creo que el método "celestina" funcione.

Así que desde aquí pido que lo dejéis estar, ya me conocéis, no hay remedio conmigo, siempre encontraré una pega, y cuando no la tiene, me la invento.