domingo, 27 de enero de 2013

Estoy mayor

Una amiga me propuso el viernes ir a picar algo y luego a un bareto a escuchar a un italiano que a ella le encanta. No lo quiere reconocer pero algo me dice que es la presidenta de su club de fans. Hacía siglos que no salía, no había estado muy animada, pero pensé que una noche de chicas sería divertida y que ya iba siendo hora que volviera al mundanal ruido. Durante la cena bebí vino y cuando llegamos al bar pedí una Coronita. Mi amiga flipaba, había perdido a su compañera incondicional de gintonics. Pero es que pensé que era más suave una cervecita que meterme un lingotazo por lo que aguantaría mejor la noche. Empezó el concierto, bailamos y nos reímos. A lo tonto, a lo tonto, llegué a casa a las tres y media de la mañana. Al día siguiente era una piltrafilla. Y es que ya no tengo cuerpo de jota. Mi amiga me volvió a llamar el sábado por la tarde pero yo ya había tenido suficiente. Es más, estaba esperando que fuera una hora decente, como las nueve y media de la noche, para volverme a la cama. La edad no perdona, por mucho que digan que la juventud la llevas en el espíritu, no cuela, a no ser que tengas un Cocoon en la piscina, llega un momento que el cuerpo te dice "¿puedes para un momentito guapa? Tengo que coger aire".

miércoles, 23 de enero de 2013

Una promesa es una promesa

Ayer un amigo me contaba que iba a tener que poner un "cagatió" en su casa. Yo, lo siento, no tengo ni idea que tiene de navideño el tronco en cuestión, seguro que hay una historia detrás, pero a mi la verdad es que es el "cagatió" no me gusta nada, y creo que a mi amigo tampoco. Por lo visto hizo una promesa. Prometió que pondría uno en su casa si le concedía lo que el quería y parece que ha funcionado. Yo le pregunté que en qué momento se había cruzado uno en su camino y entonces me cuenta la siguiente historia: "Iba por el casco antiguo y en frente de la catedral, entre todas las figuritas navideñas había un "cagatió" enorme que me miraba fijamente con unos ojos penetrantes. Entonces como Escarlata O'Hara con el puño en alto lleno de tierra y la misma intensidad del "a Dios pongo por testigo que nunca más pasaré hambre" prometí que si me concedía el deseo que le pedía pondría uno en casa." Así que ahora tiene que añadir el tronco con la barretina en su salón. Eso sí, si es cierto que concede los deseos, hasta yo soy capaz de poner uno.

domingo, 20 de enero de 2013

El continental

Tengo un amigo que cada vez que juega al continental me envía whatsapps para que le vaya recordando las reglas. A medida que va avanzando en el juego me va haciendo preguntas. No sé si lo hace porque tiene memoria de pez o para decirme: je, je, domingo por la tarde yo estoy jugando al continental y tu estás en casa viendo una película basada en un hecho real en el que una mujer muy mala, muy mala, está haciendo la vida imposible a unos niños mientras su padre, que llora el asesinato de su esposa, no se ha enterado de que es la secretaria/niñera/amiga de su mujer quien la ha matado para quedarse con él. Si es por el primer motivo, ayer ya le sugerí que se tatuara las reglas en la espalda, yo misma le buscaría un tatuador de fiar. Y si es por el segundo se las voy a tatuar yo misma para oírle gritar cada vez que le meta la aguja llena de tinta.
No son pensamientos de los que me siento orgullosa, he de reconocerlo, pero es que el continental es uno de mis juegos favoritos, sobre todo porque se me da bastante bien y gano a menudo. Y la envidia no trae nada bueno. Así que para la próxima timba, o recuerda las reglas, o espera a que yo vaya a Barcelona para unirme.

lunes, 14 de enero de 2013

Hacerse el sueco.

Según la Real Academia hacerse el sueco es desentenderse de algo, fingir que no se entiende. Cuando te encuentras con un profesional de esta actividad, ante todo sientes una gran impotencia. El primer mensaje lo envías de forma educada y sutil, porque no quieres ofender a nadie. No estás enfadada, sólo es alguien que te ha hecho daño (consciente o inconscientemente, eso es lo de menos) y quieres protegerte para que eso no vuelva a ocurrir. Cuando el "sueco" (vamos a llamarlo así) ignora dicho mensaje, tu primer instinto es pensar que no has sido lo suficientemente clara y no te ha entendido. Decides enviar un segundo mensaje que a ti te parece que roza la bordería pero que es claro como el agua. Resulta que vuelve a actuar como si nada. Ahí empiezas a mosquearte. Pero cuando han pasado meses en los que has estado enviando mensajes cada vez más directos que no han llegado a ninguna parte es cuando te desesperas. Estás ante el campeón olímpico en la modalidad de hacerse el sueco. Pero esto es un combate y aún no he tirado la toalla.

viernes, 11 de enero de 2013

Un mal día

Qué día tengo y sólo acaba de empezar. La primera de frente ha sido en el gimnasio. Al subirme a la cinta no me he dado cuenta de que el anterior usuario no la había parado. A las siete y media de la mañana no suelo estar para estos detalles. No me he hecho una cara nueva de puro milagro. He de reconocer que he salvado el momento con bastante dignidad. Aunque he estado maldiciendo al colega durante más de diez minutos. Después en la ducha, en vez de champú, me he puesto el jabón de cuerpo en el pelo, así que aclarar y volver a empezar... Se me ha caído el bote de pinceles de maquillaje a la pica del baño, secador al canto intentando salvarlos... Vaya, que es uno de esos días en que mejor no te levantas. ¡Y no son ni las diez de la mañana! Lo más inteligente será quedarme tranquila en casita hasta mañana porque miedo me dan los peligros que hay en la calle.

lunes, 7 de enero de 2013

Príncipes y princesas

El sábado oí dos veces de personas distintas, que no existían ni los príncipes azules ni las princesas. La primera tomando un aperitivo en mi casa y la segunda cenando con unos amigos. Mi respuesta inmediata fue, a ambas, que yo sí era una princesa. Cuando digo que soy una princesa es que quiero que me traten como tal. Evidentemente ambas afirmaciones provenían de dos hombres. Para ellos es mucho más fácil que no existan. Así ni tienen que comportarse como príncipes (atentos, encantadores, detallistas, etc) ni tratarnos como princesas. Ya sabemos lo comodones que pueden llegar a ser, sobre todo cuando creen que ya nos tienen "coladitas". Luego hablando con una amiga le dije que yo sola estoy muy bien, así que, o el estar en pareja significa una mejoría sustancial en mi vida (es decir me parece tooooodo maravilloso), o para ir a peor o quedarme igual, me quedo como estoy. Ella dijo lo comprendía aunque no estoy segura que lo compartiera. Pues lo siento, yo si creo en los príncipes y las princesas.

viernes, 4 de enero de 2013

Prioridades

El domingo por la noche vuelvo a Madrid. Vuelvo el domingo porque cuando cogí el billete, todos los trenes del día 7 estaban bloqueados y a riesgo de perder las ofertas de tarifa web, decidí comprarlo para no tener que vender un riñón por esperar un par de días y ver qué pasaba. Así que, con el roscón de Reyes todavía en el esófago, tomaré rumbo a mi rutina diaria. Volveré a mi gimnasio, a mi nevera haciendo eco, a mis ensaladas de bolsa y a mis yogures. Mi cuerpo lo pide a gritos después de dos semanas de comidas, cenas, aperitivos y meriendas. No he visto a todos los que debería haber visto, no estado socialmente muy activa. Pero he disfrutado muchísimo de mis personitas favoritas; mis sobrinos. Lo siento, pero he decidido cambiar mis prioridades, así que si una excursión con ellos a Figueres supone que llegaré demasiado cansada para subirme al tacón e ir a cenar a un japonés, no me arrepentiré lo más mínimo de quedarme en casa viendo Arsenico por compasión tirada en el sofá. Y así voy a seguir todo el 2013. Se acabó el socializar por no ofender al personal. Si estoy con ganas y fuerzas bien, y si no lo estoy, no quiero que nadie se lo tome por el lado personal, porque no lo es, pero si lo hace es su problema no el mío.

jueves, 3 de enero de 2013

Ni madre ni espejo.

El otro día fui al cine con mi madre y mi cuñada a ver la película de Pierce Brosnan. A parte del hecho de que mi compi de cine esta "missing in action" no creo que hubiera podido convencerle para ir a ver un drama romántico de producción danesa. La película en sí, no vale mucho, para que negarlo, me pareció que complicaban demasiado las cosas, pero he de reconocer que no me importó ya que al ser Pierce Brosnan el protagonista, chupaba mucha cámara, que es a lo que en definitiva yo iba. Lo sé, es infantil y superficial, pero con este hombre no tengo medida. Al acabar la película y mientras me ponía el abrigo oigo detrás una voz de urraca con sobredosis de  Strepsils  el siguiente comentario: "está bastante desmejorado" refiriéndose a Pierce Brosnan. Me giré y me encontré con una mujer que tenía el mismo tamaño que mi madre, mi cuñada embarazada de siete meses y yo juntas. Llevaba unas mallas cuatro tallas menos, el pelo corto y sucio y unas gafas que ni Martirio se hubiera atrevido a ponerse. Me indigné. Ya le gustaría ella estar lo "desmejorada" que está Pierce Brosnan en la película. Y me acordé de una frase que siempre dice una tía mía: esta mujer no tiene ni madre ni espejo.

miércoles, 2 de enero de 2013

Extraños

Los Reyes Magos se acercan y me pregunto si, durante el pasado año, he sido buena o me traerán carbón. Yo creo que he sido buenísima pero claro, puede que haya quien no esté de acuerdo. Yo a esa persona también le diría muchas cosas respecto a su actitud. A veces, las personas que menos te lo esperas te decepcionan terriblemente. Pero como es de los que no le gusta hablar de cosas importantes, al final cada uno nos hemos tenido que comer con patatas nuestras opiniones. Siento que estoy en el limbo. Es como esa canción "Someone that I used to know". Nos hemos convertido en dos perfectos extraños que se felicitan las fiestas por pura educación. A mí me parece que no se portado todo lo bien que debiera conmigo y supongo que él debe sentir lo mismo. La pena es que va pasando el tiempo y tan sólo intenté una vez hablar con él y viendo que no había ningún tipo de interés por su parte, lo he dejado pasar. ¿Será porque en el fondo no éramos tan amigos como creíamos? Quiero pensar que no, pero visto lo visto, tengo mis dudas. Pero lo reconozco, aunque así fuera, le echo de menos.