miércoles, 25 de enero de 2012

Blade runner

Estas navidades me han regalado un disco duro ya grabado con un montón de películas y series. Después de varios fiascos intentando conectarlo, por fin un amigo me dio el cable que necesitaba y lo conecté. Entre el amplio repertorio estaba Blade Runner y como hacía siiiiiglos que no la veía, pensé que sería un buen plan para un lunes por la noche. Recordaba que en su momento me gustó.
La película es de principios de los ochenta pero está ambientada en un hipotético 2019. Cuando vi lo que nos esperaba dentro de 7 años quise llorar. Primero de todo las ciudades son oscuras y caóticas y los apartamentos de los distintos personajes son para enviar una brigada de limpieza capaz de sacar un poco de lustre a tanto polvo y tanta mugre.
Pero vayamos a lo tecnológico que ahí hay tela. Harrison Ford habla con una computadora para aumentar las imágenes de una fotografía, hasta ahí bien, más que posible, pero cuando pide imprimir un detalle y por una impresora sale una polaroid mi asombro no tiene límite. Quién iba a decir en 1982 que la máquina polaroid sería un objeto de colección en 2012... No hace falta decir que en la película no hay un móvil y mucho menos un iphone o una blckberry. ¡Menudo visionario el guionista! Eso sí, existe un secador que es como una lámpara donde metes la cabeza y en medio minuto tu pelo está seco. ¡Lo quiero! ¡Lo necesitoooo!
Finalmente, lo que realmente me deprime es que en 2019 vuelven las hombreras, ¡aaargggh! Por favor, aún estamos a tiempo de evitar semejante desastre, así que pido seriamente al mundo de la moda que bajo ningún concepto se planteen volver a un error tan antiestético.

lunes, 23 de enero de 2012

Partido de fútbol

Ayer, por primera vez me llevaron a un partido del fútbol. Nada menos que al Bernabéu. Jugaba contra el Atlético de Bilbao, menos mal, si llega a jugar contra el Barcelona me linchan, ahí no habría podido disimular. Pero como era contra otro equipo y no soy ninguna fanática, fui con el equipo del que generosamente me había invitado.
He de reconocerlo, lo pasé como una enana. A mí, que el fútbol me trae sin cuidado y que sólo veo los partidos cuando quedamos en un bar por el simple hecho de que es un plan. Incluso, el miércoles por la noche, mientras yo estaba absorbida por Downtown Abbey, sonó el interfono. Era un periodista de Intereconomía que quería saber si estaba viendo el partido. ¿El partido? No, no, no. ¿Quién juega?, le pregunté. Sorprendido, si acabar de creerse que lo preguntaba en serio, me contestó: Real Madrid - Barcelona. ¡Vaya! Que eso es lo que me entero yo del fútbol.
Pero he de decir que ir al campo es totalmente distinto. El ambiente, las pipas (¡puagh!) Pobre al que luego le toca la limpieza. La señora de atrás de 100 años, de los cuales lleva 70 sentada ahí, gritando "¡Sinvergüenza!" y declarando su amor incondicional a Marcelo... la tensión... ¡ufff! ¡Qué nervios pasé!
Eso sí ganamos. Sí, sí, digo ganamos que ayer yo iba con el Real Madrid. ¡Quién me ha visto y quién me ve!

lunes, 16 de enero de 2012

Mamma Mía

Me he reconciliado con Abba. No sé porqué pero le tenía muchísima manía. El domingo pusieron Mamma Mía en Telemadrid, ya la había visto en el cine. ¿Qué porqué fui a ver una película que sabía perfectamente que era un musical de un grupo que detestaba? ¡Aaaahhhh! Es que Pierce Brosnan era uno de los protagonistas, y a eso no me puedo resistir. En fin, que fui a ver la película, me deleité con los primeros planos y salí pensando que no estaba mal pero que tanto Abba era un poco cargante. Pero este domingo, volví a verla ¿Por qué? Pues por lo mismo que la vez anterior. Las películas de este hombre puedo verlas millones de veces y no me canso. Y esta vez fue distinto. Cuando acabó la película me fui a dormir contenta. Es una de esas películas que te dejan buen sabor de boca como "Love Actually" o "Mucho ruido y pocas nueces". No estoy comparando calidad, estas dos le dan cien patadas, pero te deja la misma sensación. Eso no significa que ahora vaya a ir corriendo a adquirir tooooda la discografía de Abba. De hecho no pretendo llevar ni una canción en mi Ipod. Pero mira, ya no les tengo tanta manía.

Fideuá

El sábado fui a comer a casa de un matrimonio amigo mío. Ella había preparado una buenísima fideuá, pero recordó que era lo que me había dado la otra vez que había estado comiendo ahí. A mí no me importó nada porque es un plato que me encanta y, la verdad, no tengo ni los conocimientos ni la paciencia culinaria como para preparármela yo. Estuvimos hablando de todo, absolutamente de todo, para que lo veáis claro: hablamso tanto del tema "Urdangarín" como de "Dartacan y los tres mosqueperros" (sí, sí, va en serio, hablamos también de eso). Resulta que volviéndola a ver te das cuentas de lo muchos detalles que se te pasaron cuando la veías de pequeña. También me enseñaron unos vídeos divertidísimos de la revista EL jueves sobre la moncloa. Son geniales, os los recomiendo.
Después él nos preparó un buenísimo gintonic. Creo que le pone cardamomo o algo parecido. De tanto en tanto, él intentaba sacar el tema de mi vida sentimental pero no llegó muy lejos y de pronto me dice que se ha enganchado a mi blog. Y añade que alguna vez le gustaría reconocerse, es decir, que hablara de él. Me entró la risa pero le prometí que hoy hablaría de él así que lo prometido es deuda. Estuvo muy gracioso, ya antes de irme, volvió a insistir y me dijo: mira voy a hacer una flexión, sólo una, para salir en tu blog. Y dicho y hecho, hizo una flexión en el suelo. Sólo una, como había dicho.

miércoles, 11 de enero de 2012

Sugerencias

Siguiendo mi post de ayer os paso a explicar en que derivó la conversación. Según este amigo mío tengo que poner de mi parte para encontrar a alguien "normal" (palabra cuyo concepto ya discutí).
La primera sugerencia fue que me apuntara al gimnasio DIR. Cuando le dije que yo ya estaba apuntada al gimnasio, me contestó que eso daba igual, que me apuntara a éste también. Por lo visto, dicho gimnasio organiza fiestas para sus socios en la terraza de un hotel de Barcelona. Lo siento, le dije, pero no hay DIR en Madrid, al menos cerca de casa. "Pues te apuntas al de Barcelona y vienes cuando haya una fiesta, es para conocer gente nueva, el ejercicio lo haces en el tuyo de Madrid". ¡Claro! Cómo que están los tiempos para ir pagando dos gimnasios. Además apuntarme a uno para ir a fiestas me parece muuuuy desesperado. Bueno, piénsalo, me dijo (el chico es cabezota).
La siguiente fue aún mejor. Me sugirió que me apuntara a un "speed dating". ¡Ja, ja, ja! Con el ojo que tengo normalmente conociéndolos durante un tiempo, como para fiarme de él en sus apreciaciones de 10 minutos. No, no y no.
Se fue diciendo que así me va, que si no colaboro, que no me queje. ¡Pero si yo no me quejo! Fue él el que empezó la conversación con un "ya basta".

martes, 10 de enero de 2012

¿Normal?

Uno de estos días que he estado en Barcelona quedé con un buen amigo. No nos vemos mucho porque entre que yo no voy a menudo a Barcelona y que cuando voy nos cuesta sincronizar agendas, a veces pasan varios meses sin que nos veamos. Eso sí, estamos al día telefónicamente.
Quedé con él una tarde en casa y sólo llegar me dice: "Me alegro que estemos solos, quería hablar contigo en serio. Ya basta" ¡Uy, uy, uy! pensé ¿qúe demonios habré hecho ahora? Él continuó: "Ya va siendo hora de que te busques a un chico normal" ¡Aláaaa! Como nos conocemos desde los 17 años y esta es la segunda vez en todo este tiempo (no os voy a decir cuántos) que se mete en mi vida sentimental decidí escucharlo. Además, la otra vez, hará unos 12 años, tenía razón, así que quise saber por donde iba. "Ya está bien de que te busques hombres que o viven en un avión o en el otro lado del planeta, o están más ocupados que un ministro. Tienes que buscar un chico en Madrid, también acepto Barcelona" me dijo sonriendo, "de hecho eso estaría muy bien porque te veríamos más el pelo". ¡Aaaaah! Por normal entiende hombre establecido en un sitio fijo. ¡Vaya, vaya! Le contesté que para empezar yo no "busco". "De eso también hablaremos luego, porque quizás deberías poner de tu parte" contestó (la continuación por ese camino de la conversación ya os la contaré porque merece un post a parte). Además, ¿qué culpa tengo yo si últimamente se me dan mejor las relaciones internacionales que los productos nacionales?
He de reconocerlo, no es la primera vez que se me riñe sobre lo mismo. Pero insisto, normalidad no tiene nada que ver con movilidad geográfica. Normales, normales de verdad, quedan muy pocos.

lunes, 9 de enero de 2012

Ya de vuelta

Ayer por la noche, después de más de dos semanas fuera, volví a casa. Lo cierto es que estaba tan cansada que puse la tele, miré el correo y me estiré en el sofá. Hasta esta mañana no he deshecho la maleta. Hoy me toca marujeo: compra, desmontar el belén, lavadoras... ¡qué divertido!
Por otro lado aunque el año no acabó bien, empezó normal (lo que ya es mucho). No me tocó la lotería. No he hecho propósitos ¿para qué si nunca los cumplo? Y encima hace muchísimo frío. Pero como he decidido dar un poco de positivismo a mi vida, voy a contarlo de otra manera. El año 2012 va a ser mejor que el anterior. Tengo salud. No necesito hacer dieta(ignorando claro, esos dos quilos de más que gano cada vez que voy a Barcelona) y ya voy al gimnasio por voluntad propia. Además tengo una manta nueva que me dejó Papá Noel tan gustosa que espero que el verano no llegue nunca.
¡Feliz y positivo 2012!