jueves, 22 de julio de 2010

Cerrado por vacaciones

Me voy hoy de vacaciones. ¡Yupi! Así que cierro "la paradeta". Volveré en septiembre para contaros mi verano, aunque tengo que confesaros que espero sea tranquilo. Sólo quiero descansar, ponerme morena y coger fuerzas para el próximo "año académico". Tengo un mono de playa...
Besos a tod@s.

miércoles, 21 de julio de 2010

Mirar a los ojos...

Sigamos con Sanfermines que este año dio mucho sí, no sé si por el tiempo que estuve o porque estoy más receptiva a según que cosas. En uno de los bares, las camareras de la barra de fuera (no sé las de dentro porque no me atreví a meterme entre tanta marabunta) llevaban un uniforme de lo más sugerente. Era una especie de vestidito/delantal de algodón rojo cuyo escote permitía ver hasta la marca del sujetador. Os podéis imaginar entonces porque era la barra más solicitada entre la población masculina. Se peleaban por pedirte una copa. Había, además, algunos que directamente no se movían de ahí. Babeaban encima de sus copas que pedían una detrás de otra.

Yo me puse de espaldas para que los chicos con los que estaba pudieran estar de cara y así no cogieran tortículis. Cómo no, comentamos la jugada. Uno dijo que la frase que le diría a una de ellas sería: si no te miro a los ojos es porque me das mucho respeto. Yo flipé. El problema es que la camarera en cuestión también lo oyó y además como cogió el mensaje subliminal de la frase, nos miró fatal. El que había soltado semejante comentario añadió: No sé porque se ofende, no es nada malo si sólo ha oído "esa" frase y no lo anterior, además ¿qué hace escuchando nuestra conversación? Si se viste así que acepte que habrá comentarios.

Pues no los aceptaban. Supongo que ellas eran las primeras que sabían que era demasiado lo que enseñaban. Hubo algún que otro percance con dichas señoritas ya que fue inevitable que los hombres no hicieran comentarios al respecto. Por un lado tienen razón: ellas se habían puesto más que sugerentes, pero por otro lado, ¿no somos ya lo suficientemente adultos para darnos cuenta de que ellas no lo han elegido y que ya están bastante incómodas con la situación como para encima tener que escuchar según qué cosas?

martes, 20 de julio de 2010

Las fotos

Estuve la semana pasada en Pamplona. Lo sé, vivo como una reina, para qué negarlo. Este año, como iba muchos días y no sólo el fin de semana, decidí tomármelo con calma y descubrir las fiestas de día. ¡Gran error! Es mucho más agotador que el plan de noche. Eso sí, es divertidísimo.

El día 6 llegué justo para el chupinazo, y cuando digo justo me refiero que aparcamos el coche a las 11.45 y a las 12 soltaron el cohete. Estuvimos haciendo el tonto con mi cámara y, he de reconocer, que el resultado ha sido mucho mejor de lo que esperaba. Para los que me conocéis os diré que permití que la cámara me enfocara y disparara y que, además, una vez de vuelta en Madrid, no las he borrado. ¿Estaré madurando y aceptando que algo tendrá que quedar para el futuro? No nos pasemos, más bien es que las fotos son divertidas y aunque queda patente mi falta de fotogenia, no están tan mal.

No me gusta que me hagan fotografías, sobre todo si es con una cámara que no es la mía y luego no voy a poder borrarlas. Creo que hay que tener mucho cuidado con lo que dejas para la posteridad. Es cierto, luego cuando ves las fotos de un viaje, una fiesta o una boda, la mayoría de las veces parece que yo no hubiera estado, y si me han cogido en algún robado... desearía no haber estado.

Pero estoy mejorando, poco a poco, no quiere decir que ahora se me pueda hacer fotos sin que ponga mala cara, pero acepto que, en fin, de vez en cuando no hace daño a nadie. ¡Qué orgullosa estoy de mí misma! (je, je, je).

lunes, 19 de julio de 2010

Volver...

El otro día una amigo me contaba la experiencia de una amiga de su madre. Resulta que hacía muchos años su marido la abandonó por otra. La dejó tirada porque quería a una mujer más joven. La crisis de los cuarenta que algunos lo llaman (yo tengo un nombre más feo pero prefiero no dejarlo por escrito). Lo increíble es, que pasan los años, el marido se pone enfermo, la jovencita lo deja y ¿qué hace? Vuelve al hogar...

Pero eso no me parece lo más sorprendente. Lo alucinante es que ella, su mujer (porque nunca se divorciaron) le abre las puertas de par en par y lo acepta, lo cuida y perdona el pasado. Espero que al menos, no lo olvide. El amigo que me lo contaba se sentía muy orgulloso de esa mujer, dijo que era una santa y que se estaba ganando el cielo. Yo creo que es masoquista.

Es evidente, yo no me ganaré el cielo, ni seré una santa, pero no me veo capaz de volver a abrir las puertas a alguien que me ha hecho tanto daño. Lo llamaría dignidad, pero eso lo veo muy fuerte, llamémoslo "orgullito"... y el intento de que no te vuelva a pasar, al menos, con la misma persona.

Hay un dicho que dice que la primera vez es culpa suya, si hay una segunda, la culpa es toda tuya.


viernes, 16 de julio de 2010

¿Solos?

Si algo nos diferencia a hombres y mujeres es el momento en que dejamos al otro. Las mujeres, después de dar 150 oportunidades y ver que nada cambia, nos cansamos y punto, se acabó. Los hombres, es cierto, puede que den muchas oportunidades, pero mientras tanto ya están buscando sustituta y no se van hasta que la encuentran. Vale, lo reconozco, estoy generalizando, pero todos los tópicos tienen un fondo de verdad.

Es raro ver a un hombre que deja a su novia/mujer/pareja sólo porque no puede más. Siempre hay otra persona, eso no significa que ya hayan empezado una relación con ella, pero que tienen a otra en la mira no lo puede negar nadie. No saben estar solos. Vale, repito, no todos los hombres actúan así.

Los hay que realmente lo dejan y se quedan solos. Redescubren el salir con los amigos, ver todos los partidos de fútbol, baloncesto, balonmano y cualquier otra competición deportiva, los hay que hasta siguen el cricket. Dejan de afeitarse todos los días y salen todas las noches. Este tipo de hombre se encuentra tan bien en la soltería que ya no lo sacas de ahí. No quiere saber nada de relaciones (aunque por supuesto sí de mujeres) y durante años se creerá el soltero de oro de la ciudad.

En fin, que no sé si es peor un hombre que no sabe estar solo o el que le encanta estarlo.

jueves, 15 de julio de 2010

Los amigos

En una boda hace un par de semanas (sí... otra boda...) estuvimos hablando de cosas extrañas que nos habían contando o habíamos sufrido nosotros mismos respecto a amigos y otros elementos que se nos cruzan en esta vida. Todos teníamos una historia rara que contar, bueno, todos menos uno... Según él, eso se debía a que en su círculo de amigos íntimos no pasaban cosas raras. ¡Qué suerte! Y también que increíble. Hay varias opciones; una, que no se lo cuentan, dos, que él no quiere reconocerlas y tres, que si no les pasan cosas raras es que los raros son ellos.

A medida que vas madurando (me niego a decir que te haces mayor) vas conociendo más gente y de los más diversos ámbitos. No quiere decir eso que a todo el que conozcas lo hagas amigo íntimo, pero un 30 a 1 no me parece tan difícil. No es posible que todos lleven una vida sin sorpresas, sin que les pase nada extraordinario. Además creo que es una pena porque es lo que hace que no todos los días sean iguales. Lo extraño o lo raro no siempre es malo, sólo distinto. Claro que te llevas decepciones pero también muchas alegrías.

miércoles, 14 de julio de 2010

La mitad más 7

Según un rumor popular, la mitad más siete es la edad ideal que debe tener la mujer respecto al hombre. Es decir, que para un hombre de 40 años, la mujer ha de tener 27. Si seguimos esa regla más vale que empiece a hacer visitas a los geriátricos. He de reconocer que siempre me han gustado mayores, pero es que, según esto, tendría que rozar ya los 60 y me parece un poco exagerado.

Además, cuando un hombre va con una mujer más joven, entre ellos lo aprueban y le aplauden, pero cuando una mujer va con un hombre más mayor se hacen preguntas bastante impertinentes. Hace poco un amigo mío, que tiene la treintena pasada, decía que él quería encontrar una niña de veinte y pocos. Pero, cuando otra explica que su prima de 25 sale con uno de 40, puso el grito en el cielo. No lo entiendo, si quieren una jovencita ¿por qué luego critican a las mujeres que les gustan mayores?

En fin que la cursilada de "el amor no tiene edad" es una patraña para justificar el caso propio pero que no se aplica cuando le ocurre a tu vecino.

martes, 13 de julio de 2010

Las exhibicionistas

No soporto las exhibicionistas en el gimnasio. Salen de la ducha, llegan a las taquillas y se desnudan completamente. Hasta ahí normal, para vestirte has de quitarte la toalla. Pero es que luego pasan hoooooras antes de que se pongan, al menos, la ropa interior. El otro día ya fue el colmo cuando veo a una mujer peinándose totalmente desnuda.

Los chicos dicen no tener ese problema. Cuando están en el vestuario, se duchan, salen con la toalla y se la quitan para vestirse. No sé porqué se ha puesto de moda entre las mujeres el exhibicionismo. Además, las únicas que lo vemos somos más mujeres, y la verdad, a mí me toca un pie si tienen un cuerpo escultural o les mata la celulitis. Bastante agotada estoy de la paliza que me he metido en la cinta como para estar pendiente de unas cuantas señoras que no saben qué hacer para llamar la atención.

A veces pienso que, a parte de querer ser el centro de atención, se creen así más liberales y progres. Creen que el exhibicionismo es un signo de la modernidad y que, las que nos quitamos la toalla para vestirnos somos una carcas anticuadas que nos avergonzamos de nuestro cuerpo. Yo no me avergüenzo de mi cuerpo, pero es que no tengo ninguna necesidad de enseñarlo a otras mujeres.


lunes, 5 de julio de 2010

La cocina

El otro día fui a cenar a casa de un matrimonio amigo mío. Ella había preparado el aperitivo y dejó la comida en el fuego para sentarse en el salón y hablar conmigo. Estábamos liadas charlando y le pidió a su marido que se encargara de sacar la comida. El marido, con una sonrisa, se levantó y se fue a la cocina obedientemente. Cenamos, bebimos, tomamos un helado de postre y, cuando habíamos acabado, ayudé a mi amiga a recoger la mesa.

Menuda sorpresa al entrar en la cocina. Era como si el huracán "Alex" hubiera pasado por ahí. Mi amiga no lo entendía. ¡Pero si solo tenía que sacar la comida del fuego, ponerlo en la bandeja, que ella previamente había preparado, y sacarlo al salón! Estábamos alucinadas; la cazuela, sucia con toda la grasa ya seca estaba encima de los fogones (qué costará ponerlo en el fregadero y abrir el grifo de agua caliente, ¿eh?). Los fogones estaban como si en vez de haber cocinado hubiéramos tirado petardos. Había cuatro bandejas fuera de los armarios, ya que no había visto la que su mujer había sacado y dejado al lado de los fogones, y había repasado todo el ajuar hasta encontrar una que le gustara. Había cubiertos de servir, pinzas de cocina, cucharas de madera y espumaderas por toda la cocina...

Mi amiga se arrepintió de haber pedido ayuda porque estuvimos recogiendo durante un buen rato. Pero yo creo que los hombres lo hacen a propósito. Esta amiga mía se lo pensará mucho antes de volver a pedir ayuda a su marido después del desastre de la cena, aunque lo que tendría que hacer es todo lo contrario, pedirle que cocine más y que además recoja.

viernes, 2 de julio de 2010

Punto de ruptura

Hay un momento clave en el que te das cuenta que esa persona no es la adecuada para ti. Muchas veces crees que es por detalles a lo largo del tiempo, pero en realidad hay una décima de segundo en que lo ves clarísimo, y puedes o dejarlo correr como si nada hubiera pasado o puedes actuar al respecto.

A veces es por un tema familiar. Como cuando le preguntas a tu novio, que se llama Gumersindo (pero todos lo llaman Gus) porqué sus padres eligieron ese nombre y él te contesta que es un nombre familiar, su padre, su abuelo, su bisabuelo... todos se han llamado así y, añade que si él un día tiene un hijo le pondrá Gumersindo. En ese momento sabes que no será hijo tuyo.

Otras veces es por un planteamiento de vida. Tú, urbanita total, accedes un día a ir de excursión por el campo. Entre flores y pájaritos, él te cuenta que su sueño es tener una granja y que está ahorrando para comprarse una parcela en el medio de la nada para criar vacas y gallinas. Tú, que lo más cerca que quieres estar de cualquiera de esos bichos es la distancia prudencial para ver la tele, te das cuenta que ni tú te vas a ir a vivir al campo ni él va a renunciar a su sueño.

También puede ser un comentario. Has ido al cine y después te deja en casa porque ese día su madre le ha preparado su plato preferido: ¡carne rebozada con pimientos! No es la carne rebozada, no son los pimientos (aunque he de reconocer que no me entusiasman). Es el hecho de que evidentemente este chico tiene una madre a la que no le gustas. Y eso, no va a cambiar.

Hay miles de momentos más, pero no quiero liarme... Lo que está claro, es que digan lo que digan, en realidad sí sabes cuando no es el adecuado.

jueves, 1 de julio de 2010

Terapia de choque

Hay momentos en que es necesaria la terapia de choque. Cuando te encuentras de frente a alguien que no conviene pero que hace que tu corazón vaya a 100 por hora, o reaccionas y haces algo al respecto o estás perdida.

Un método es resignarse a que sigues sintiendo algo por alguien que no lo aprecia, y encerrarte en casa con un montón de chucherías y películas en las que el chico malo se vuelve bueno porque se enamora. A mí, sinceramente, no me parece ni sano ni eficaz pero habrá gente a quien le funcione. También existe la posibilidad de salir de marcha con amigas y despotricar sobre los hombres y lo mal que nos tratan. Eso desahoga pero tampoco soluciona tu problema, porque en vez de pensar en otra cosa, te has pasado más de dos horas hablando sobre el tema.

Lo que yo creo que funciona es poner en marcha tu teléfono y enviar un sms a ese fiche que está lejos, que no implica, pero que te hace ver que hay más peces en el mar. De esta forma no haces daño a nadie y tu superas ese momento de estrés y debilidad en el que pensaste en quien no debías.