jueves, 28 de octubre de 2010

Los puentes

Los puentes son siempre motivo de conversación, parece mentira el juego que pueden llegar a dar. Cuando se acerca uno, el tema pasa a ser de la misma clase que hablar del tiempo, es algo fácil y además dura bastante.

Quince días antes la pregunta del millón es ¿haces algo el puente? Y tienes que decir sí porque sino eres un bicho raro. En Madrid quedarte los puentes o en agosto te convierte en el ser más extraño del mundo. Yo, en cambio, me quedaría muchos, pero las circunstancias normalmente me lo impiden. Mis amigos de Barcelona no entienden, a veces, que si no tengo otro plan, no aproveche para ir a verlos. Eso sí, luego vas esos días y no hay nadie...

Una semana antes del puente la gente ya está nerviosa. Los que tienen plan porque tienen que organizarse y los que no lo tienen porque están desesperados por encontrar alguno. Dos días antes el mundo se para, la gente lo deja todo para "después del puente", como si esos días fueran inútiles, y de alguna manera, lo son, porque tienes la cabeza en la maleta, en la hora que tienes que salir de casa y en los recados de última hora.

Luego llega el puente, desapareces unos días y vuelves a la vida real. La primera semana es de adaptación, da igual que hayan sido sólo tres días, tu cuerpo y tu cabeza se acostumbran muy pronto a lo bueno y les cuesta recuperar el ritmo. Esa primera semana de después la pregunta es ¿qué hiciste en el puente? No te preguntan si hiciste algo porque es impensable que decidieras quedarte en casa. Así que te pasas varios días hablando de ello.

Finalmente, han pasado quince días y el tema ya es viejo pero como debe quedar poco para otro puente, Navidades, Semana Santa o verano, vuelves a tener tema de conversación con gente que, de otra manera, sólo hablarías del tiempo, que a no ser que sea especialmente extraño, no da para mucho, la verdad.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El perro del hortelano

Lo del perro del hortelano, que ni come ni deja comer, se aplica tanto a hombres como a mujeres. Hay un tipo de ser humano que se recrea en un "ni contigo ni sin ti" mientras que la víctima, lo único que consigue, es perder un maravilloso tiempo. Tengo amigas que juegan con los pobres incautos que se dejan atrapar en esa red y al revés, hombres cuyas víctimas les cuesta tanto reaccionar, que para cuando lo hacen, han perdido autoestima y personalidad. Esos "perros del hortelano" son expertos en la manipulación, en mantenerte en vilo y decirte justo lo que quieres oír antes de tirar la toalla.

Pero ¿por qué lo hacen? Depende. Los hay que lo hacen porque no tienen las ideas claras y, mientras se deciden, quieren tener todas las puertas abiertas. Otros, porque tú les gustas un montón y aunque no quieren nada serio contigo no pueden soportar el que estés con otro. Y finalmente, los hay que lo hacen por pura diversión, por ese juego que ellos llaman flirteo y yo le llamo mala idea.

Así que os recomiendo que en cuanto se os acerque alguno/a de estas personas salgáis corriendo lo más lejos posible porque sino, os encontraréis enredados durante meses y meses en algo que no tiene ningún futuro.

martes, 26 de octubre de 2010

El amor es ciego pero los vecinos no.

El amor es ciego. Cuando te enamoras no ves nada más que las "gracias" de él. Da igual que tus amigos te digan lo contrario, para ti es maravilloso y punto. Pasado un tiempo, cuando bajas de la nube, empiezas a escuchar a los de tu alrededor. Cuando todo el mundo está de acuerdo en que ese chico no conviene hay que pensárselo. Pero tú te crees más lista que los demás y sigues con él por tres posibles razones.

La primera, le has visto un fondo que los demás no saben apreciar. ¡Claro! Como tienes super poderes, ¿verdad? Ese fondo... si está tan al fondo que sólo tú lo puedes ver, ¿no será que quizás no existe? La segunda, crees que va a cambiar. ¡Ja, ja, ja! Las personas no cambian, podrán moldearse un poquito, pero es un esfuerzo sobre humano para tan pequeño resultado. Si no te gusta lo que hay, busca otra cosa. Y tercera y última, crees que todo el mundo está en tu contra porque no pueden soportar verte tan feliz. Eso se llama "manía persecutoria" y está muy documentado en los manuales de psiquiatría.

En fin, que si tus amigos te dicen que ese chico no te trata bien, si tu familia no lo aguanta y te pasas el día justificando lo injustificable, quizás sea mejor que ambos busquéis a otra persona, porque es evidente que no estáis hechos el uno para el otro.

domingo, 24 de octubre de 2010

Carpetazo

Tengo que empezar a cerrar carpetas. En este momento tengo demasiadas abiertas así que he decidido sacarme de delante unas cuantas. Las primeras las de los que me pasean durante años para luego salir con otra. También las de los que no les parezco lo suficientemente buena como para intentarlo. Voy a cerrar los que son incapaces de pedirme el teléfono por mucho que les guste. O los que les encanta escucharse. Los que se creen que soy su secretaria. Esto para empezar.

Ya está bien de ser amable con todo el mundo. No todos se lo merecen. Cuando eres demasiado buena, la gente se confunde y, en vez de buena, creen que eres tonta y yo de tonta no tengo ni un pelo. Que no salte y que no monte un número no significa que no me dé perfecta cuenta de la situación. En vez de montar un drama prefiero dar carpetazo y eso es lo que estoy haciendo hoy, que además es lunes y me parece una buena manera de empezar la semana.

Me voy a quedar con los que les parezco estupenda, los que no paran nunca pero siempre se acuerdan de preguntarme qué tal estoy YO. Los que les importa lo que yo opine. Los que me llevan a ver comedias románticas aunque a ellos les parezca un verdadero tostón. O los que siempre tienen esa palabra de ánimo cuando una la necesita. Al resto, "sayonara baby".

viernes, 22 de octubre de 2010

Sólo amigos

Hay quien cree que entre un hombre y una mujer es imposible que exista verdadera amistad. La teoría es que, siempre, al menos uno de los dos, se siente atraído hacía el otro. Yo esta teoría no la comparto. Tengo muy buenos amigos y nunca se me ha pasado por la cabeza tener algo con ellos, sobre todo los más antiguos. Nos conocemos demasiado bien y creo que en el amor siempre ha de haber un poco de misterio.

Uno de los más antiguos es de cuando tenía 17 años. Durante mucho tiempo tuvimos que contestar con un no, sonriendo, a la pregunta ¿y tú con...?La pregunta la recibías de amigos, tu madre, algún pretendiente... con el tiempo, cada vez la escucho menos pero de vez en cuando alguien me pregunta ¿pero nunca...? No, contesto. O escuchas el comentario de "ya, ya... sólo amigos". Supongo que a él le pasará exactamente lo mismo. Luego existe el momento de los celos. Me cuesta muchísimo caer bien a sus novias. Estoy segura que la definitiva será la que, por fin, no me vea como una amenaza. Y él, en fin, con mis novios tampoco ha tenido una relación ideal...

Pero es genial tener a alguien del otro sexo que te explique porque los hombres hacen cosas que para ti son incomprensibles y sus novias deberían saber que yo le doy buenos consejos para que sea ese chico estupendo que parece que nos comprende, si lo supieran, me apreciarían un poquito más.

jueves, 21 de octubre de 2010

Filemón y Baucis

Cuenta Ovidio en sus "Metamorfosis" una historia que a mí me marcó desde que la leí en el colegio y es la de Filemón y Baucis. La historia es la siguiente:

Zeus y Hermes, disfrazados de mortales, llegan a Frigia y piden cobijo en las casas pero nadie le abre, hasta que llegan a la casa del matrimonio Filemón y Baucis. Un matrimonio muy humilde que les ofrece cobijo y les da bebida y comida. Filemón se da cuenta de que los desconocidos no son mortales sino dioses y les ofrece el ganso que tenía guardado. Zeus, viendo la generosidad del matrimonio, a parte de salvarlos de la destrucción de la ciudad, les ofrece un deseo a cada uno, el que quieran. Filemón y Baucis, por separado, piden lo mismo. Morir al mismo tiempo, ya que no podrían soportar la tristeza de vivir el uno sin el otro. Zeus les concede el deseo y, cuando llega su hora, los convierte a cada un en un árbol que se inclinan el uno hacia el otro.

No piden ser ricos, tener poder, salud, o cualquier otra cosa terrenal, piden no separarse jamás. Con esta historia he crecido y así me va... Cada vez que me enamoro me pregunto ¿Podría vivir sin él? Le quiero mucho, sí, pero ¿realmente podría vivir sin él? Y hasta ahora la respuesta siempre ha sido sí... con muchísima tristeza por supuesto, pero sobreviviría. Bien, yo no quiero eso, como dice Sabina: "Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres"

miércoles, 20 de octubre de 2010

Melania

No soporto a las "Melanias" de este mundo. Son esas mujeres cuya voz parece algodón de azúcar, sus gestos son lentos y tienen esa sonrisa de no haber conocido el mal de este mundo. Parecen las mujeres más buenas sobre la faz de la tierra pero creo que en el fondo esconden a una manipuladora en toda regla.

Cuando las conoces te parecen sosas y un poco cursis e incluso, a veces, un poco tontas. Luego, con el tiempo, te das cuenta que son las que tiran la piedra y esconden la mano, y todo con una suavidad que asustaría al mismísimo hombre de las nieves. Los hombres opinan de ellas que son un trozo de pan y las mujeres opinamos que es imposible ser tan buena, eso no es humano.

Yo no soy una mala persona, al revés, creo que peco de demasiado buena, si fuera un poco más "bruja" otro gallo me cantaría en muchos aspectos, pero de ahí a que nunca se me pase una maldad por la cabeza o que diga alguna crueldad de vez en cuando... Es que incluso este tipo de mujeres ¡ni siquiera se enfadan! ¿Cómo es posible? No digo que tenga una ataque de histeria pero ¡por favor, mostrad algo de humanidad!

martes, 19 de octubre de 2010

La familia política

Dicen que cuando te casas, lo haces con él y con la familia. Nada más cierto. Puedes tener suerte y ser una familia parecida a la tuya (no digo normal, porque normal, lo que se dice normal, no hay ninguna) por lo que estaréis de acuerdo en la mayoría de las cosas, pero te puede tocar una familia que no tenga absolutamente nada que ver contigo y, entonces, empiezan los problemas.

A veces los problemas no tienen nada que ver con costumbres sino que simplemente, no sabes porqué, tu suegra te mira mal desde que fuiste a comer por primera vez a su casa. Una suegra difícil puede hacerte la vida imposible. Tengo una amiga a la que su suegra le intentó cambiar el menú de la boda a sus espaldas dos días antes. Sí, sí, real como la vida misma. Me acuerdo cuando estaba en pleno follón de preparativos del que tenía que ser el día más feliz de su vida, muchísimas tardes me llamaba y me decía: "No sabes la que me ha hecho esta vez, voy para tu casa, ya le he dicho a él que me recoja ahí dentro de un par de horas, espérame con una copa de vino en la puerta, tengo que desahogarme y calmarme antes de verlo". Porque aunque él la apoyaba, tampoco podía despotricar demasiado, al fin y al cabo, es su madre. Y pase lo que pase, siempre será su madre.




domingo, 17 de octubre de 2010

¿Quién elige a quién?

Los hombres dicen que somos nosotras las que escogemos. Mmmmm, no estoy tan segura. Por mucho que los tiempos estén cambiando y las nuevas generaciones tomen más la iniciativa, la mía, mi generación, seguimos en la clásica convención social de que es él el que tiene que dar el primer paso y de que es él el que tiene que llamar. No digo si es mejor o peor, sobretodo porque nunca lo he intentado y creo que ya soy mayor para cambiar tanto, ¿no?

Así que, en mi generación, ellos escogen. Conoces a un chico estupendo, te llevas bien, hablas un poco de todo durante un rato y llega el momento de despedirse: aaaaahhh ¿pedirá el teléfono o no? Sííí lo pide, genial. ¿Genial? Ahora te esperan días de tortura hasta que llame, y eso si lo hace, porque sino se convierten en semanas hasta que reaccionas y te das cuenta que no va a hacerlo. Bien, pongamos que sí, que llama. Te invita al cine. ¿Tomaremos algo después o me dejará en casa porque en realidad no le gusto pero no soporta ir sólo al cine? Tomamos algo, esto va bien, y después a casa y se despide con el clásico "Te llamo". Y otra vez pendiente del teléfono...

Así que por mucho que digan que nosotras escogemos, es mentira. Nosotras esperamos y esperamos. Es cierto que luego nosotras decidimos sí o no, pero no elegimos sino que descartamos.

viernes, 15 de octubre de 2010

Pasado oscuro

Hay quien piensa que toda esta filosofía mía sobre lo bien que se está soltera es porque tengo un pasado oscuro. Pues no, no tengo ninguna historia sentimental dramática. En general, no me puedo quejar de cómo me han tratado los novios que he tenido. Si no hemos seguido juntos ha sido porque no éramos el uno para el otro.

No ha sido todo violines, por supuesto, cuando uno se desenamora puede ser muy desagradable y muy triste, pero no traumático. Lloras unos días, lo odias unos cuantos más y, a partir de ahí, la indiferencia y abrir los ojos al resto de los mortales. Con alguno incluso somos amigos, nos llamamos por el cumpleaños, por el santo y Navidad y quizás una llamada esporádica para ver qué tal nos van las cosas.

Esta filosofía mía viene porque me gusta estar sola, organizar mi tiempo a mi manera, no tener que preguntar a nadie si le va bien la cena el viernes o ya teníamos otro plan. Olvidarme de cómo lo vamos a hacer en Navidad para cumplir con todo el mundo. Dejar una fiesta cuando a mí me apetezca. Quedar con quien yo quiera y cuando quiera. Irme de viaje al destino que más me atraiga sin tener que negociarlo. Y miles de razones más. Puede que haya quien le parezca un horror pero yo me he acostumbrado a ello y ahora es difícil que alguien pueda quitarme mi independencia. No digo que mañana no es posible que me enamore locamente y me trague todas estas palabras, pero hoy por hoy estoy encantada así.


jueves, 14 de octubre de 2010

Cosa de dos

Hay personas que les encanta complicar lo que es sencillo. Parece que cuando todo es fácil no es tan interesante o divertido que cuando es un engorro. Pero además, es que cuando la relación es difícil también les entretiene que lo sea aún más. A mí, las relaciones complicadas me agobian.

Creo que las relaciones han de ser fáciles, partiendo de la base que nunca pueden serlo del todo. Que dos personas se acoplen a sus horarios, caracteres y manías lleva su tiempo. Pero si estás por que las cosas fluyan con naturalidad no tiene porque ser tan terrible. El problema viene cuando la otra parte no colabora. No siempre conscientemente, pero como tú, se ha montado su vida y no está dispuesto a ceder así por así. Por lo tanto, por más que tú intentes que todo vaya bien, es completamente imposible ya que una relación es cosa de dos.

Tengo más de una amiga que en este momento están metidas en relaciones difíciles y, en vez de estar en las nubes porque han encontrado a alguien que las quieren y las comprenden, llevan una cara de agobio y de tristeza que se te cae el alma a los pies. Normalmente son cosas sin importancia, pero que van calando poco a poco y van quitando las ganas de continuar. Lo peor es que no les puedes decir que quizás no sea la persona idónea porque en cuanto vuelvan a quedar con él se les olvidará todo, excepto que a ti no te gusta su novio. Y no es que no te guste, es sólo que no te parece que sea el adecuado.


martes, 12 de octubre de 2010

Nueva encerrona

Ayer estuve hablando con una amiga (vamos a llamarla X). Me preguntó por mi vida sentimental y cuando le contesté que era inexistente se puso muy contenta. Me dijo que quería venir un fin de semana a Madrid porque una amiga común (la llamaremos Y) había encontrado al candidato ideal para mí y querían montar una cena para presentármelo. ¡¡¡Aaaaaaaaggghhh!!! ¿Qué parte de "No quiero más citas a ciegas" no entienden mis amigos?

Luego me describió al susodicho, bueno, tan sólo me dijo dos cosas ya que X no lo conoce aún pero se fía ciegamente del criterio de Y. Me dijo que era buena persona (muy bien) y calmado (no tan bien). Calmado es una manera sutil de decir soso. Lo sé porque de mí siempre dicen que soy muy tranquila y en realidad quieren decir exactamente lo mismo. Así que soso él y sosa yo... íbamos a ser la alegría de la huerta ¿eh?

Le pregunté porque estaban tan obsesionadas por liarme con alguien y la respuesta fue "maravillosa". "Porque tengo ganas de una boda" me dijo "pero no una boda de compromiso, me apetece una boda de una amiga". Así que todas estas presentaciones y encerronas en las que me veo inmersa es sólo porque mis amigos se mueren por una buena fiesta. Si esa es la razón, no hay problema, se organiza una fiesta y todos contentos. Es más, el lema podría ser "Mi no boda". Si así consigo que dejen de intentar buscarme novio y dejen tranquilos a sus amigos solteros, estoy dispuesta incluso a vestirme de blanco para dar más realismo al evento, eso sí, ¡ni cura, ni novio!

lunes, 11 de octubre de 2010

Niños

Por fin ha nacido mi último sobrino. Tiene casi una semana y es guapísimo además de bueno. He estado unos días con él y con su hermana y, aunque los niños son geniales, a mi me dan pánico. Son totalmente indefensos. Tienes que tener 150 ojos con ellos y aún así no es suficiente. Siempre se dan un golpe en esa milésima de segundo en la que tú no estás pendiente.

Vinieron unos amigos a conocer al peque y llegaron con su prole. En un momento aquella casa se había llenado de niños. Una llevaba un mordisco en la cara del tamaño de una mandarina. Se lo había dado otra niña de su clase que se supone es su mejor amiga... Otra llevaba la marca de una batalla anterior. En fin, que cuando ya puedes volver a tener unas horitas para tí porque ya van a la guardería, te los devuelven heridos y magullados además de enfermos (porque se lo pasan todo entre ellos). Además, los hay muy guerreros. Llevé a mi sobrina a los columpios y una retaca con un moratón en la cara (que ya daba pistas de su carácter) me dijo:"Tengo 3 años y puedo pegarte" ¡A míiii! La miré seriamente y se lo pensó dos veces, eso sí, siguió sin dejar subirse en nada a mi sobrina.

Me encantan los niños, son divertidos y francos. A mí sobrina cuando le pregunto si va a ser buena, si no piensa serlo, me contesta con un no rotundo. Pero de ahí a verme con mis propios retacos... mmmm, creo que no. No me veo capaz.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Salidas nocturnas

La mayoría de mis amigas están casadas y tienen niños. Eso es maravilloso hasta el momento en que se organiza una cena de amigas o una salida nocturna. Algunas de ellas lo tienen muy bien arreglado. El marido sabe que si hay cena de amigas él se queda con los niños. Eso es posible a que esas cenas ya existían mucho antes de que ellos se casaran, así que no hay opción, aunque de vez en cuando lo intenten.

Otra técnica que he oído es el pillarlo por sorpresa. No hace mucho, me encontré a la hermana de un amigo mío tomando un vino con unas amigas. Me explicó que le habían llamado sus amigas y que ella se plantó ante su marido y le dijo: "Me voy a tomar un vino, no tardo". Él se quedó petrificado, sólo pudo contestar: "¿Te vas de verdad?" Y ella, sin dudarlo, le dijo que sí y salió por la puerta. Ese día él se encargó de baños y cenas. Ella, además explicaba, que si en vez de eso le hubiera dicho desde el lunes que había quedado ese jueves con amigas, él habría encontrado la manera de que ella no se fuera.

Parece ser que tener familia y salir de vez en cuando con las amigas es de difícil combinación. Tienes que vender un favor o usar estrategias militares para que no haya un cisma en aquella casa. En cambio, ellos sí pueden tomarse una copa después del trabajo, o salir a cenar con los amigotes, o pasarse la tarde del sábado en un bar viendo un partido de fútbol. Ya estás tú para quedarte con los niños.

martes, 5 de octubre de 2010

Incasable

Definitivamente me declaro incasable. Mis amigos lo han intentado presentándome a un montón de chicos estupendos (el viernes pasado sin ir más lejos, pero yo no le interesé nada). Todas las amigas de mi madre con hijos solteros me cuentan lo maravillosos que son y que hay que organizar algo para que los conozca (luego resultan ser algo pipiolos para mí), alguna prima mía también lo ha intentado, y nada. Sigo soltera, y lo peor de todo, lo que hace que sea realmente incasable, es que no me importa.

Hay quien dice que es culpa mía. Que entre mis ataques de pánico y mi poca diplomacia hago maravillas para espantarlos. Cuando al cabo de unos días de conocer a alguien, éste deja de llamar, la primera pregunta que escucho de mis amigas es: ¿qué le has dicho? Tampoco es para tanto ¿no? No siempre es porque YO he hecho o dicho algo. Vale, cuando me entra el ataque de pánico suelo correr y correr hasta que veo que ya no pueden alcanzarme, y la diplomacia... la mayoría de las veces es porque me provocan. Además, si actúo así será porque no lo veo nada claro. O, a veces, porque lo veo clarísimo.

Así que repito: me declaro incasable. Lo siento por mis amigas que les apetece una boda más que a un caramelo a un niño, la mía de momento, va a tener que esperar...

lunes, 4 de octubre de 2010

Libros de autoayuda

No creo en los libros de autoayuda. Esos que te dicen que si piensas en positivo todo te saldrá bien, o que solo tienes que querer algo mucho para conseguirlo... en fin, si fuera tan fácil, todo el mundo sería feliz ¿no?

Para darles cierto aire de verdad te explican ejemplos de personas que lo han conseguido siguiendo el método que el psiquiatra, psicoanalista (o cualquier título inventado) ha creado. Samantha estaba triste porque no conseguía que Tom se fijara en ella. Después de seguir durante varias semanas mis sesiones consiguió que Tom le propusiera matrimonio. ¡Voilà! No sólo consigue que se fije en ella sino que ¡le propone matrimonio! Porque los logros nunca son pequeños, no... Peter, arruinado y sin trabajo, después de asistir a mi seminario, creó una empresa que ahora factura millones de dólares. Lo siento, pero yo no me lo creo.

Si encima te fijas en los consejos que dan, te lo crees aún menos. Piensa positivo. Si crees realmente que vas a conseguir algo, seguro que lo consigues. A mí que me perdonen, pero hasta lo que yo sé, el poder de la mente no llega a tanto. Si quieres conseguir algo, además de pensar, ponte a trabajar en ello, listilla. Otro consejo es: la felicidad está en tu interior, sólo tienes que encontrarla. La felicidad está en tu interior y en tu exterior. Uno no es feliz por sí mismo, necesita que los de su alrededor también lo sean. ¿O puedes seer feliz sabiendo que un amigo, un familiar, o alguien cercano lo está pasando mal? ¡Pues si que eres egoísta!

Resumiendo, que como lectura pueden resultar entretenidos (yo prefiero una buena novela pero contra gustos....) pero no creo que te arreglen la vida.

viernes, 1 de octubre de 2010

Madurando

Parece ser que estoy madurando o, al menos, eso creo. Me hago mayor, es inevitable. Ya no salgo hasta las mil y me encantan los planes de día; los aperitivos, los brunchs, ir a ver exposiciones o dar un paseo por la ciudad. Además voy al gimnasio con regularidad y he ordenado un poco mis comidas. Lo que me consuela es que algo de juventud (divino tesoro) sí queda, porque sigo saliendo de noche, menos, pero salgo, en el gimnasio tampoco es que me machaque, y aunque ordenadas, mis comidas favoritas siguen siendo los menús de niños.

Hace unas semanas vinieron mis primos a casa. Una prima mía me dijo que estaba madurando porque le exprimí el zumo. Según ella (yo no lo recuerdo) antes, mi casa era self service. Ahora, dice que preparo el desayuno, tengo velas en el salón, ofrezco aperitivos e intento tener lo que a la gente le gusta. Por lo visto, todo eso, también es signo de madurez.

Pero si he madurado, si me estoy haciendo mayor ¿cómo es que sigo sin tener del todo claro lo que quiero? Cuando eres pequeño, tus padres te dicen, cuando seas mayor, cuando te hagas adulto, podrás hacer lo que creas conveniente porque tendrás ya un criterio (luego añaden lo de "pero de momento harás lo que yo te diga"). Así que esperas ese momento en que podrás hacer con tu vida lo que quieras y cuando por fin llega, te encuentras que tampoco sabes muy bien que hacer con ella. Bueno, vale, tampoco estoy tan perdida, sé perfectamente lo que NO quiero (que ya es mucho) y tengo una vaga idea de lo que sí quiero. Pero ¿cuánto más tendré qué crecer para tener realmente ese criterio?

Estaré madurando pero sigo siendo una pipiola... ¡yupi!