martes, 26 de octubre de 2010

El amor es ciego pero los vecinos no.

El amor es ciego. Cuando te enamoras no ves nada más que las "gracias" de él. Da igual que tus amigos te digan lo contrario, para ti es maravilloso y punto. Pasado un tiempo, cuando bajas de la nube, empiezas a escuchar a los de tu alrededor. Cuando todo el mundo está de acuerdo en que ese chico no conviene hay que pensárselo. Pero tú te crees más lista que los demás y sigues con él por tres posibles razones.

La primera, le has visto un fondo que los demás no saben apreciar. ¡Claro! Como tienes super poderes, ¿verdad? Ese fondo... si está tan al fondo que sólo tú lo puedes ver, ¿no será que quizás no existe? La segunda, crees que va a cambiar. ¡Ja, ja, ja! Las personas no cambian, podrán moldearse un poquito, pero es un esfuerzo sobre humano para tan pequeño resultado. Si no te gusta lo que hay, busca otra cosa. Y tercera y última, crees que todo el mundo está en tu contra porque no pueden soportar verte tan feliz. Eso se llama "manía persecutoria" y está muy documentado en los manuales de psiquiatría.

En fin, que si tus amigos te dicen que ese chico no te trata bien, si tu familia no lo aguanta y te pasas el día justificando lo injustificable, quizás sea mejor que ambos busquéis a otra persona, porque es evidente que no estáis hechos el uno para el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario