martes, 30 de noviembre de 2010

¿Dónde he puesto el manual de instrucciones?

Hoy en día todo viene con un manual de instrucciones. Desde el coche hasta la batidora llevan unos libros del tamaño del Libro Gordo de Petete explicando el uso. Generalmente no lo consultamos muy a menudo, pero realmente resulta práctico en el momento en que la máquina en cuestión da error y, en vez de decírnoslo clarito, nos da un número. Es el momento de ir al manual de instrucciones y comprobar que le ocurre. Por ejemplo estás intentando poner un fax y el report te dice cada vez "error 500", así que compruebas que todo esté correcto y sí, lo está, te desesperas y lo vuelves a intentar: "Error 500". A la tercera decides buscar el manual de instrucciones. Después de encontrar el del ordenador, el del horno, el del aparato de música... ¡Voilà! Lo has encontrado. Buscas error 500 y te dice que el receptor no contesta. ¡Aaaaahhhh! Es culpa del receptor... menos mal...

Bueno, pues lo mismo pasa con los hombres. Te dan error pero no tienes ni idea de porqué. El problema es que el libro de instrucciones no tengo ni idea dónde lo he metido. ¿Por qué en algún sitio estará, no? No va a ser lo úuuunico que venga sin ello. Después de revolver toda mi casa y darme por vencida decidí que tendría que conseguir otro. En un primer momento quise ir a una librería pero me paré a tiempo. No quiero ni pensar en la cara del librero cuando yo llegara toda decidida pidiendo un manual de instrucciones para hombres. En fin, que loca, loca aún no estoy, en este momento, sólo confusa. Por lo que me metí en Amazon. ¡Ja! ¡Existe! Se llama "Manual de instrucciones para comprender a los hombres". Claro que cuando ves la portada te desanima un poco. Además, el hecho de que esté escrito por un hombre, ummm, no sé yo... me parece que no va a ser muy objetivo...

Por favor, si alguien tiene el original, el que venía de fábrica ¿sería tan amable de fotocopiármelo? Gracias.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Matahari

Sé de un caso de una chica que tiene, como mínimo, dos novios a la vez. Estos son los fijos, luego además tiene, a veces, un tercero pululando a su alrededor. La llamamos Matahari. Lo increíble del caso es que lleva años así, están en ciudades distintas y uno de ellos sabe de la existencia del otro (y no le importa) mientras que el segundo vive en la ignorancia más absoluta. Con lo complicado que es que todo vaya bien sólo con uno, que tengas tiempo para él, para tus amigos, para tu familia, el trabajo, tus hobbies... una de dos, o esta chica no tiene nada que hacer en todo el día y puede dedicarlo a compaginarse entre ellos o es la reina de la organización.

Siempre he creído que quien mucho abarca poco aprieta, así que espero que no considere que alguno de ellos es el hombre de su vida porque tarde o temprano le estallará en la cara. A otra que conozco le estalló bastante después, cuando ya se había decidido por uno y, aún así, salió malparada. Estas situaciones no aguantan para siempre. Llegará un punto que alguno de los tres querrá algo más y ¡ay! vamos a tener problemas. Más vale centrarse sólo en uno o no centrarse en absoluto.


domingo, 28 de noviembre de 2010

Nieve

Hoy el tiempo amenaza nieve. ¡Sí que empezamos pronto este año! A parte del frío que hace, la nieve encima es un engorro. Sí, el paisaje nevado es bonito y bucólico pero ¿qué hay del día después cuando esa capa blanca se ha convertido en una pista de patinaje de color indescriptible? La nieve es bonita en la montaña pero en una ciudad es un desastre. Las ciudades en el siglo XXI, por increíble que parezca, no están preparadas para la nieve, al menos Madrid no lo está.

Cuando empieza este tiempo me dan ganas de vivir en cualquier otra parte donde el sol sea el protagonista. Me iría, incluso, a una república bananera donde no hubiera nada de nada. Lo sé, no aguantaría ni una hora, pero es que ¡no soporto el frío! Existe la opción de volver al microclima de Barcelona, donde si las temperaturas bajan de 10 grados es que hay una ola de frío polar, pero no me compensa. La ciudad es preciosa pero un poco aburrida, para mi gusto.

Así que tengo que elegir entre estar en una ciudad donde pasan cientos de cosas todos los días a dos grados bajo cero (temperatura de hoy que a lo largo de los días va a ir bajando) o aburrirme como una ostra con manga corta. Decidido, no voy a ser conformista, desde este momento me pongo a la busca y captura de una tercera opción, en cuanto la encuentre, os aviso.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Viernes

Ya estamos en fin de semana. Es increíble lo rápido que pasan los días, las semanas y hasta los meses. Dentro de nada estaremos en Navidad. Hay que empezar a pensar en comprar regalos y la lotería. Creo que hoy inauguran las luces en Madrid, así que, oficialmente, ya estamos en la campaña navideña. ¡Un horror! En fin, que en unas semanas iré a casa para pasar las fiestas (ya toca, no he ido desde mayo...) y para dejar que mi madre me cebe a base de comilonas. Luego hay que añadir las cenas con amigos, las copitas, las chucherías con mis sobrinos... ¡¡Ay, ay, ay!!

Y luego llega año nuevo, y mi vida sin cambios de ningún tipo... Además creo que no he cumplido ni un sólo propósito de los que hice a principio de año. ¡Qué desastre! Si es que ya digo yo que los propósitos sólo sirven para deprimirse porque no se cumplen nunca. Así que en el 2011 nada de propósitos. Total, para el caso que hago...

Y después de Reyes volveré a Madrid sin blanca y con tres quilos más, ¿no querías cambios? ¡Pues toma cambios!



miércoles, 24 de noviembre de 2010

El hombre que me destrozó la vida

Todas, o casi todas, tenemos en nuestro historial sentimental aquel hombre que sólo conocerlo supimos que nos íbamos a enamorar de él perdidamente y que, además, no íbamos a ser correspondidas. Una amiga mía le llama "el hombre que me destrozó la vida". Es una exageración, por supuesto, pero no quita que le clavó una espinita. Son buenos amigos y evidentemente él no sabe que cuando habla de él con sus amigas, en vez de llamarle por su nombre, nos dice, "he quedado con el hombre que me destrozó la vida" o "el hombre que me destrozó la vida se apunta"... Cualquier día de éstos se le va a escapar delante suyo y verás que lío tenemos.

El hombre que me destrozó a mí la vida en realidad me hizo un favor. Eso lo digo ahora que ha pasado el tiempo, claro, y está superado. Pero durante más de dos años estuve coladita por alguien que yo creo que jamás de los jamases se le pasó por la cabeza que él y yo podríamos tener algo. Pero, como he dicho, me hizo un favor. Durante tooooodo ese tiempo no me fijé en nadie más, así que, como digo siempre, con mi ojito para elegir, fue una suerte.

Ahora, por desgracia, soy susceptible de que cualquier energúmeno se meta en mi vida y me la destroce de verdad, menos mal que, últimamente, parece que empiezo a atraer a buenas personas.

Boda

Hasta ayer, me divertían las frases que predicen tu futuro sin conocerte de nada como las "galletas de la fortuna" o "que te deparará el 2011". Pero me salió "Boda", tal cual, sin más explicaciones. Y, lo siento, pero conociendo mi ojito eso no es bueno... no doy una. Y es tan evidente que mis amigas ni siquiera se han preocupado en decir a ver con quién, saben que meteré la pata seguro, sólo están nerviosas por montarme la despedida de soltera.

No es que no quiera casarme, es que no comprendo esa obligación social de hacerlo. Los tiempos están cambiando, es cierto, pero no lo suficiente. No hay problema en que vivas sola, pero si vives acompañada mejor, parece que has madurado, que por fin eres una persona adulta. ¡Pero es que yo no me veo casada! Conozco a chicas que desde los 12 años están soñando en ese momento en que se vistan de blanco y den el sí quiero, y se imaginan jugando a las casitas con varios peques a su alrededor. Saben perfectamente como va a ser el vestido, las flores y el menú e incluso tienen pensado los nombres que les pondrán a sus hijos. Bien, yo no sueño con eso, no me lo imagino y no me veo. Creo que no todo el mundo ha nacido para casarse.

Así que creo que esa predicción iba para otra persona, por lo que lo siento por mis amigas que no van a poder organizarme una despedida de soltera (cosa que yo me alegro bastante).

martes, 23 de noviembre de 2010

La dona é mobile

La dona é mobile, o eso decía Verdi y el resto de sus compañeros de género, es decir, los hombres, en seguida lo compartieron. ¡Claro! Como ellos son taaaaaan constantes, ¿verdad? Es como el dicho de "coge fama y échate a dormir". A nosotras nos ha tocado ésta, ¡Yupi! ¡Qué suerte! Por lo visto ellos creen que cambiamos de idea como de camisa sin motivo aparente, en cambio, cuando ellos cambian de idea se traduce en rectificar es de sabios. ¡Qué cara!

Lo peor es que nos confunden. Primero todo es interés y atenciones, de pronto, no sabes porqué, el subidón cae en picado y te olvidan durante un tiempo y, de pronto, ¡otra vez! ¡Vuelven a la carga! Y tú, mientras tanto, totalmente perdida sin saber para dónde tirar. Al principio, te encantan todas esas atenciones y crees que le gustas, luego ves que desaparece su emoción y te dedicas a pasar página y, cuando ya casi lo has conseguido, vuelven al ataque. ¿Es que tienen un radar o qué?

Yo he decidido que voy a hacer cómo ellos, es muchísimo más divertido jugar al despiste que ser la despistada. Así que preparaos, ¡la femme fatale ha vuelto! (ok, lo sé, soy incapaz, pero de ilusión también se vive ¿no?)


lunes, 22 de noviembre de 2010

Blacberry vs Iphone

Como siempre, las cosas más absurdas crean división entre los seres humanos. La última: la división entre los usuarios de Blackberry y los de Iphone que pueden llegar a ser más competitivos que el Barça - Madrid. Increíble ¿no? Pues sí, cada uno canta las maravillas del equipo al que se ha afiliado. Los del equipo Blackberry porque es mejor teléfono y no tienes que tener agujas por dedos para poder enviar un mensaje. Los de Iphone porque tiene un montón de pijadas que puedes poner en tu teléfono, aunque luego no las uses para nada. ¡Qué más da! Lo importante es poder deslizar el dedo varias veces sobre la pantalla pasando aplicaciones y más aplicaciones.

Vale, lo reconozco, yo soy del equipo Blackberry, pero lo sigo como lo hago con el fútbol. Soy del Barça porque soy de Barcelona, pero en el fondo, me cuesta bastante tragarme hora y media viendo a 22 tíos en pantalón corto corriendo detrás de una pelota para meterla entre tres palos. ¡Ay Dios mío! Me estoy metiendo con el entretenimiento favorito de los españoles, lo siento, no lo volveré a hacer... (Bueno, puede que sí, pero no hoy). Lo que decía, que tengo Blackberry y no Iphone porque me resulta más cómodo tener un teclado y porque, al final, es un teléfono, con muchas más cosas, es cierto, pero un teléfono y, en eso habréis de reconocer, equipo Iphone, que es mejor la Blackberry.

Me gustaría pensar que pronto la gente dejará de dividirse por estas tonterías, pero cuando nos hayamos cansado de ésta seguro que habremos encontrado otra, y probablemente, peor.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Ikea

Ayer descubrí un nuevo mundo lleno de luz y de color. Por primera vez fui a Ikea y me sentí como la primera vez que vas al parque de atracciones, quieres verlo todo, tocarlo todo, llevártelo todo. Menos mal que iba muy convencida a lo que iba y para sorpresa de mi acompañante no piqué más que en comprar unas perchas, a parte de la estantería que iba a buscar. Eso sí, quiero rehacer mi casa entera, este fin de semana me voy a poner a hacer unos planos con todas las ideas que se me ocurrieron. Mientras, mi amigo, que sólo iba a acompañarme, salió con un montón de cosas y sorprendido por mi autocontrol.

Sólo llegar cogí un catálogo y mientras comentaba a mi amigo que debería haber traído el metro, él me daba uno de papel. ¡Piensan en todo estos suecos! Hicimos el tour completo y llegamos a las estanterías. Entre formas y colores se abría un amplio abanico de posibilidades. Una vez escogida, seguimos nuestra ruta. Una amiga mía, luego me preguntó si no me volví loca con las cosas de cocina. Ahí yo no pico, la cocina y yo convivimos en la misma casa pero no nos hablamos demasiado... a mí me encantó las cajas para ordenar, las mesas, los armarios, las sillas... en fin, más salón y estudio que otra cosa.

Finalmente fuimos a transporte y montaje, allí está el truco. Ya sabía yo que todo no podía ser tan maravilloso. El transporte y el montaje juntos me costaban casi como la estantería. El transporte no había más remedio que aceptarlo ya que la estantería no cabía en el coche, pero tuve suerte y el montaje me lo van a hacer dos amigos. ¡Menos mal! Primero porque me parece un robo lo que te cobran y segundo porque yo no soy la persona más "manitas" que conozco, más bien todo lo contrario.

Pánico en el bus

Ayer por la tarde cogí el autobús para ir a mi curso de Arte Norteamericano. Me senté en el primer asiento al lado de la puerta de entrada y puse en marcha mi ipod. De pronto oí a alguien que decía: "No me mires". En fin, como una película de terror en la que la protagonista sabe que no debe abrir la puerta y la abre, yo miré. En frente mío, apoyada en la cabina del conductor, había una mujer rubia con los ojos idos y una mochila sobre la cabeza (sí, sí, llevaba la mochila sobre la cabeza). Empezó a gritarme que no la mirara, que no le dijera nada, y de ahí pasó a los adjetivos calificativos que fueron todos menos bonita. Yo estaba alucinada e intentaba no mirarla. Iba mirando al frente y subiendo el volumen del ipod para intentar ignorarla. De pronto me suelta "¡Como te bajes ahora te rajo con una navaja que no me importa nada ir a Carabanchel, p***!" Y le dijo al conductor que le abriera la puerta en esa parada. Yo miré dónde estaba y pensé, menos mal, primero no es mi parada y segundo aún quedan otras tres así que esta chalada por mucho que corra no me pilla. Eso sí, un tembleque en el cuerpo...

Pero lo mejor de todo es que cuando la loca del autobús se baja, el conductor se gira y en vez de preguntar ¿estás bien? me pregunta: "¿tú le has dicho algo?". Le contesté que ni siquiera la estaba mirando cuando ha empezado su "numerito" y él añade "Hay que ver como está la gente". ¡Anda! ¿Y ya está? Todavía estoy esperando que el conductor le dijera a esa loca algo, o que me preguntara si estaba bien (porque mi cara era tan blanca como el papel) o que alguien en aquel autobús se hubiera acercado a ver si la mujer se asustaba y paraba. Pero nadie se movió, eso sí, cuando bajé tres paradas más tarde noté como todos los viajeros me miraban, es decir, que lo habían visto y oído todo y nadie, absolutamente nadie, movió un dedo. Cuando bajé del autobús corrí lo más rápido que puede hasta entrar en la Fundación Mapfre y una vez sentada empecé a respirar y a recobrar el color.

Nos quejamos de lo mal que va el mundo, pero ya no me extraña, si nadie es capaz de ayudar al de al lado y se dedica a mirar hacía otro sitio, ¿cómo queremos que las cosas mejoren?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mea culpa

Ayer volvieron a echarme la culpa a mí. Sí, por lo visto nunca tengo la respuesta adecuada para que el hombre en cuestión piense que tiene alguna posibilidad. Así que, si uno no se atreve a decirme lo que siente es porque yo no le he hecho "caída de ojos", si otro no se atreve a pedirme una cita es porque yo no le he dicho lo que esperaba oír... y así siempre. No existe la posibilidad de que ellos sean torpes o que no lo tengan claro o, simplemente, que no les guste.

Hay con un "caballero" en cuestión que roza la desfachatez. Tooooodo el mundo ha decidido que es fantástico, toooooodo el mundo lo ve perfecto y toooooodo el mundo cree que está colado por mí. Si aun no ha dicho nada es porque yo no le he dado la mínima oportunidad. No importa que yo creo que sí es fantástico pero tiene su punto filipino como todo el mundo, que no es tan perfecto y que, evidentemente, no está colado por mí. Además, de un tiempo a esta parte he abierto bastante los ojos y ya no voy por el mundo sin mirar a mi alrededor y he descubierto que hay mucha gente igual de fantástica y perfecta que no esperan de mi la respuesta correcta sino la espontánea y natural mía.

Lo peor es que todo esto me lo dicen mis amigos, esos que tendrían que pensar que la fantástica y perfecta soy yo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Baby boom

Yo nací en un año que fue considerado baby boom (no voy a especificar qué año porque tampoco hace falta...) y creo que el 2010 va a ser otro. Desde septiembre a Navidad entre amigos y gente que conozco habrán nacido 10 niños, y hablo de un círculo bastante cercano. Cuando paseas por la calle no hay más que embarazadas y carritos de bebé, que por cierto hay que hacer un máster para saber cuál debes comprar y no te creas que te servirá el que hicieron tus amigas, porque para cuando tu tienes un bebé ya han cambiado todos los modelos. Resumiendo, últimamente soy la mejor clienta de ropa de bebé.

El otro día fui a por otro regalo. La dependienta, que ya me tiene más vista que el tebeo, me miró sonriendo y me preguntó ¿niño o niña? Niña, le dije y no preguntó más, me sacó la ropita de recién nacido en color rosa para que escogiera (ya sabe que no me entusiasma el beige y que soy una clasicona, azul para niños, rosa para niñas). Y en ese mundo de ositos, nubecitas, estrellitas y patitos me sentí empachada de tanta cursilería. Porque todo es muy "mono" por separado pero verlo todo junto da dolor de cabeza. Así que salí corriendo en cuanto me lo envolvió para regalo (que tardó más que Rowan Atkinson en Love Actually) y busqué un establecimiento de ropa de adultos, lo que fuera con tal de devolver a mi vista un poco de normalidad. Lo más cercano fue un Zara y ahí estuve un buen rato hasta que me pareció que mi vista volvía a ser la de siempre. Eso sí, en seguida voy a tener que repetir la operación porque aún queda alguno por llegar...

domingo, 14 de noviembre de 2010

El diario de Noa

Este fin de semana he vuelto a ver "El diario de Noa". Me encanta esa película. Me la recomendaron dos personas por separado que no tienen absolutamente nada que ver entre ellas. No pueden ser más distintas. Pero ambas me dijeron que, sabiendo mi gusto cinéfilo, me iba a encantar, y acertaron.

A los que no la han visto no les voy a contar de qué va porque entonces pierde todo el interés ya que para explicarlo hay que desvelar alguna "sorpresa" de la película, pero les recomiendo que la vean. Eso sí, a los que tienen facilidad de llanto que se apropien de una buena caja de kleanex. Yo no lloro demasiado en las películas, pero mi hermana soltó unos lagrimones.... Teníamos noche de "chicas" así que encargamos comida basura y decidimos ver una película. Me dijo: veamos una de llorar que tengo ganas (sí, sí, las mujeres podemos necesitar soltar una buena llorera sin motivo aparente). Así que pensé que "El diario de Noa" era la más adecuada. Cuando acabó, mi hermana con los ojos hinchados me soltó "Pero ¿por qué me has puesto esta película? ¡Mira como estoy! Eso sí, me ha encantado" En fin, que quería llorar pero no tanto, pero ¿cómo voy a saberlo? Y además ¿cómo lo mido? Podría ser una nueva forma de catalogar las películas, según el uso de pañuelos necesarios llevarían más lagrimitas en vez de estrellas. Sin lágrimas, película perfecta para hombres, cinco lágrimas dramón en toda regla...

viernes, 12 de noviembre de 2010

Supersticiones

No soy supersticiosa pero prefiero que no se me cruce un gato negro ni pasar por debajo de una escalera (por si acaso es cierto). Mi madre no permite que se le pase la sal de mano a mano, hay que acercársela en la mesa para que ella la coja. Lo curioso es que esto lo he visto bastante a menudo. No sé hasta que punto debe ser cierto que si se te rompe un espejo tendrás siete años de mala suerte, ni en que se basan para decir que en martes y trece ni te cases ni te embarques. Lo cierto es que de algún lado habrán salido todos estos dichos y supersticiones y que algún fondo tendrán cuando siguen vigentes.

Yo prefiero no pensarlo. No tengo manías de ese tipo (las tengo mucho peores) porque al fin y al cabo me parecen sólo eso, manías justificadas por dichos populares. ¿Y quién no tiene manías? Así que las acepto y aunque algunas son algo molestas como por ejemplo, el no sentarse en una mesa de 13 ya que puede desmontarte una cena, las respeto. Eso sí, siempre y cuando respeten las mías que aunque no las acompaña un dicho general son igual de aceptables.


jueves, 11 de noviembre de 2010

Guía de la buena esposa

Una amiga me envió un email ayer con la "Guía de la buena esposa". Con un look de los 50 te dicen lo que tienes que hacer para tener a tu "maridito" siempre contento. En fin, en general, son consejos bastante retrógrados pero hay alguno que me tiene alucinada.

"Ten lista la cena" o "Luce hermosa" pase, pero "No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti o si no llega en toda la noche. Trata de comprender su mundo de compromisos" es demasiado. Espero, al menos, que esta guía esté hecha por hombres y, en realidad, más que consejos es el decálogo de sus sueños porque si alguna mujer es capaz de escribir esto y seguir mirándonos a las demás a la cara es que es una cínica. Otra que me tiene bastante mosca es "Déjalo hablar antes, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos". Eso dependerá del tema ¿no? ¿Es qué ni siquiera existe la posibilidad que tu tengas cosas más importantes que él, aunque sea una sola vez?

En fin, que si seguimos estas reglas claro que tendrás a tu marido feliz y contento, pero es que el matrimonio es cosa de dos, así que ¿qué hay de tu felicidad?

martes, 9 de noviembre de 2010

Yo lo vi primero

El otro día, en casa de mi prima preparando la famosa "barbacoa", una amiga me comentó lo que le pasaba a una tercera. A ésta y a otra amiga les gustaba el mismo hombre. Una se lo había tomado con deportividad, en fin, ya se vería... pero la otra le dijo que prefería que no quedaran los tres juntos porque estaba molesta que se hubiera ido a fijar en el mismo que ella. Evidentemente la opinión del susodicho no importaba lo más mínimo. Como si tuviera 16 años había decidido romper una amistad por un hombre que ni siquiera sabía si estaba interesado en alguna de las dos.

Por un lado me parece una perfecta inmadurez el decir a tu amiga, yo lo vi primero ¡ni que estuviéramos en las rebajas! Por otro lado, qué rabia da cuando a ti te gusta alguien y tu amiga decide que a ella también, con la cantidad de hombres que hay en este mundo ya son ganas de irse a fijar en el mismo. Pero superado ese momento, creo que al final, hay que ver por donde se decanta el hombre en cuestión y aceptar el resultado. Tan importante es saber perder como saber ganar, y esto último está muy infravalorado. Además, creo que en las reglas no escritas entre amigas debería existir el "no hay hombre que nos separe".

lunes, 8 de noviembre de 2010

La barbacoa

El fin de semana pasado mi prima me dijo que iba a hacer una fiesta por su cumpleaños. Yo, cuando llegué a Madrid, miré los billetes de tren y ahí que fui el jueves, a una "fiesta". Hice la maleta a conciencia. Conjunto para cenar el viernes por la noche, conjuntos de día cómodos pero sin grandes aspavientos y el "super conjunto" para la fiesta del sábado, era ese tipo de conjuntos que una amiga mía describe como "triunfarás más que la coca-cola".

Cuando llegué fui a mi habitación con mi prima para darle el regalo. Ya que habría la maleta, le enseñé el famoso conjunto y me dijo "muy monoooo". Genial, pensé yo, esto no podía ir mejor. Bajamos a la cocina donde estaba mi tía y empezamos la charla sobre la fiesta; cuántos éramos, quién venía, con quién venía, etc. Empecé a mosquearme al empezar a oír tenemos que comprar esto para la barbacoa, o pondremos aquella mesa ahí para la barbacoa... Y pregunté ¿es una barbacoa? Mi prima me miró y me dijo ¡claro! ¿y a qué hora es la barbacoa? insistí temiéndome lo peor. "He convocado sobre las 2.30 - 3 de la tarde".

¡¡¡¡Aaaaaaggghhhh!!!! No me lo habías dicho, le dije. Sí, claro que sí. No, claro que no, insistí. Me hablaste de una fiesta y yo asumí que serían unas copas por la noche. Bueno, me dijo mi prima, ¿cual es el problema? ¿El problema? El problema es que no puedo presentarme a las 3 de la tarde en una barbacoa en el jardín con una minifalda negra y unas botas de tacón hasta las rodillas. Mi tía, que nos estaba oyendo no podía parar de reír y yo me imaginé como Bridget Jones cuando se presenta a la fiesta vestida de conejita de playboy. Así que me puse un pantalón negro, una camisa blanca y unos botines y dejé las botas y la mini en la maleta... que para hacer pesas en el tren son de lo más prácticas.

jueves, 4 de noviembre de 2010

La respuesta correcta

A veces las mujeres hacemos preguntas esperando una respuesta concreta, no nos vale algo parecido sino que queremos oír exactamente lo que estamos esperando, porque en realidad, sólo preguntamos para eso, para escuchar algo que necesitamos oír.

Por ejemplo, ¿estoy guapa?. Normalmente hemos estado horas arreglándonos y además nos ha gustado el resultado, pero cuando lo preguntamos, no esperamos un simple sí rápido, esos que contestan los hombres cuando ni siquiera te han mirado porque creen que es lo que tienen que decir. No, lo que esperamos es que nos miren y nos digan, estás guapísima, y si además añaden, siempre lo estás, ¡guau! nos han ganado. La otra pregunta típica es ¿en qué piensas? En realidad no nos interesa demasiado ya que normalmente es trabajo o deporte, lo que queremos oír es "en tí". Ya sabemos que no es así pero es bonito oírlo.

En cambio los hombres se empeñan en ser sinceros en las ocasiones que no es necesario. Luego, para las cosas importantes, como que han quedado con una ex-novia a tomar una café, nos mienten. No ha pasado nada pero prefieren ocultarlo para no herir nuestros sentimientos. Eso es mucho peor porque existe la posibilidad de que nos enteremos y entonces el daño es irremediable. Así que, chicos, más piropos y menos mentiras piadosas.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Guadiana

Hay una expresión que dice "aparece y desaparece como el Guadiana". Pues tengo varios amig@s a los que se les puede aplicar el cuento. En cuanto empiezan a salir con alguien desaparecen del mapa. Yo entiendo que se les vea menos, pero tanto como desaparecer...

Durante el tiempo que dura la relación dejan de llamar y cuando tú les llamas siempre están ocupados. Tú ofreces distintos planes a distintas horas para poder verlos, pero no hay manera, así que te cansas y dejas de insistir. Cuando la relación se acaba vuelven a acordarse de que existes, y a veces, incluso, con reproches porque no les has llamado cuando lo estaban pasando fatal antes de que se acabara. ¿Pero cómo vas a saber nada si te ha estado ignorando todo ese tiempo? Además, puede que tú vida tampoco haya sido maravillosa durante todo ese tiempo y él/ella ha estado demasiado entretenido como para preguntarte cómo te iba todo. Pero como lo acaba de dejar y ves que no está en su mejor momento, te callas, y haces como que no ha pasado nada.

Ellos también harán como si no hubiera pasado nada y en cuanto vuelvan a salir con alguien volverán a hacer exactamente lo mismo porque si ya les ha funcionado una vez, ¿por qué no les va a funcionar una segunda, y una tercera...?

martes, 2 de noviembre de 2010

Bautizos

Llega un momento en que las bodas van disminuyendo, casi todos tus amigos se han ido casando y, en vez de tener una media de siete u ocho bodas al año, tienes tres o cuatro. Pero si pensabas que los eventos se habían acabado... nooooo, ahora llegan los bautizos. Lo que te hace sentir más vieja pero no tanto como te harán sentir las comuniones. Sin embargo, he de reconocer que prefiero los bautizos a las bodas.

En primer lugar es una celebración de día. Normalmente se bautiza al bebé por la mañana y luego tienes una comida, por lo que no trasnochas (que el cuerpo ya no es lo que era...). Es mucho más reducido, es algo familiar con cuatro amigos íntimos, así que no tienes que sacar tu vena "simpatiquísima" con perfectos desconocidos. Y, lo mejor de todo, no hay mesas de solteros, ni ramos que te recuerden que eres uno de ellos, ni vals en el que demostrar que no tienes ni idea de como se baila.

Tampoco oyes la típica frasecita "de una boda sale otra boda" adaptada a bautizos, porque decir a una soltera de un bautizo sale otro bautizo puede crear algún "problemilla". Tampoco te ponen al lado de ese chico taaaan ideaaaal para ti, ni tienes a todos tus amigos casados observando con quien hablas mucho o con quien bailas.

En fin, que me alegro mucho haber superado otra etapa de la vida sin grandes traumas (soy una superviviente ¿eh?) y pasar a otra mucho más relajada. Ahora, en cuanto me libre de las citas a ciegas creo que mi vida será casi perfecta.