miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mea culpa

Ayer volvieron a echarme la culpa a mí. Sí, por lo visto nunca tengo la respuesta adecuada para que el hombre en cuestión piense que tiene alguna posibilidad. Así que, si uno no se atreve a decirme lo que siente es porque yo no le he hecho "caída de ojos", si otro no se atreve a pedirme una cita es porque yo no le he dicho lo que esperaba oír... y así siempre. No existe la posibilidad de que ellos sean torpes o que no lo tengan claro o, simplemente, que no les guste.

Hay con un "caballero" en cuestión que roza la desfachatez. Tooooodo el mundo ha decidido que es fantástico, toooooodo el mundo lo ve perfecto y toooooodo el mundo cree que está colado por mí. Si aun no ha dicho nada es porque yo no le he dado la mínima oportunidad. No importa que yo creo que sí es fantástico pero tiene su punto filipino como todo el mundo, que no es tan perfecto y que, evidentemente, no está colado por mí. Además, de un tiempo a esta parte he abierto bastante los ojos y ya no voy por el mundo sin mirar a mi alrededor y he descubierto que hay mucha gente igual de fantástica y perfecta que no esperan de mi la respuesta correcta sino la espontánea y natural mía.

Lo peor es que todo esto me lo dicen mis amigos, esos que tendrían que pensar que la fantástica y perfecta soy yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario