lunes, 29 de noviembre de 2010

Matahari

Sé de un caso de una chica que tiene, como mínimo, dos novios a la vez. Estos son los fijos, luego además tiene, a veces, un tercero pululando a su alrededor. La llamamos Matahari. Lo increíble del caso es que lleva años así, están en ciudades distintas y uno de ellos sabe de la existencia del otro (y no le importa) mientras que el segundo vive en la ignorancia más absoluta. Con lo complicado que es que todo vaya bien sólo con uno, que tengas tiempo para él, para tus amigos, para tu familia, el trabajo, tus hobbies... una de dos, o esta chica no tiene nada que hacer en todo el día y puede dedicarlo a compaginarse entre ellos o es la reina de la organización.

Siempre he creído que quien mucho abarca poco aprieta, así que espero que no considere que alguno de ellos es el hombre de su vida porque tarde o temprano le estallará en la cara. A otra que conozco le estalló bastante después, cuando ya se había decidido por uno y, aún así, salió malparada. Estas situaciones no aguantan para siempre. Llegará un punto que alguno de los tres querrá algo más y ¡ay! vamos a tener problemas. Más vale centrarse sólo en uno o no centrarse en absoluto.


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