martes, 29 de mayo de 2012

El cuento de la lechera

Ayer había sorteo del euromillón. ¡99 millones de euros! Entre unas amigas decidimos que no podíamos dejar pasar esa oportunidad. Como estamos un poco dispersadas (que bueno es el whatsappp para que eso no sea un problema) una se fue a comprarlo y nos pasó la foto con los números unas dos horas antes de que fuera el sorteo. Nos tocaban 11 millones por cabeza. No está mal ¿eh? Así que durante esas dos horas estuvimos imaginando qué haríamos con el dinero. Una quería comprar el restaurante en el que cenamos desde años cada vez que nos reunimos. Le quitamos la idea de la cabeza, celebrarlo ahí sí, pero ¿comprarlo? No nos acababa de convencer la inversión. Estuvimos planeando como recoger a las desperdigadas. Incluso montar una misión a los Ángeles de Charlie para recoger a una de nosotras que estaba encerrada en una reunión de trabajo. Finalmente llegó la hora y, evidentemente no nos tocó, sino no estaría en casa delante de mi ordenador contándoos esto, estaría en un avión rumbo a cualquier parte. Pero habíamos pasado dos horas tan buenas. Habíamos conseguido hacer reír a una de nosotras que está pasando un momento muy triste, a la de la reunión, se le pasó volando el tostón que estaba sufriendo y yo durante dos horas me olvidé que mañana tengo que hablar cuatro minutos seguidos en chino sin chuleta ni nada. Así que, aunque no tuvimos los números premiados, yo no diría que el cántaro se rompió. A veces no hace falta que te toque el dinero para que digas que te ha tocado la lotería. Creo que a nosotras ayer nos tocó.

domingo, 27 de mayo de 2012

Julito

Otra vez yo y los taxistas. ¡Qué manía tengo de coger siempre el que está más loco! El otro día llegué a la estación de Sants en Barcelona y cogí un taxi para ir a casa, bueno, el que me tocó... no te dejan elegir. Mientras él metía mi maleta en el maletero, yo entré en el taxi y oigo una canción de Julio Iglesias. Pensé (y recé) que fuera la radio y que cuando acabara esa canción pondrían a un artista totalmente distinto. El taxista se subió al volante y emprendimos el camino a mi casa. Mis plegarias no habían sido escuchadas porque cuando acabó la canción empezó otra... "Fuiste mía, sólo mía, mía, mía..." ¡Ay! Pero es que entonces el taxista empieza a pasar rápido la canción y yo ya estaba a punto de sonreír cuando suelta el dedo del "forward" justo en el estribillo, sube el volumen y empieza a cantar como si le fuera la vida en ello "lo mejor de tu vida me lo he llevado yoooooo" ¡Nooooo! Menos mal que de la estación a mi casa sólo dio tiempo a dos canciones más, que evidentemente llevamos a un volumen poco recomendable para la contaminación acústica. Me recordó a cuando era pequeña y mi madre nos llevaba al colegio en el coche y las "cassettes" eran o de Julio Iglesias o de José Luís Perales, o un mix de los dos. Con el tiempo, he de reconocer, me he reconciliado un poquito con Julito pero con Perales, lo siento, no puedo con él, me parece un hombre taaaan triste.

miércoles, 23 de mayo de 2012

TO DO list

El otro día en Barcelona me encontré a un exjefe mío. Le saludé y me preguntó qué tal estaba y si seguía en Madrid. Hasta ahí todo normal. Le contesté que sí, que seguía ahí y siguió preguntando ¿estás contenta? Otra vez le dije que sí. Y entonces soltó: "¡Ah! Me alegro, te has casado." ¿Eh? pensé yo. ¿Qué tendrá qué ver el estar contenta con el estar casada? Y le contesté que no, que no me había casado. Y entre sorprendido y divertido me dijo: "No piensas casarte". ¿Tan difícil es de entender? ¿Por qué a todo el mundo le sorprende? Me pareció una conversación muy rara para mantener con un exjefe, así que sonreí y me despedí. Fui al banco el otro día y el que me atendía tenía que rellenar una serie de datos sobre mí. Me preguntó DNI, dirección y estado civil (no me preguntó la edad cosa que agradezco pero me extraña). Le dije que soltera, y con una sonrisa de oreja a oreja, queriendo hacerme un cumplido, me dijo "todavia" como algo que iba a llegar seguro. Pero es que hay más, alguien a quien conocí hará un año me soltó algo parecido cuando me preguntó si estaba casada y le contesté que no. El soltó "Aún no". ¡No me lo puedo creer! Mi objetivo en esta vida no es casarme, ni siquiera está en la lista del "TO DO" y mira que ahí hay cosas raras (entre ellas subir a un camello que ya he hecho, he tachado, y es una experiencia que no pienso repetir) pero casarme, no, no está. Sé que no se puede decir de esta agua no beberé, y puede que algún día alguien consiga que supere mis ataques de pánico y me convenza (probablemente tenga que drogarme antes) para hacer el paseíllo al altar, pero mientras tanto, la gente debería aceptar que estar soltera es una opción tan válida como la de estar casada.

martes, 22 de mayo de 2012

Sí y no

A petición de un amigo iba a explicar cuando las mujeres queremos decir sí y cuando queremos decir no. Estaba ya en ello cuando de pronto me ha venido a la cabeza una expresión muy sabia: ¡Al enemigo ni agua! Vamos a ver ¿por qué yo les voy a facilitar las cosas cuando ellos no lo hacen? Y no quiero ni oír que ellos son simples y cuando dicen algo significa literalmente eso, porque no es cierto. Por ejemplo: ¿Cuántas de nosotras hemos estado pegadas al teléfono esperando que suene porque él se despidió con un "te llamaré" y la llamada nunca llegó? ¡Ah! Ese es uno de los grandes misterios del lenguaje masculino. Cuando vosotros expliquéis cuando un "te llamaré" significa eso y cuando significa "sayonara baby" puede que nosotras os demos alguna pista sobre el sí y el no. De momento, tendréis que seguir a ciegas. De todas formas, si nos escucharais un poquito, sabríais perfectamente lo que os estamos diciendo. Pero pedir a un hombre que te escuche es como pedir peras al olmo. Te oyen, pero escucharte, es decir, que el sonido que oyen vaya a ser descifrado por su cerebro, eso no lo hacen ni tienen interés en hacerlo. Así que ¡esto es la guerra!

La ameba

El domingo quedé con dos amigas para tomar un café. Me preguntaron por mi vida sentimental, a lo que contesté que era la misma que la de las amebas: inexistente. Una de ellas me dijo: pues ya es hora de solucionarlo, ¿no? Y la otra replicó que también va bien estar un tiempo sola. Así que estuvimos discutiendo sobre lo bonito que es encontrar a alguien y el más vale sola que mal acompañada. Era como estar en un debate, ellas dando su opinión y yo, como en un partido de tenis, moviendo la cabeza (y mis ideas) de un lado a otro de la pista. Supongo que ambas tienen razón, pero ¡uf! es que me da una pereza volver a empezar para llegar a que es cierto, mejor sola que mal acompañada, que creo que voy a seguir de ameba un ratito más. Al fin y al cabo, tampoco es que tenga una fila de fiches haciendo cola, esperando a que me decida. Más bien todo lo contrario. Así que vamos a seguir en mi fase antisocial y dejaremos que pase el verano (que es una época muy peligrosa) y en septiembre me replantearé volver o no a los ruedos sentimentales. Primero quiero recuperarme del todo de la última cornada.

jueves, 17 de mayo de 2012

Vocabulario femenino

El otro día me pasaron esto por email: VOCABULARIO FEMENINO 1. VALE: Esta es la palabra que las mujeres emplean para finalizar una discusión; cuando han decidido que ellas tienen la razón y ahora debes callarte. 2. CINCO MINUTOS: Si se está arreglando, significa media hora. Pero cinco minutos son sólo cinco minutos cuando te han concedido cinco minutos adicionales para terminar de ver el partido, antes de salir a ayudar con la compra. 3. NADA: Es la calma antes de la tormenta. Significa algo... Y deberías estar totalmente alerta. Discusiones que empiezan con nada, normalmente acaban con vale (ver punto 1). 4. NO HAY PROBLEMA: (También “adelante”, “hazlo” o “no, no me molesta”). Es un reto y no es darte permiso. Ni se te ocurra hacerlo... 5. GRAN SUSPIRO: En realidad, es una palabra pero, habitualmente, los hombres no la entienden. Un suspiro alto y claro significa que ella piensa que eres idiota y se pregunta por qué está perdiendo el tiempo discutiendo sobre nada (ver punto 3 para entender el significado de nada). 6. MUY BIEN: Esta es una de las expresiones más peligrosas que una mujer puede decir a un hombre. Significa que ella meditará cuidadosamente antes de decidir cómo y cuándo pagarás tu equivocación... 7. ES IGUAL: (También “tú mismo”). Es la forma femenina de mandarte a la mierda. 8. TRANQUILO, LO HE ENTENDIDO: Otra frase peligrosa donde las haya. Significa que aunque la mujer ha dicho al hombre en repetidas ocasiones que haga algo, finalmente, lo está haciendo ella misma... Los acontecimientos llevan al hombre a preguntar “¿qué pasa?”. Para saber la respuesta de la mujer, ver punto 3. Lo peor de todo es que es taaaaan cierto. Y además ellos no se enteran. Después de años y años (por no decir siglos) en los que las mujeres hemos estado utilizando las mismas palabras con el mismo significado, ellos siguen sin hablar el idioma. Es curioso, aprenden inglés, francés, alemán, incluso algún amigo mío está con el japonés, pero se niegan a aprender nuestro idioma, es decir, el que habla la mitad de la población mundial (más o menos, no sé como están las estadísticas demográficas en este momento) ¿Tan difícil es?

martes, 15 de mayo de 2012

Películas románticas

El sábado, cenando con unos amigos, empezamos a hablar de lo que opinábamos del amor. Todos tenían ganas de enamorarse, todos menos yo, claro, siempre tengo que llevar la contraria. Lo siento, pero dejar mi lado racional (que es el que en más estima tengo) por un hombre que no va a preciar mi sacrificio, no me apetece absolutamente nada. En fin, que una amiga decía que ella quería la película romántica y yo, que estoy un poco escaldadita, dije que no, que no quería eso. Entonces todos se quedaron sorprendidos: ¡Pero si eres una romanticona y te encantan esas películas! Que me guste verlas no quiere decir que quiera vivirlas ¿o es que los locos por el cine de terror quieren pasar una noche con Freddy Krugger? Me gusta verlas porque te dejan buen sabor de boca, pero seamos realistas, en esas películas después de 150 malentendidos y 200 meteduras de pata por parte de ella, él sigue colado y se presenta en su casa, trabajo, o reunión y le declara su amor incondicional. Normalmente en mi caso, ni siquiera superan mi primer ataque de pánico, y eso que incluso a veces, están avisados. Así que no, no espero que él llame a mi puerta, reconozca que ha sido un idiota y prometa ser el hombre perfecto el resto de su vida. Lo siento, pero no tengo tanta fe en ninguno de los hombres que conozco. A las pruebas me remito.

viernes, 11 de mayo de 2012

Preguntas y más preguntas

Hace dos meses tomé una decisión. Un poco drástica, lo reconozco, pero era necesaria. Una de las razones, que no la única, era que estaba harta de que la mayoría de mis amigos me preguntaran como iba la cosa, cuando la cosa no iba de ninguna manera. Además no podía más de las frases "es que no das pistas" o "le das miedo". ¿Qué yo doy miedo? ¡Ojalá! En fin, que cansada de todo esto decidí pasar página, tirar para adelante y no volver a mirar atrás. Lo reconozco, no está siendo tan fácil como pensaba. Al principio, con la fuerza de una nueva decisión tomada, todo iba bien, (como el lunes que decides empezar la dieta) pero a medida que han ido pasando las semanas, la fuerza ha ido desapareciendo (vamos que en la dieta estaríamos a viernes) y la verdad es que cada día me cuesta más seguir firme. Eso sí, el descubrir que tenía razón (y mira que esta vez no quería, hay que fastidiarse) ayuda bastante. Pero lo que no facilita nada las cosas es que la gente sigue preguntando. Esta vez la pregunta es "si sigo en mis trece". Y entonces vuelven las opiniones, entre ellas, que soy muy dura. ¡Por favor, no me hagáis reír! Con lo que he aguantado. Así que ¿podríamos no volver a hablar del "temita" en cuestión? ¿Es demasiado pedir?

domingo, 6 de mayo de 2012

Sevilla

Este año pasé el día de mi cumpleaños en Sevilla, en la Feria de Abril. Me invitó una amiga y mi prima estuvo encantada de acogerme como ocupa. Eso sí, lo primero que pregunté antes de aceptar la invitación fue si era imprescindible vestirse con traje de lunares y volantes. Cuando ambas me dijeron que no, busqué un billete de tren. Y es que tengo un sentido del ridículo altamente evolucionado y no me veía con la flor en la cabeza. He de reconocer que cuando estás ahí no te parece tan raro, pero en frío me pareció demasiado. Mi cumpleaños lo pasé entre rebujitos, gintonics y rumbas. ¡Ah! y un cantante que cuando vio que intentaba salir de la caseta en cuanto empezó a cantar el cumpleaños feliz, decidió ir nombrándome de tanto en tanto micrófono en mano. ¡Ay! Al final llegamos a un trato: yo bailaba unas sevillanas y el dejaba de darme la brasa (palabras textuales del susodicho). Yo cumplí mi parte y él la suya durante 24 horas porque al día siguiente volvió a la carga. Moraleja: no te puedes fiar de los hombres, sus buenos propósitos les duran lo que un caramelo en la puerta de un colegio. Por otra parte lo pasé en grande. La feria es agotadora, me costó tres días recuperarme, pero me reí muchísimo y lo bailé todo. Así que volví con las pilas cargadas y con fuerza para el mes de mayo, a ver si seguimos en mi tónica de sacarme de la cabeza al hombre que no me quiere y dejamos que entre a alguno que, como mínimo, me adore.