viernes, 11 de mayo de 2012

Preguntas y más preguntas

Hace dos meses tomé una decisión. Un poco drástica, lo reconozco, pero era necesaria. Una de las razones, que no la única, era que estaba harta de que la mayoría de mis amigos me preguntaran como iba la cosa, cuando la cosa no iba de ninguna manera. Además no podía más de las frases "es que no das pistas" o "le das miedo". ¿Qué yo doy miedo? ¡Ojalá! En fin, que cansada de todo esto decidí pasar página, tirar para adelante y no volver a mirar atrás. Lo reconozco, no está siendo tan fácil como pensaba. Al principio, con la fuerza de una nueva decisión tomada, todo iba bien, (como el lunes que decides empezar la dieta) pero a medida que han ido pasando las semanas, la fuerza ha ido desapareciendo (vamos que en la dieta estaríamos a viernes) y la verdad es que cada día me cuesta más seguir firme. Eso sí, el descubrir que tenía razón (y mira que esta vez no quería, hay que fastidiarse) ayuda bastante. Pero lo que no facilita nada las cosas es que la gente sigue preguntando. Esta vez la pregunta es "si sigo en mis trece". Y entonces vuelven las opiniones, entre ellas, que soy muy dura. ¡Por favor, no me hagáis reír! Con lo que he aguantado. Así que ¿podríamos no volver a hablar del "temita" en cuestión? ¿Es demasiado pedir?

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