martes, 28 de mayo de 2013

El peliculón

El domingo fui a cenar con mis amigos de toda la vida al sitio de siempre. Antes era un mejicano al que íbamos casi todos los domingos que nos costaba unos 10 euros, ahora es un japonés y nos cuesta 25, eso sí, después de que me explicaran como se cultiva y prepara el wasabi no me extraña, aunque no me acabo de creer que con el auge de la comida japonesa en el mundo, tooooodo el wasabi lleve tanto tiempo y dedicación.
Hablando de cine se nos ocurrió montar un plan de ver un domingo por la tarde una película que nos apeteciera mucho volver a ver. Había dos reglas. La primera que la hubiéramos visto todos y la segunda que nos hiciera ilusión a todos volverla a ver. ¿Os podéis creer que no encontramos ninguna película? Y no penséis que éramos 20 cenando, éramos 7. Pues no hubo manera. Pasamos desde Toop Gun (que yo me negué) a Tarantino, Top Secret, La Guerra de las Galaxias, Arsénico por compasión, Lo que el viento se llevó (sí, sí, esa también), Love Actually, Matrix... recorrimos todos los géneros sin ningún éxito. Finalmente, sin estar ninguno convencido, llegamos a Indiana Jones, eso sí, la primera o la segunda, el resto, como decía una amiga "no existen". Me parece increíble, que con la cantidad de películas que se han hecho, no haya absolutamente ninguna que le guste a todo el mundo, pero está comprobado. ¡Menudo experimento y menudo resultado!

lunes, 20 de mayo de 2013

¡Vaya semanita!

Ya llevo una semana en Barcelona y aunque no he parado, tampoco he adelantado demasiado. Sigo sin encontrar piso, lo que implica que mis cosas siguen en cajas en un guardamuebles en Madrid, y que cada mañana, a la hora de vestirme piense ¡qué mal he hecho la maleta! Hay mañanas que me acuerdo exactamente de ese jersey que pensé que no querría ponerme, o de mis abrigos, ya que creía que ya estábamos en primavera, o tras la lluvia de este fin de semana no he hecho más que llorar por mis botas de agua. Por otro lado, dominar mi pelo está siendo más difícil que domar a un tigre de bengala. Me lo seco a conciencia con secador, me paso la plancha y salgo a la calle pensando que tiene un poco más de volumen que el deseado pero que está bien, aceptable, pero es llegar a la oficina (20 minutos de paseo) y empiezo a notar como las ondas empiezan a formarse ¡aaagghhh! Según el peluquero necesito un tratamiento de keratina, lo que implicará perder dos horas en la peluquería y medio riñón para pagarlo, porque estos "tratamientos" nuuuuunca los hacen por 20 euritos. 
Pero vamos a lo positivo: ya puedo andar por la calle sin ser diana para las bicicletas, me han informado de sitios nuevos a explorar en la ciudad para salir y tomar una copa y estoy poniéndome bastante al día de las novedades de mis amigos, hasta ahora me enteraba horas más tarde, como si fuera un partido de baloncesto en China por teledeporte, siempre son en diferido. 

martes, 14 de mayo de 2013

Adaptándome al medio

Nueva ciudad, aunque no tan nueva. Han cambiado algunas cosas pero no tantas, es decir, este fin de semana he estado de marcha por los mismos sitios que cuando tenía 20 años. Pero espero poder explorar un poco más la ciudad porque me niego a pensar que no hay novedades. Por otro lado, voy andando a todas partes pero el volumen de bicicletas hace que tenga que ir con los ojos en la nuca. Ser atropellada por una bici implicaría a mi autoestima un duro proceso que prefiero evitarle. También tengo problemas con mi pelo, en Madrid en medio minuto tenía el pelo como una japonesa, aquí tras media hora de plancha se sigue inflando como un globo. Pero he de reconocer que el tiempo es estupendo, que todos mis amigos están encantados de tenerme de vuelta y además puedo disfrutar de mis sobrinos. De momento, tras el primer fin de semana en mi ciudad natal el balance es bastante positivo.

viernes, 10 de mayo de 2013

Traslado

Ayer recogieron mis cosas los de la mudanza. Mi casa, que estos últimos días parecía el epicentro de un terremoto de magnitud 8 en la escala Richter, hoy se ve vacía y un poco triste. Valentín, que está en una caja esperando que encuentre piso para volver a acomodarse en un sofá, me miró fatal cuando lo metieron ahí dentro, pero no iba a cargarlo yo en la maleta. Por la noche fui a cenar con unos amigos como despedida a un japonés que nos encanta. No podía irme sin recibir la última regañina de la dueña por pedir mucho sushi y pocos platos más elaborados. Y no me falló, esta vez además nos riñó por las cantidades que pedimos ¡nunca está contenta! Pero se come tan bien, que merece la pena. Esta tarde, después de cerrar la maleta y hacer un par de cosas que tengo pendientes, cojo un tren a Barcelona con billete sólo de ida ¡ay! Me da pena no haberme despedido de todo el mundo pero estas últimas semanas han sido de locos, de todas formas, tampoco es que me vaya al Polo Norte, con el Ave ahora es un paseo, caro, pero un paseo. En fin, que a partir de hoy empiezo una nueva etapa en mi vida, ya os contaré cómo me va.

martes, 7 de mayo de 2013

Descoordinación

El viernes llego a Barcelona y mis amigos y yo no nos ponemos de acuerdo. Todo empezó hace unos días cuando le comenté a una amiga que quizás, podría ser, había una posibilidad, de que el sábado por la noche convocara al personal para una cena. Finalmente no lo hice porque a día de hoy no tengo muy claro el plan del fin de semana. El caso es que ayer por la tarde empezaron los whatsaps... El primero me llegó de un amigo preguntando cómo me iba comer el sábado porque él y su novia no podían quedar para cenar. ¿Cenar? ¿Había quedado con ellos para cenar? Ay Dios mío Sofix que despiste... le dije que yo a comer no podía pero que como me instalaba en Barcelona tendríamos tiempo de sobra para vernos. Al rato otro whatsap de otra amiga preguntando si finalmente organizaba cena el sábado. Ya mosqueada la llamé y nos aclaramos. Pero es al final de la tarde recibí otro, de un tercero, esta vez diciendo que el sábado nos veíamos para cenar, si no nos veíamos pronto. Hablando con un amigo para ver si conseguía aclarar algo llegamos a la conclusión de que por lo visto he convocado una cena sin avisar a nadie, todo el mundo está informado, casi todos van a ir, y yo aún no tengo ni idea si podré asistir. ¡Soy un crack!

domingo, 5 de mayo de 2013

Titanlux

El viernes quedé para tomar algo con una amiga. Cuando llegó me fijé que llevaba dos pruebas de barra de labios en la mano. Cuando se lo señalé me lo enseñó más de cerca y alucinada veo como intenta sacárselo y no se va. Además se había cuarteado como hacen las pinturas cuando hay cambios de temperatura. ¿Así es como te deja los labios? ¿Cómo una mala calcomanía? Pues no hay hidratante que arregle eso. Quedamos al día siguiente por la mañana y seguía con las manchas en la mano. Me explicó que había intentado quitársela con la esponja, pero con la cara que rasca, esa que es capaz de quitarte la primera capa de la epidermis y nada, ahí seguían las dos marcas de color rosa. ¡Eso no era un pintalabios, era un tatuaje! Le dije que tendría que volver a la perfumería y explicarlo para evitar más de un disgusto. El domingo por la tarde le pregunté por mensaje si había conseguido sacarlo y me dijo que sí, con quita esmalte. Es decir que te pones eso en los labios, que te los seca y te los deja como la cuenca de un río cuando hay sequía y luego tienes que frotártelos con quita esmalte para quitártelo. Es más fácil eliminar una capa de Titanlux que ese pintalabios. Un avance de la cosmética, sí señor.

viernes, 3 de mayo de 2013

Entre cajas

¡Esto es una pesadilla! Las mudanzas son un horror. Primero empecé buscando empresas de transporte, luego pidiendo presupuestos, que por cierto, para poder aceptar algunos tendría que vender todas las cosas que tienen que transportar. Por fin encontré uno que está bien de precio, relativamente. Así que ahora estoy en lo peor; decidir que me llevo yo en la maleta, que se llevan los transportistas, que dejo aquí y que tiro. Después de ocho años acumulas taaaaaantas cosas. Además como aún no tengo piso en Barcelona y me mudo temporalmente a casa de mi madre, tengo que pensar muy bien que meto en la maleta, ya que es con lo que voy a contar durante el tiempo indefinido de la búsqueda de piso. Si tengo que meter en mi cuarto todas las cajas con mis libros y ropa, definitivamente tengo que salir yo y la cama y la mesa y el armario... hasta que tenga mi rinconcito, las cajas tendrán que llenarse de polvo en un guardamuebles. Así que en vez de retirarme a Ibiza este acueducto de mayo como originalmente tenía pensado, me he quedado en Madrid haciendo cajas. Un planazo.