jueves, 28 de febrero de 2013

Nieve

Hay nieve en toda España, ¡incluso en Córdoba! Un amigo el otro día me dijo que seguro que yo estaba pensando en hibernar hasta que el frío pasara. No es mala idea, no es posible, pero no es mala idea. Además es que me ha pillado en la calle cada vez. Debo ser gafe. Eso, o la Ley de Murphy puede ser considerada tan científica como la teoría de la relatividad de Einstein. Supersticiones a parte, en esta ciudad hace demasiado frío para mí. Creí que con el tiempo me acostumbraría, pero no es así. Tengo que ir pensando en un cambio de aires. ¿Quizás el Caribe? Cerca de la playa y con temperaturas agradables todo el año. Aunque me parece demasiado lejos. Pero hablo en serio, voy a plantearme un cambio de escenario. Y la meteorología va a ser uno de los criterios importantes a la hora de escoger destino.

lunes, 25 de febrero de 2013

Necesito un chupete.

El jueves cogí un tren rumbo a Málaga, otro viaje relámpago en una misma semana. Tuve mucha suerte porque fui sola, sin compañero sorpresa de viaje pero ya lo dicen... una de cal y otra de arena. La vuelta del viernes fue una injusta compensación, a mi modo de ver. Llegué a mi asiento y empezó a entrar gente en el vagón. Yo estaba atenta a ver quién miraba hacia mi asiento esperando repetir "compañero" de ida. De pronto entró una chica con una niña pequeña y empecé a rezar para que no me tocara al lado. Pero ya se sabe, basta que no quieras para que te ocurra. No tengo nada contra los niños, todo lo contrario, pero compartir menos de un metro cuadrado con ellos durante tres horas, es una tortura para ellos y para mí. En fin, se sentó a mi lado la madre y encima su niña, ya que hasta determinada edad no tienen asiento asignado. Calculé que la niña tendría unos dos años por tamaño y por como andaba y hablaba un poquito. Cual es mi sorpresa cuando la madre, para dormir a la criatura se saca el pecho y se lo enchufa a la niña. ¡Por Dios, qué tiene dientes! Me concentré en mi libro. Me sentía bastante incómoda la verdad. En ese momento hubiera dado cualquier cosa por un chupete. No me voy a meter con la edad en que hay que dejar de dar el pecho a los niños, yo no soy madre y no tengo ni idea, pero sí creo que no hace falta hacerlo públicamente en un tren con una extraña sentada a menos de diez centímetros. Un poco de pudor no hace daño a nadie.

martes, 19 de febrero de 2013

Las apariencias engañan

El lunes cogí un tren a las ocho y veinte de la mañana rumbo a Barcelona. Me senté en mi asiento, ventanilla como siempre, y al momento llegó el que iba a ser mi compañero de viaje. Era un chico de unos treinta años, con sudadera de Abercrombie azul claro, pelo escaso y rapado y con ese tipo de barba que baja justo del bigote a la barbilla. Sacó su ordenador y me pareció que debía trabajar en diseño gráfico porque estaba probando diferentes fuentes para una marca. Mientras tanto iba "whasapeando" con su Iphone. Incluso, en algún momento se puso la capucha de la sudadera. En fin, que me pareció el típico progre pasota.  Cual es mi sorpresa cuando veo que se pone una película en el ordenador y no es otra que "Orgullo y Prejuicio". Me quedé atónita, ya le pega poco a un chico querer ver esa película, pero además que sea su propia elección para verla el solo... Pensé que a los diez minutos se cansaría y cambiaría, pero no, se la tragó entera. No me atreví a mirar si encima tenía una lagrimita porque la carcajada hubiera sido un poco cruel, pero me quedé con las ganas. No se puede juzgar por las apariencias porque la mayoría de las veces engañan.

Sin nombre

He hecho un viaje relámpago a Barcelona para conocer a mi nueva sobrina. Una niña preciosa pero que aún no tiene nombre ¿por qué? Pues porque sus papis no están convencidos con el escogido hasta ahora.  La gente iba llamando preguntando como estaban la niña y la madre y claro, la pregunta de rigor ¿Cómo se llama? La respuesta siempre era la misma: aún no lo tenemos decidido.  El padre de la criatura envió un email dando la noticia: ha nacido la niña... la madre y la niña están bien... evitando en todo momento dar alguna pista sobre el nombre. En el hospital le pusieron el que hasta entonces habían estado barajando pero yo hoy, cuando he preguntado qué tal había ido la noche, no me he atrevido a preguntar si el nombre estaba ya confirmado o no. Pero bueno, tic, tac, tic, tac... hay que ir al registro muy pronto y no creo que acepten nombres temporales.  Mañana preguntaré si "habemus" nombre...

lunes, 11 de febrero de 2013

Quiero verlo todo.

El jueves pasado fui a ver el documental sobre Marina Abramovic "The Artist is Present" y me impresionó muchísimo. Es el documento visual de cómo preparó su performance para el MOMA en Nueva York. La performance consistía en sentarse en una silla, con una mesa (que el último mes retiró) y otra silla delante, desde que abrían el museo hasta la hora que cerraban durante tres meses enteros. La gente que visitaba el museo se sentaba delante de ella y se miraban a los ojos, sin hablar, sin moverse. Me pareció brutal y hubiera dado lo que fuera por poder haberme sentado en esa silla una sola vez.
Pero no se puede estar en todas partes, ni ir a todos las cosas que pasan cada día en el mundo. Hay cosas más factibles, como ir a ver la exposición de Ai Weiwei en Sevilla, cosa que espero poder hacer, pero tengo que organizarme. Pero también quiero ir a la Feria ArtBasel en Hong Kong en mayo o el Gran Premio de Fómula 1 de Shanghai, y claro, eso ya se complica. En fin, que necesito un clon que se quede en el campamento base mientras yo me dedico a viajar y un patrocinador para la Fundación "Quiero verlo todo". Esta difícil, lo sé.

domingo, 10 de febrero de 2013

Tarjetas de fidelización

Hace unos años en el monedero llevaba el DNI, una tarjeta de crédito, la tarjeta sanitaria y algo de dinero. Con un "monederito" iba sin problemas por el mundo. Pero ahora necesito una maleta para llevar todas las tarjetas que te van dando en los sitios más increíbles, desde la de Renfe hasta la del supermercado. La última cayó el viernes: la de la farmacia. Mientras la farmacéutica iba apuntando mis datos en el ordenador, yo iba haciendo sitio en mi monedero para la siguiente huésped. Quedo apretadamente colocada con la de Vips y la de Iberia. A veces pienso que no es necesario llevarlas todas, pero basta que no lleves una para que sea justamente la que necesitas. Así que más vale prevenir que curar. Tienen sus ventajas, lo reconozco. Te hacen descuentos, te envían cheques regalo o se acuerdan de tu cumpleaños. Pero es que te habrán de compensar de alguna manera el sobrepeso que llevas.

jueves, 7 de febrero de 2013

Msnifestaciones

El jueves pasado, por ser el último jueves de mes, las bicicletas invadieron media Castellana. El viernes por la noche, de camino a una cena, Génova estaba cortada y al día siguiente, por la mañana, otra vez por manifestación. Ayer estaban manifestándose por la mañana debajo del puente de Juan Bravo, con tarima y todo. Y por la tarde pillé la que se había concentrado en Cibeles. Para que yo me haya encontrado en una sola semana tantas ¿cuántas manifestaciones diarias concurren en Madrid?
Entiendo que todo el mundo tiene derecho a manifestarse para protestar pero para eso, en teoría, ¿no tienes que pedir un permiso? No sé si al ayuntamiento, a la Comunidad o al mismísimo Presidente de Gobierno, me da igual, hay que pedirlo. Pues bien, hay un funcionario que se cree Papá Noel repartiendo caramelos el 24 de diciembre. En fin, que está muy bien que autorice manifestaciones pero creo que no debe autorizar más de una cada día, en realidad considero que aceptando una manifestación a la semana ya me siento bastante generosa. ¿Qué hay de mi derecho de libertad de movimiento por mi propia ciudad? Estoy por convocar yo una manifestación para protestar contra las manifestaciones. Me pregunto si me darían la autorización.

domingo, 3 de febrero de 2013

Sábado

El sábado tuve un día completo. Muy animado, la verdad. Eso sí, lo mejor de todo, la exposición que fui a ver el sábado por la mañana: "El legado de la Casa de Alba". He de reconocer que iba además de lujo pues resulta que el comisario de la exposición es amigo mío así que nos acompañó y nos explicó la historia (y los cotilleos) de cada pieza. La exposición me pareció un resumen de la historia de España, empezando en Colón y acabando en el s.XX. Así que muy, muy recomendable.
Pero eso no fue todo, de ahí nos fuimos a comer y nos levantamos de la mesa a las 6 de la tarde, habiendo bebido no sé cuantas botellas de vino, entre ellas, por error, la de la mesa de al lado. Todavía veo la cara de alucinada de la camarera cuando se dio cuenta. Eso sí, nos miró fatal pero no dijo nada, observó nuestras copas (que estaban ya bastante vacías) y les llevó otra botella a nuestros vecinos. No fue conscientemente, no somos una pandilla de "manguis", tan sólo nos pareció... en fin, nos confundimos y además no deberían haber dejado la cubitera del vecino tan a nuestra mano.
De ahí volví a casa a intentar concentrarme en mi libro de chino, sin éxito alguno, claro.