martes, 27 de noviembre de 2012

El mareante profesional

El otro día estuve picando algo con una amiga y me habló de un chico que en el papel es perfecto; educado, inteligente, simpático, trabajador y encima guapo, vaya que lo tenía todo el chaval. El elemento en cuestión no vive en la misma ciudad que ella, pero por trabajo iba bastante. Cada vez que iba, le llamaba y se iban a cenar mano a mano. En fin, por circunstancias laborales ya no tiene que ir a la ciudad de ella. Entonces le pregunté a ella ¿qué tal?, si se han visto, y ella muy seria me contesta que no importa porque sabe perfectamente que ella no le gusta. ¿Cómo? Entonces ¿para qué te marea? ¡Ah! Misterios de la vida. Los hay mareantes profesionales. Se dedican a pasear al personal sin mojarse, sin que tu puedas saber si es el principio de una bonita amistad o hay algo más. No se definen porque les va bien tener una acompañante para el día que no tienen plan o el plan que tienen es un rollo patatero y no quieren ir solos. Así siguen hasta que tu te das cuenta que ahí no hay nada, ni siquiera amistad porque a los amigos no se les trata así; confundiéndoles constantemente, y decides darle portazo. En fin, si realmente ella está segura de que él no siente nada, le aconsejo ya no que pase página, sino que cambie de libro directamente.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Intolerancia a la lactosa

Una prima mía me contó hace una semana que le habían diagnosticado intolerancia a la lactosa. Está muy de moda en el ambientillo médico encontrar intolerancias a los alimentos más básicos. Ella llevaba 15 días sin tomar leche, yogures, queso, mantequilla... en fin, cualquier alimento que tuviera lactosa y que no se había encontrado demasiado bien. Eso me lo contó un jueves. Cual es mi sorpresa cuando el viernes, en la fiesta de su hermana, la veo zampándose un buen trozo de queso manchego curado. "¿Pero tú no tenías intolerancia a la lactosa?". Sí, me contesta, pero después de 15 días sin tomar nada que tuviera lactosa quiero ver qué pasa por tomarme un trozo de queso. A otros que le preguntaron contestaba simplemente que el queso curado manchego no contaba. El sábado fuimos a comer y comentamos su ataque al queso y ella contesta que tenía mucho dolor de cabeza, y eso que sólo había probado un trocito de nada de queso (que casualidad que justo el que se tomó lo vimos todos...) y un poco los postres. ¡Los postres! Sólo en uno, que había visto a unos de mis tíos prepararlo, llevaba un bote de leche condensada... Y esto lo cuenta mientras se toma la nata de adorno en el surtido de postres que habíamos pedido.... A su dolor de cabeza yo le contesté que no era intolerancia a la lactosa (además creo seriamente que debería pedir una segunda opinión) eso era una resaca en toda regla.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Paranoica

Tengo la sensación de estar un poco paranoica. Parece que veo cosas que no son. Por ejemplo, el que alguien me excluyó de un whatsapp o email de grupo en el que debería haber estado incluida. ¿Son imaginaciones mías o esa persona denota enemistad manifiesta? La opinión general es que ella es rara. ¿Y con eso yo tengo que aceptar que sea una borde conmigo? Decidí ignorarlo y seguir con lo mío, que trabajo me cuesta, pero la tengo apuntada, que conste.
Pero sigamos con los ejemplos de mi reciente paranoia. Últimamente un amigo, a mi me parece, que está un poco extraño. En un principio me dije que quizás estaba molesto conmigo  pero yo no lo había hecho nada. Opción A descartada. Estará enfadado, preocupado, molesto por algo que le ha pasado, pensé. Decidí preguntar. Según él, no le pasa nada. Opción B también descartada ¡Otra vez con alucinaciones! ¿Me estaré volviendo loca? 
Evidentemente debo tener un problema. Primer paso importante para solucionarlo: soy consciente de que algo pasa. Voy a aislarme un ratito, a ver si tengo suerte y la paranoia es pasajera. Segundo paso para solucionarlo: actuar. Estoy en el buen camino. ¡Yupi!

lunes, 12 de noviembre de 2012

Maldita gripe

Se suponía que estos días tenía que dedicarme a coger fuerzas para estar más guerrera que Brave Heart, pero como estamos hablando de mí, en vez de coger fuerzas cogí la gripe. Cuatro días encerrada en casa. Basta que no puedas salir para que tengas los antojos más dispares. Lo cierto es que hubo un momento que me importó un pimiento la fiebre y el peligro de neumonía y a punto estuve de salir a la calle a por una buena ración de chucherías. Mi madre justo llamó en ese momento. ¿Cómo lo saben? ¿Cómo saben que estás a punto de cometer una estupidez? En fin, que tras hablar con ella, callando como una muerta en que punto me había pillado, me di cuenta que lo mejor es que estuviera quietita en casa y me recuperara. Asi que me quedé enclaustrada en casa haciendo zapping ( porque no había manera de encontrar nada potable en la tele) y leyendo cuando la cabeza dejaba de decirme: exploto, exploto... Hoy, a parte de que aún no he conseguido separarme del kleenex, empiezo a hacer vida normal. Y ahora tengo tres días para entrenarme como guerrera... No me da tiempo, lo siento, pero no me da tiempo, a ver si para el finde siguiente....

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Guerrera

El otro día una de mis primas favoritas me dijo que hay que ser guerrera. Todo venía a que el próximo fin de semana celebra su cumpleaños y como ella mis mo dijo: descansa que en mi fiesta te quiero a tope. Y me encantaría estar a tope en su cumpleaños pero circunstancias ajenas a mi voluntad me impiden que me recupere. Por un lado la gente mala que hay por el mundo, a la que parezco atraer como un imán. Y por otro, el hecho de que me doy cuenta de que hay gente que se piensa que soy idiota. Sí, por el hecho de no contestar o montar en cólera y simplemente ignorar ciertos "feos" para seguir tranquilamente con mi vida, resulta que eres una pánfila. De pánfila no tengo un pelo, sino que invierto mi energía y tiempo en lo que realmente me parece que vale la pena. Pero en fin, eso no significa que el que me tomen por tonta no me afecte y mine mi espíritu, así que aunque intento coger fuerzas para el finde de la fiesta, me está costando un poco. Lo sé, sigo enfadada, y la última vez dije que se me pasaría... Prometo intentar que no me afecte tanto según que hechos y circunstancias. No puedo prometer que lo consiga pero sí que voy a intentarlo.