lunes, 20 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Os deseo una muy Feliz Navidad, en familia, con amigos o con la compañía que escojáis. Volveré después de Reyes... sí, sí, después de Reyes. Me voy a tomar unas vacaciones en toda regla. Espero que tengáis una buena entrada de año y que el 2011 sea un año maravilloso para todos. A ver si conseguimos entendernos un poco mejor entre todos...

domingo, 19 de diciembre de 2010

Con lupa

El viernes tuve una cena con robo de regalos. Después de que un número de lotería se paseara por casi toda la mesa y el regalo estrella fuera una peonza, yo me fui a casa con una lupa. Sí, sí, una lupa y además de las buenas. En teoría, según mi oftalmólogo, yo soy miope, es decir, no veo de lejos, pero de cerca, mi vista no tiene ningún problema. Mmmm... no sé yo... yo creo que no veo bien y punto. Sino, ¿cómo puede ser que me equivoque tanto con la gente? ¿Y sobre todo con los hombres? Así que este regalo me va de perlas. De ahora en adelante además del monedero, las llaves, el móvil y el paraguas (siempre llevo uno pequeñito por si acaso), voy a añadir una cosa más a mi bolso, la lupa. De esta manera siempre la tendré a mano para cuando tenga dudas sobre la persona que tengo en frente. Puede parecer un poco extraño que, de pronto, saque la lupa como Sherlock, pero es que, llegados a este punto en que me toman el pelo con aparente facilidad, no me queda más remedio que adoptar posturas excéntricas pero espero que efectivas. A ver si así conseguimos ver un poco mejor.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Caballo, caballo, tigre, tigre

El miércoles en clase de chino nos enseñaron como se dice "así, así". Es decir, cuando te preguntan como estás y tu contestas regular, en chino dicen "ma, ma, hu, hu" (con acentos que ahora no vienen al caso). Lo increíble es que estas cuatro palabras significan, literalmente, "caballo, caballo, tigre, tigre". Para que algo se me quede, necesito, generalmente, encontrarle una lógica o sentido, ya que mi parte dominante es la racional, pero en este caso, de tan absurdo que me parece no creo que se me olvide nunca. ¿En qué momento de la historia de China alguien decidió que "caballo, caballo, tigre, tigre" era lo mismito que regular?

Últimamente me parece que tengo muchas conversaciones absurdas de este tipo. Me dicen una frase que tiene un sentido pero con palabras que literalmente tienen otro muy distinto. Y así voy yo, más perdida que un pulpo en un garaje. Como si fueran espías en plena guerra fría, me envían mensajes cifrados olvidándose de darme la clave. Pero eso sí, cuando yo no lo pillo es culpa mía. ¡Hay que fastidiarse! A ver cuando utilizamos el sentido literal de las palabras, me ahorrarían muchos quebraderos de cabeza y evitarían miles de explicaciones.


Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos,

Aunque creo que Papá Noel es un poco más considerado porque llega bastante antes, para las cosas importantes vosotros debéis de ser más efectivos ya que sois tres (por muchos Elfos que ayuden a Santa, al final toda la responsabilidad cae en él) así que he decidido escribiros a vosotros y a Santa le dejo el factor sorpresa.

Habéis de reconocer que este año me he portado bastante bien, no perfecta (hay que dejar algo que mejorar) pero casi. No he matado a nadie (y ganas no me han faltado), no he mentido (sólo lo imprescindible para no hacer daño a alguien), he sido buena incluso con algunos que no se lo merecían (vaya, que casi he puesto la otra mejilla) y además mis enfados totalmente justificados no se han convertido en furia y he aguantado la calma con bastante aplomo. Lo reconozco, podría haber sido más dulce, menos pasota y más comprensiva, pero es que una ¡es humana!

Visto esto, creo que me he ganado que me traigáis lo que os pida. Sino todo, al menos una parte. Por un lado paciencia, que durante este año hay quien se ha dedicado a agotarla y está bajo mínimos. También impasibilidad, a ver si deja de afectarme tanta tontería que hay por el mundo. Por otro lado, lo que vosotros y yo sabéis, sí, sí... ya sabéis de lo que estoy hablando... y ya puestos, si no es demasiado pedir, ¿podéis hacer que me toque la lotería, por favor? Lo sé, no hay que ser materialista pero ya sabéis lo que dicen, el dinero no hace la felicidad, pero ayuda.

Muchísimas gracias.

martes, 14 de diciembre de 2010

Cuadrando agenda

No vuelvo a estar tanto tiempo sin ir a casa. Después de estar casi ocho meses sin pisar Barcelona, ahora que por fin voy porque es Navidad, me encuentro cuadrando agenda hasta con mis sobrinos (y el mayor acaba de cumplir 10 años).

El día que pensaba llevarlos al cine no pueden, menos mal que me quedo bastantes días e iremos la semana del 27. Me preguntó qué película iríamos a ver y le dije que se pusiera de acuerdo con sus hermanas y la que eligieran a mí me iría bien. Enseguida contestó "Megamind", es "superchula" tía. Así que ese es uno de mis "planes" de estas Navidades. También tengo planes con adultos, por supuesto. Pero irme un día al cine y ponerme morada de palomitas y chucherías también me divierte, aunque he de reconocer que no sé si la película me va a entusiasmar. El año pasado me tragué "Planet 51" y "Lluvia de albóndigas". No fue tan terrible como esperaba. Es más, ir una vez al año a ver películas infantiles me rejuvenece un poquito (tampoco mucho, no nos vamos a engañar).

En fin, que entre mis sobrinos, los días estrictamente familiares, las cenas con amigos, y eventos variados, esta Navidad parece que esté jugando al tetris en vez de hacer planes con amigos. Así que, decidido, haré más incursiones en la Ciudad Condal durante el año.




Segundas vueltas

Ayer estuve en un cocktail donde casi todas las parejas eran de segunda vuelta. Había de todas las clases; la trepa que ha encontrado el ricachón de turno, el señor pasado de años que había dejado a su mujer, una señora con clase, por una jovencita más hortera que un chándal de lunares, los que ambos iban, no por la segunda, sino por la tercera o cuarta vuelta, y así había variaciones de todos gustos y colores.

La facilidad que tiene la gente para casarse y descasarse a mí me tiene alucinada. Hay de todo, claro, como en todas partes, tengo amigos y amigas que están en una segunda vuelta porque en realidad nunca tendría que haber habido una primera. Todos nos equivocamos y/o cambiamos con el paso del tiempo. Pero es que hay un tipo de gente que, no sé si es el no poder estar sólo o si se casa como compra la lotería de Navidad; haber si este año hay suerte... y si no le toca, no pasa nada, si el sorteo es una vez al año y hay números para aburrir.

En fin, por otro lado, he de decir que el evento estuvo muy bien, es más ¡estuve a escasos metros de la copa del mundial! Lo sé, a mí me da bastante igual, pero de todas formas hice unas cuantas fotos para poner los dientes largos a más de uno, je, je , je. ¡Ay! Como siga así los Reyes me traerán carbón! De aquí al 6 de enero voy a intentar comportarme. No lo prometo porque me conozco pero voy a hacer todo lo posible.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Pánico en el bus II

El sábado fui a tomar un café con una amiga y me comentó que había estado leyendo mi aventura con la loca en el autobús y que ella también había tenido un encontronazo con ella. Me quedé de piedra. ¿La misma?, le pregunté, ¿Rubia con flequillo? Y me contestó, sí y con la mochila en la cabeza. Por lo visto, mi amiga iba con su hija en la sillita y estaba en un cruce esperando a que se pusiera verde, cuando le llamó la atención esta mujer ya que llevaba, eso, una mochila sobre la cabeza. La miró y aquella chalada le dijo "Voy a matar a tu hijo como tú me estás matando a mí". Mi amiga se quedó helada y por suerte el semáforo se puso verde y siguió adelante, eso sí, con un buen susto en el cuerpo.

Así que esta mujer anda por Madrid impune, vertiendo amenazas a todo el que se cruza por la calle. "Está de atar" le comenté a mi amiga. Y ella me contó que, por lo visto, han cerrado todos los frenopáticos públicos por lo que los locos sin recursos andan sueltos por las calles. Los hay que, como esta mujer, te pegan un susto y ya está (espero que no haya llegado a cumplir ninguna de sus amenazas) pero ¿qué pasa con los realmente peligrosos? ¿También andan por la calle como si tal cosa? ¡Es increíble!

viernes, 10 de diciembre de 2010

Chino mandarín

Estoy recibiendo clases de chino mandarín, sí, sí, chino mandarín. ¿Es difícil? ¡Nooooo, es dificilísimo! Pero ahí estamos, intentándolo. En clase somos la profe y tres alumnos, aunque fijos, fijos, somos dos. La profe, que se llama Sofía, (ya es casualidad ¿eh?) es una china que habla bastante bien español pero, he de reconocer que cuando pronuncia algo mal en nuestro idioma me alegro... significa que a ella también se le complica la pronunciación como a mi la de su idioma (da apoyo moral). Diga lo que diga, y por mucho que insista, hay muchísimas sílabas que se pronuncian exactamente igual, y lo peor es que tienen significados totalmente distintos.

Pero eso no es lo peor, lo peor del chino no es que la pronunciación sea casi imposible, o recordar un vocabulario que suena todo a "ching chang cheng", no, lo peor de todo es escribirlo y recordar lo que significa cada carácter. Si yo ya tengo una letra horrible en español ¿os imagináis en chino? Así que nos manda una especie de "cuadernillos Rubio" para practicar y aunque se parece el modelo con lo que escribo, sólo llego a eso, a que se parezca, y encima cuando tengo que escribirlo en la pizarra no me acuerdo de casi nada. He optado por intentar ver parecidos, como este carácter es como una puerta, este una casa... pero ni aún así. Todo sea por la causa, porque nos guste o no, los chinos se nos van a comer con patatas.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Reparto

Ahora en Navidad viene el problema del reparto. ¿Dónde pasamos la Navidad, en casa de tus padres o en la de los míos? La cosa se complica cuando viven en ciudades distintas. En mi casa mis hermanos tienen ese problema. Yo siempre digo que, ya que soy la tercera en discordia, lo que falta es que yo me case con un americano para hacer la cosa más "sencillita". Este año coincidimos todos por Navidad, es más, creo que es la primera vez que soy la última en unirme al clan navideño.

Pero éste es un problema más común de lo que parece. Muchísimos amigos míos lo tienen. El otro día pensaba que la mayoría de mi "pandilla" de Barcelona de toda la vida están casados con extranjeros. ¿Qué nos habrán hecho los productos nacionales para que hayamos decidido importar productos de fuera?

En fin, que llegadas estas fechas de "paz y amor" suele haber más de una discusión en este punto. Y es normal. cada uno quiere pasar la navidad en su casa, no es que se tenga nada en contra de la familia política, es sólo que no es TU familia, por muy bien que te lleves con ellos. De momento, le repito a mi madre la suerte que tiene que yo no esté casada y no tenga ese problema conmigo, a ella no le hace mucha gracia la broma (tiene ganas de organizar bodorrio), pero en el fondo sabe que tengo razón.


martes, 7 de diciembre de 2010

El acueducto

Este puente es tan largo que casi se puede llamar acueducto. Yo he decidido quedarme en Madrid y así poder contagiarme del "ambiente" navideño, es decir, la masa de gente en las calles, las tiendas abarrotadas, las luces que este año en Madrid que te ciegan y marean y los adornos. No sé quién ha elegido las luces pero se ha lucido. En Serrano te quedas totalmente ciega con la violencia de los colores y en Ortega y Gasset han colgado una especie de lámparas con sucedáneo de flor de lys incluida, eso sólo para empezar.

La compra de regalos navideños, he de confesar, de momento está bastante retrasada, al menos tengo ideas, que otros años a estas alturas, ni eso. Eso sí ya he adornado mi casa. No a lo americano claro, no hay luces, ni árbol, ni Papá Noeles saliendo por la ventana. Lo mío es un poco más austero ya que si no me gusta disfrazarme a mí, menos me va a gustar disfrazar mi casa.

También tengo el billete de tren para irme a casa (y el de vuelta) y la lotería. Este año tengo bastantes números entre los que compra mi madre a la familia, el que compramos entre varios amigos, el que intercambio con una amiga... a ver si toca... aunque a mí no me toca nunca nada, ni siquiera los de "regalo seguro", por lo que no creo que este año sea distinto. Eso sí, si después de fiestas, estamos en febrero y yo no he vuelto a aparecer por aquí, buscadme en alguna playa en Australia.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Valentín

Valentín es mi nuevo compañero de piso. Es fantástico porque no desordena, no habla y le da igual lo que yo ponga en la tele. Está siempre sentado en el sofá sin protestar. Sólo tiene una pega, no habla pero tampoco escucha. Valentín es un hippy que me traje este verano de Ibiza. El pobrecito es feo, muy feo, pero eso hace que me inspire ternura. Mi madre no lo quería en casa porque decía que asustaría a los niños así que decidí que se trasladara conmigo a la capital.

Este verano he oído decir que hay quien compra billetes de avión a sus muñecos, Valentín viajó en la maleta porque no están los tiempos como para derrochar. ¿No os lo había dicho? Valentín es un muñeco que hace una amiga de mi portero en Ibiza. Mi madre, para devolverle un favor, ya que nos encontró quien nos alquilara un coche automático en pleno mes de agosto, se lo compró, pero luego no supo qué hacer con él, así que lo he adoptado. Más que nada porque no pide mucho (y a mí se me mueren hasta las plantas).

A Valentín no le falta detalle, las rastras, el tambor, los vaqueros con parches, las margaritas, y hasta un porro de mentira que perdió en el viaje o se lo fumó de los nervios del traslado (¡vete tu a saber!). El caso es que hace compañía, igual que siempre pongo música o la tele cuando estoy en casa para oír ruido, tengo a Valentín en el salón para que me parezca que no estoy sola. Tengo que pensar qué le regalo por Navidad, ¿le repongo el porro? Mejor no, que luego se lo fumará en casa y no soporto ese olor.

jueves, 2 de diciembre de 2010

La proposición

Hace unos días, tomando el aperitivo con dos amigos estuvimos hablando de las proposiciones de matrimonio. Me preguntaron cómo me gustaría que me lo propusieran. Dieron opciones como que el anillo viniera dentro de un fondant de chocolate (¡¡¡puagh!!!) o escrito en una pantalla en un estadio (muy íntimo ¿eh?).

Hay gente que le parece muy romántico todas esas explosiones públicas, como que te lo escriban en el cielo, lo que me parece a mí mucho humo para tan poca fogata. Prefiero una declaración sincera. Eso sí, el de en frente no debe tener ni idea de si voy a aceptar o no por que si ya sabe la respuesta ¿dónde están la emoción y los nervios? No me gusta lo de salir con alguien y al tiempo empezar a hacer planes de boda como cuándo y dónde. Primero pregunta y si la respuesta es sí ya habrá tiempo de planificar.

He de reconocer que me lo pidieron una vez hace muchos, muchos años y dije que no. Podéis imaginar lo que pasó poco después ¿no? La relación se fue al garete. Pero cuando me lo pidió, lo miré y pensé ¿para toda la vida? ¡Noooooooo! Lo siento, no pude evitarlo. Así que aunque la sorpresa lleva sus riesgos, quien no arriesga no gana.

martes, 30 de noviembre de 2010

¿Dónde he puesto el manual de instrucciones?

Hoy en día todo viene con un manual de instrucciones. Desde el coche hasta la batidora llevan unos libros del tamaño del Libro Gordo de Petete explicando el uso. Generalmente no lo consultamos muy a menudo, pero realmente resulta práctico en el momento en que la máquina en cuestión da error y, en vez de decírnoslo clarito, nos da un número. Es el momento de ir al manual de instrucciones y comprobar que le ocurre. Por ejemplo estás intentando poner un fax y el report te dice cada vez "error 500", así que compruebas que todo esté correcto y sí, lo está, te desesperas y lo vuelves a intentar: "Error 500". A la tercera decides buscar el manual de instrucciones. Después de encontrar el del ordenador, el del horno, el del aparato de música... ¡Voilà! Lo has encontrado. Buscas error 500 y te dice que el receptor no contesta. ¡Aaaaahhhh! Es culpa del receptor... menos mal...

Bueno, pues lo mismo pasa con los hombres. Te dan error pero no tienes ni idea de porqué. El problema es que el libro de instrucciones no tengo ni idea dónde lo he metido. ¿Por qué en algún sitio estará, no? No va a ser lo úuuunico que venga sin ello. Después de revolver toda mi casa y darme por vencida decidí que tendría que conseguir otro. En un primer momento quise ir a una librería pero me paré a tiempo. No quiero ni pensar en la cara del librero cuando yo llegara toda decidida pidiendo un manual de instrucciones para hombres. En fin, que loca, loca aún no estoy, en este momento, sólo confusa. Por lo que me metí en Amazon. ¡Ja! ¡Existe! Se llama "Manual de instrucciones para comprender a los hombres". Claro que cuando ves la portada te desanima un poco. Además, el hecho de que esté escrito por un hombre, ummm, no sé yo... me parece que no va a ser muy objetivo...

Por favor, si alguien tiene el original, el que venía de fábrica ¿sería tan amable de fotocopiármelo? Gracias.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Matahari

Sé de un caso de una chica que tiene, como mínimo, dos novios a la vez. Estos son los fijos, luego además tiene, a veces, un tercero pululando a su alrededor. La llamamos Matahari. Lo increíble del caso es que lleva años así, están en ciudades distintas y uno de ellos sabe de la existencia del otro (y no le importa) mientras que el segundo vive en la ignorancia más absoluta. Con lo complicado que es que todo vaya bien sólo con uno, que tengas tiempo para él, para tus amigos, para tu familia, el trabajo, tus hobbies... una de dos, o esta chica no tiene nada que hacer en todo el día y puede dedicarlo a compaginarse entre ellos o es la reina de la organización.

Siempre he creído que quien mucho abarca poco aprieta, así que espero que no considere que alguno de ellos es el hombre de su vida porque tarde o temprano le estallará en la cara. A otra que conozco le estalló bastante después, cuando ya se había decidido por uno y, aún así, salió malparada. Estas situaciones no aguantan para siempre. Llegará un punto que alguno de los tres querrá algo más y ¡ay! vamos a tener problemas. Más vale centrarse sólo en uno o no centrarse en absoluto.


domingo, 28 de noviembre de 2010

Nieve

Hoy el tiempo amenaza nieve. ¡Sí que empezamos pronto este año! A parte del frío que hace, la nieve encima es un engorro. Sí, el paisaje nevado es bonito y bucólico pero ¿qué hay del día después cuando esa capa blanca se ha convertido en una pista de patinaje de color indescriptible? La nieve es bonita en la montaña pero en una ciudad es un desastre. Las ciudades en el siglo XXI, por increíble que parezca, no están preparadas para la nieve, al menos Madrid no lo está.

Cuando empieza este tiempo me dan ganas de vivir en cualquier otra parte donde el sol sea el protagonista. Me iría, incluso, a una república bananera donde no hubiera nada de nada. Lo sé, no aguantaría ni una hora, pero es que ¡no soporto el frío! Existe la opción de volver al microclima de Barcelona, donde si las temperaturas bajan de 10 grados es que hay una ola de frío polar, pero no me compensa. La ciudad es preciosa pero un poco aburrida, para mi gusto.

Así que tengo que elegir entre estar en una ciudad donde pasan cientos de cosas todos los días a dos grados bajo cero (temperatura de hoy que a lo largo de los días va a ir bajando) o aburrirme como una ostra con manga corta. Decidido, no voy a ser conformista, desde este momento me pongo a la busca y captura de una tercera opción, en cuanto la encuentre, os aviso.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Viernes

Ya estamos en fin de semana. Es increíble lo rápido que pasan los días, las semanas y hasta los meses. Dentro de nada estaremos en Navidad. Hay que empezar a pensar en comprar regalos y la lotería. Creo que hoy inauguran las luces en Madrid, así que, oficialmente, ya estamos en la campaña navideña. ¡Un horror! En fin, que en unas semanas iré a casa para pasar las fiestas (ya toca, no he ido desde mayo...) y para dejar que mi madre me cebe a base de comilonas. Luego hay que añadir las cenas con amigos, las copitas, las chucherías con mis sobrinos... ¡¡Ay, ay, ay!!

Y luego llega año nuevo, y mi vida sin cambios de ningún tipo... Además creo que no he cumplido ni un sólo propósito de los que hice a principio de año. ¡Qué desastre! Si es que ya digo yo que los propósitos sólo sirven para deprimirse porque no se cumplen nunca. Así que en el 2011 nada de propósitos. Total, para el caso que hago...

Y después de Reyes volveré a Madrid sin blanca y con tres quilos más, ¿no querías cambios? ¡Pues toma cambios!



miércoles, 24 de noviembre de 2010

El hombre que me destrozó la vida

Todas, o casi todas, tenemos en nuestro historial sentimental aquel hombre que sólo conocerlo supimos que nos íbamos a enamorar de él perdidamente y que, además, no íbamos a ser correspondidas. Una amiga mía le llama "el hombre que me destrozó la vida". Es una exageración, por supuesto, pero no quita que le clavó una espinita. Son buenos amigos y evidentemente él no sabe que cuando habla de él con sus amigas, en vez de llamarle por su nombre, nos dice, "he quedado con el hombre que me destrozó la vida" o "el hombre que me destrozó la vida se apunta"... Cualquier día de éstos se le va a escapar delante suyo y verás que lío tenemos.

El hombre que me destrozó a mí la vida en realidad me hizo un favor. Eso lo digo ahora que ha pasado el tiempo, claro, y está superado. Pero durante más de dos años estuve coladita por alguien que yo creo que jamás de los jamases se le pasó por la cabeza que él y yo podríamos tener algo. Pero, como he dicho, me hizo un favor. Durante tooooodo ese tiempo no me fijé en nadie más, así que, como digo siempre, con mi ojito para elegir, fue una suerte.

Ahora, por desgracia, soy susceptible de que cualquier energúmeno se meta en mi vida y me la destroce de verdad, menos mal que, últimamente, parece que empiezo a atraer a buenas personas.

Boda

Hasta ayer, me divertían las frases que predicen tu futuro sin conocerte de nada como las "galletas de la fortuna" o "que te deparará el 2011". Pero me salió "Boda", tal cual, sin más explicaciones. Y, lo siento, pero conociendo mi ojito eso no es bueno... no doy una. Y es tan evidente que mis amigas ni siquiera se han preocupado en decir a ver con quién, saben que meteré la pata seguro, sólo están nerviosas por montarme la despedida de soltera.

No es que no quiera casarme, es que no comprendo esa obligación social de hacerlo. Los tiempos están cambiando, es cierto, pero no lo suficiente. No hay problema en que vivas sola, pero si vives acompañada mejor, parece que has madurado, que por fin eres una persona adulta. ¡Pero es que yo no me veo casada! Conozco a chicas que desde los 12 años están soñando en ese momento en que se vistan de blanco y den el sí quiero, y se imaginan jugando a las casitas con varios peques a su alrededor. Saben perfectamente como va a ser el vestido, las flores y el menú e incluso tienen pensado los nombres que les pondrán a sus hijos. Bien, yo no sueño con eso, no me lo imagino y no me veo. Creo que no todo el mundo ha nacido para casarse.

Así que creo que esa predicción iba para otra persona, por lo que lo siento por mis amigas que no van a poder organizarme una despedida de soltera (cosa que yo me alegro bastante).

martes, 23 de noviembre de 2010

La dona é mobile

La dona é mobile, o eso decía Verdi y el resto de sus compañeros de género, es decir, los hombres, en seguida lo compartieron. ¡Claro! Como ellos son taaaaaan constantes, ¿verdad? Es como el dicho de "coge fama y échate a dormir". A nosotras nos ha tocado ésta, ¡Yupi! ¡Qué suerte! Por lo visto ellos creen que cambiamos de idea como de camisa sin motivo aparente, en cambio, cuando ellos cambian de idea se traduce en rectificar es de sabios. ¡Qué cara!

Lo peor es que nos confunden. Primero todo es interés y atenciones, de pronto, no sabes porqué, el subidón cae en picado y te olvidan durante un tiempo y, de pronto, ¡otra vez! ¡Vuelven a la carga! Y tú, mientras tanto, totalmente perdida sin saber para dónde tirar. Al principio, te encantan todas esas atenciones y crees que le gustas, luego ves que desaparece su emoción y te dedicas a pasar página y, cuando ya casi lo has conseguido, vuelven al ataque. ¿Es que tienen un radar o qué?

Yo he decidido que voy a hacer cómo ellos, es muchísimo más divertido jugar al despiste que ser la despistada. Así que preparaos, ¡la femme fatale ha vuelto! (ok, lo sé, soy incapaz, pero de ilusión también se vive ¿no?)


lunes, 22 de noviembre de 2010

Blacberry vs Iphone

Como siempre, las cosas más absurdas crean división entre los seres humanos. La última: la división entre los usuarios de Blackberry y los de Iphone que pueden llegar a ser más competitivos que el Barça - Madrid. Increíble ¿no? Pues sí, cada uno canta las maravillas del equipo al que se ha afiliado. Los del equipo Blackberry porque es mejor teléfono y no tienes que tener agujas por dedos para poder enviar un mensaje. Los de Iphone porque tiene un montón de pijadas que puedes poner en tu teléfono, aunque luego no las uses para nada. ¡Qué más da! Lo importante es poder deslizar el dedo varias veces sobre la pantalla pasando aplicaciones y más aplicaciones.

Vale, lo reconozco, yo soy del equipo Blackberry, pero lo sigo como lo hago con el fútbol. Soy del Barça porque soy de Barcelona, pero en el fondo, me cuesta bastante tragarme hora y media viendo a 22 tíos en pantalón corto corriendo detrás de una pelota para meterla entre tres palos. ¡Ay Dios mío! Me estoy metiendo con el entretenimiento favorito de los españoles, lo siento, no lo volveré a hacer... (Bueno, puede que sí, pero no hoy). Lo que decía, que tengo Blackberry y no Iphone porque me resulta más cómodo tener un teclado y porque, al final, es un teléfono, con muchas más cosas, es cierto, pero un teléfono y, en eso habréis de reconocer, equipo Iphone, que es mejor la Blackberry.

Me gustaría pensar que pronto la gente dejará de dividirse por estas tonterías, pero cuando nos hayamos cansado de ésta seguro que habremos encontrado otra, y probablemente, peor.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Ikea

Ayer descubrí un nuevo mundo lleno de luz y de color. Por primera vez fui a Ikea y me sentí como la primera vez que vas al parque de atracciones, quieres verlo todo, tocarlo todo, llevártelo todo. Menos mal que iba muy convencida a lo que iba y para sorpresa de mi acompañante no piqué más que en comprar unas perchas, a parte de la estantería que iba a buscar. Eso sí, quiero rehacer mi casa entera, este fin de semana me voy a poner a hacer unos planos con todas las ideas que se me ocurrieron. Mientras, mi amigo, que sólo iba a acompañarme, salió con un montón de cosas y sorprendido por mi autocontrol.

Sólo llegar cogí un catálogo y mientras comentaba a mi amigo que debería haber traído el metro, él me daba uno de papel. ¡Piensan en todo estos suecos! Hicimos el tour completo y llegamos a las estanterías. Entre formas y colores se abría un amplio abanico de posibilidades. Una vez escogida, seguimos nuestra ruta. Una amiga mía, luego me preguntó si no me volví loca con las cosas de cocina. Ahí yo no pico, la cocina y yo convivimos en la misma casa pero no nos hablamos demasiado... a mí me encantó las cajas para ordenar, las mesas, los armarios, las sillas... en fin, más salón y estudio que otra cosa.

Finalmente fuimos a transporte y montaje, allí está el truco. Ya sabía yo que todo no podía ser tan maravilloso. El transporte y el montaje juntos me costaban casi como la estantería. El transporte no había más remedio que aceptarlo ya que la estantería no cabía en el coche, pero tuve suerte y el montaje me lo van a hacer dos amigos. ¡Menos mal! Primero porque me parece un robo lo que te cobran y segundo porque yo no soy la persona más "manitas" que conozco, más bien todo lo contrario.

Pánico en el bus

Ayer por la tarde cogí el autobús para ir a mi curso de Arte Norteamericano. Me senté en el primer asiento al lado de la puerta de entrada y puse en marcha mi ipod. De pronto oí a alguien que decía: "No me mires". En fin, como una película de terror en la que la protagonista sabe que no debe abrir la puerta y la abre, yo miré. En frente mío, apoyada en la cabina del conductor, había una mujer rubia con los ojos idos y una mochila sobre la cabeza (sí, sí, llevaba la mochila sobre la cabeza). Empezó a gritarme que no la mirara, que no le dijera nada, y de ahí pasó a los adjetivos calificativos que fueron todos menos bonita. Yo estaba alucinada e intentaba no mirarla. Iba mirando al frente y subiendo el volumen del ipod para intentar ignorarla. De pronto me suelta "¡Como te bajes ahora te rajo con una navaja que no me importa nada ir a Carabanchel, p***!" Y le dijo al conductor que le abriera la puerta en esa parada. Yo miré dónde estaba y pensé, menos mal, primero no es mi parada y segundo aún quedan otras tres así que esta chalada por mucho que corra no me pilla. Eso sí, un tembleque en el cuerpo...

Pero lo mejor de todo es que cuando la loca del autobús se baja, el conductor se gira y en vez de preguntar ¿estás bien? me pregunta: "¿tú le has dicho algo?". Le contesté que ni siquiera la estaba mirando cuando ha empezado su "numerito" y él añade "Hay que ver como está la gente". ¡Anda! ¿Y ya está? Todavía estoy esperando que el conductor le dijera a esa loca algo, o que me preguntara si estaba bien (porque mi cara era tan blanca como el papel) o que alguien en aquel autobús se hubiera acercado a ver si la mujer se asustaba y paraba. Pero nadie se movió, eso sí, cuando bajé tres paradas más tarde noté como todos los viajeros me miraban, es decir, que lo habían visto y oído todo y nadie, absolutamente nadie, movió un dedo. Cuando bajé del autobús corrí lo más rápido que puede hasta entrar en la Fundación Mapfre y una vez sentada empecé a respirar y a recobrar el color.

Nos quejamos de lo mal que va el mundo, pero ya no me extraña, si nadie es capaz de ayudar al de al lado y se dedica a mirar hacía otro sitio, ¿cómo queremos que las cosas mejoren?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mea culpa

Ayer volvieron a echarme la culpa a mí. Sí, por lo visto nunca tengo la respuesta adecuada para que el hombre en cuestión piense que tiene alguna posibilidad. Así que, si uno no se atreve a decirme lo que siente es porque yo no le he hecho "caída de ojos", si otro no se atreve a pedirme una cita es porque yo no le he dicho lo que esperaba oír... y así siempre. No existe la posibilidad de que ellos sean torpes o que no lo tengan claro o, simplemente, que no les guste.

Hay con un "caballero" en cuestión que roza la desfachatez. Tooooodo el mundo ha decidido que es fantástico, toooooodo el mundo lo ve perfecto y toooooodo el mundo cree que está colado por mí. Si aun no ha dicho nada es porque yo no le he dado la mínima oportunidad. No importa que yo creo que sí es fantástico pero tiene su punto filipino como todo el mundo, que no es tan perfecto y que, evidentemente, no está colado por mí. Además, de un tiempo a esta parte he abierto bastante los ojos y ya no voy por el mundo sin mirar a mi alrededor y he descubierto que hay mucha gente igual de fantástica y perfecta que no esperan de mi la respuesta correcta sino la espontánea y natural mía.

Lo peor es que todo esto me lo dicen mis amigos, esos que tendrían que pensar que la fantástica y perfecta soy yo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Baby boom

Yo nací en un año que fue considerado baby boom (no voy a especificar qué año porque tampoco hace falta...) y creo que el 2010 va a ser otro. Desde septiembre a Navidad entre amigos y gente que conozco habrán nacido 10 niños, y hablo de un círculo bastante cercano. Cuando paseas por la calle no hay más que embarazadas y carritos de bebé, que por cierto hay que hacer un máster para saber cuál debes comprar y no te creas que te servirá el que hicieron tus amigas, porque para cuando tu tienes un bebé ya han cambiado todos los modelos. Resumiendo, últimamente soy la mejor clienta de ropa de bebé.

El otro día fui a por otro regalo. La dependienta, que ya me tiene más vista que el tebeo, me miró sonriendo y me preguntó ¿niño o niña? Niña, le dije y no preguntó más, me sacó la ropita de recién nacido en color rosa para que escogiera (ya sabe que no me entusiasma el beige y que soy una clasicona, azul para niños, rosa para niñas). Y en ese mundo de ositos, nubecitas, estrellitas y patitos me sentí empachada de tanta cursilería. Porque todo es muy "mono" por separado pero verlo todo junto da dolor de cabeza. Así que salí corriendo en cuanto me lo envolvió para regalo (que tardó más que Rowan Atkinson en Love Actually) y busqué un establecimiento de ropa de adultos, lo que fuera con tal de devolver a mi vista un poco de normalidad. Lo más cercano fue un Zara y ahí estuve un buen rato hasta que me pareció que mi vista volvía a ser la de siempre. Eso sí, en seguida voy a tener que repetir la operación porque aún queda alguno por llegar...

domingo, 14 de noviembre de 2010

El diario de Noa

Este fin de semana he vuelto a ver "El diario de Noa". Me encanta esa película. Me la recomendaron dos personas por separado que no tienen absolutamente nada que ver entre ellas. No pueden ser más distintas. Pero ambas me dijeron que, sabiendo mi gusto cinéfilo, me iba a encantar, y acertaron.

A los que no la han visto no les voy a contar de qué va porque entonces pierde todo el interés ya que para explicarlo hay que desvelar alguna "sorpresa" de la película, pero les recomiendo que la vean. Eso sí, a los que tienen facilidad de llanto que se apropien de una buena caja de kleanex. Yo no lloro demasiado en las películas, pero mi hermana soltó unos lagrimones.... Teníamos noche de "chicas" así que encargamos comida basura y decidimos ver una película. Me dijo: veamos una de llorar que tengo ganas (sí, sí, las mujeres podemos necesitar soltar una buena llorera sin motivo aparente). Así que pensé que "El diario de Noa" era la más adecuada. Cuando acabó, mi hermana con los ojos hinchados me soltó "Pero ¿por qué me has puesto esta película? ¡Mira como estoy! Eso sí, me ha encantado" En fin, que quería llorar pero no tanto, pero ¿cómo voy a saberlo? Y además ¿cómo lo mido? Podría ser una nueva forma de catalogar las películas, según el uso de pañuelos necesarios llevarían más lagrimitas en vez de estrellas. Sin lágrimas, película perfecta para hombres, cinco lágrimas dramón en toda regla...

viernes, 12 de noviembre de 2010

Supersticiones

No soy supersticiosa pero prefiero que no se me cruce un gato negro ni pasar por debajo de una escalera (por si acaso es cierto). Mi madre no permite que se le pase la sal de mano a mano, hay que acercársela en la mesa para que ella la coja. Lo curioso es que esto lo he visto bastante a menudo. No sé hasta que punto debe ser cierto que si se te rompe un espejo tendrás siete años de mala suerte, ni en que se basan para decir que en martes y trece ni te cases ni te embarques. Lo cierto es que de algún lado habrán salido todos estos dichos y supersticiones y que algún fondo tendrán cuando siguen vigentes.

Yo prefiero no pensarlo. No tengo manías de ese tipo (las tengo mucho peores) porque al fin y al cabo me parecen sólo eso, manías justificadas por dichos populares. ¿Y quién no tiene manías? Así que las acepto y aunque algunas son algo molestas como por ejemplo, el no sentarse en una mesa de 13 ya que puede desmontarte una cena, las respeto. Eso sí, siempre y cuando respeten las mías que aunque no las acompaña un dicho general son igual de aceptables.


jueves, 11 de noviembre de 2010

Guía de la buena esposa

Una amiga me envió un email ayer con la "Guía de la buena esposa". Con un look de los 50 te dicen lo que tienes que hacer para tener a tu "maridito" siempre contento. En fin, en general, son consejos bastante retrógrados pero hay alguno que me tiene alucinada.

"Ten lista la cena" o "Luce hermosa" pase, pero "No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti o si no llega en toda la noche. Trata de comprender su mundo de compromisos" es demasiado. Espero, al menos, que esta guía esté hecha por hombres y, en realidad, más que consejos es el decálogo de sus sueños porque si alguna mujer es capaz de escribir esto y seguir mirándonos a las demás a la cara es que es una cínica. Otra que me tiene bastante mosca es "Déjalo hablar antes, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos". Eso dependerá del tema ¿no? ¿Es qué ni siquiera existe la posibilidad que tu tengas cosas más importantes que él, aunque sea una sola vez?

En fin, que si seguimos estas reglas claro que tendrás a tu marido feliz y contento, pero es que el matrimonio es cosa de dos, así que ¿qué hay de tu felicidad?

martes, 9 de noviembre de 2010

Yo lo vi primero

El otro día, en casa de mi prima preparando la famosa "barbacoa", una amiga me comentó lo que le pasaba a una tercera. A ésta y a otra amiga les gustaba el mismo hombre. Una se lo había tomado con deportividad, en fin, ya se vería... pero la otra le dijo que prefería que no quedaran los tres juntos porque estaba molesta que se hubiera ido a fijar en el mismo que ella. Evidentemente la opinión del susodicho no importaba lo más mínimo. Como si tuviera 16 años había decidido romper una amistad por un hombre que ni siquiera sabía si estaba interesado en alguna de las dos.

Por un lado me parece una perfecta inmadurez el decir a tu amiga, yo lo vi primero ¡ni que estuviéramos en las rebajas! Por otro lado, qué rabia da cuando a ti te gusta alguien y tu amiga decide que a ella también, con la cantidad de hombres que hay en este mundo ya son ganas de irse a fijar en el mismo. Pero superado ese momento, creo que al final, hay que ver por donde se decanta el hombre en cuestión y aceptar el resultado. Tan importante es saber perder como saber ganar, y esto último está muy infravalorado. Además, creo que en las reglas no escritas entre amigas debería existir el "no hay hombre que nos separe".

lunes, 8 de noviembre de 2010

La barbacoa

El fin de semana pasado mi prima me dijo que iba a hacer una fiesta por su cumpleaños. Yo, cuando llegué a Madrid, miré los billetes de tren y ahí que fui el jueves, a una "fiesta". Hice la maleta a conciencia. Conjunto para cenar el viernes por la noche, conjuntos de día cómodos pero sin grandes aspavientos y el "super conjunto" para la fiesta del sábado, era ese tipo de conjuntos que una amiga mía describe como "triunfarás más que la coca-cola".

Cuando llegué fui a mi habitación con mi prima para darle el regalo. Ya que habría la maleta, le enseñé el famoso conjunto y me dijo "muy monoooo". Genial, pensé yo, esto no podía ir mejor. Bajamos a la cocina donde estaba mi tía y empezamos la charla sobre la fiesta; cuántos éramos, quién venía, con quién venía, etc. Empecé a mosquearme al empezar a oír tenemos que comprar esto para la barbacoa, o pondremos aquella mesa ahí para la barbacoa... Y pregunté ¿es una barbacoa? Mi prima me miró y me dijo ¡claro! ¿y a qué hora es la barbacoa? insistí temiéndome lo peor. "He convocado sobre las 2.30 - 3 de la tarde".

¡¡¡¡Aaaaaaggghhhh!!!! No me lo habías dicho, le dije. Sí, claro que sí. No, claro que no, insistí. Me hablaste de una fiesta y yo asumí que serían unas copas por la noche. Bueno, me dijo mi prima, ¿cual es el problema? ¿El problema? El problema es que no puedo presentarme a las 3 de la tarde en una barbacoa en el jardín con una minifalda negra y unas botas de tacón hasta las rodillas. Mi tía, que nos estaba oyendo no podía parar de reír y yo me imaginé como Bridget Jones cuando se presenta a la fiesta vestida de conejita de playboy. Así que me puse un pantalón negro, una camisa blanca y unos botines y dejé las botas y la mini en la maleta... que para hacer pesas en el tren son de lo más prácticas.

jueves, 4 de noviembre de 2010

La respuesta correcta

A veces las mujeres hacemos preguntas esperando una respuesta concreta, no nos vale algo parecido sino que queremos oír exactamente lo que estamos esperando, porque en realidad, sólo preguntamos para eso, para escuchar algo que necesitamos oír.

Por ejemplo, ¿estoy guapa?. Normalmente hemos estado horas arreglándonos y además nos ha gustado el resultado, pero cuando lo preguntamos, no esperamos un simple sí rápido, esos que contestan los hombres cuando ni siquiera te han mirado porque creen que es lo que tienen que decir. No, lo que esperamos es que nos miren y nos digan, estás guapísima, y si además añaden, siempre lo estás, ¡guau! nos han ganado. La otra pregunta típica es ¿en qué piensas? En realidad no nos interesa demasiado ya que normalmente es trabajo o deporte, lo que queremos oír es "en tí". Ya sabemos que no es así pero es bonito oírlo.

En cambio los hombres se empeñan en ser sinceros en las ocasiones que no es necesario. Luego, para las cosas importantes, como que han quedado con una ex-novia a tomar una café, nos mienten. No ha pasado nada pero prefieren ocultarlo para no herir nuestros sentimientos. Eso es mucho peor porque existe la posibilidad de que nos enteremos y entonces el daño es irremediable. Así que, chicos, más piropos y menos mentiras piadosas.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Guadiana

Hay una expresión que dice "aparece y desaparece como el Guadiana". Pues tengo varios amig@s a los que se les puede aplicar el cuento. En cuanto empiezan a salir con alguien desaparecen del mapa. Yo entiendo que se les vea menos, pero tanto como desaparecer...

Durante el tiempo que dura la relación dejan de llamar y cuando tú les llamas siempre están ocupados. Tú ofreces distintos planes a distintas horas para poder verlos, pero no hay manera, así que te cansas y dejas de insistir. Cuando la relación se acaba vuelven a acordarse de que existes, y a veces, incluso, con reproches porque no les has llamado cuando lo estaban pasando fatal antes de que se acabara. ¿Pero cómo vas a saber nada si te ha estado ignorando todo ese tiempo? Además, puede que tú vida tampoco haya sido maravillosa durante todo ese tiempo y él/ella ha estado demasiado entretenido como para preguntarte cómo te iba todo. Pero como lo acaba de dejar y ves que no está en su mejor momento, te callas, y haces como que no ha pasado nada.

Ellos también harán como si no hubiera pasado nada y en cuanto vuelvan a salir con alguien volverán a hacer exactamente lo mismo porque si ya les ha funcionado una vez, ¿por qué no les va a funcionar una segunda, y una tercera...?

martes, 2 de noviembre de 2010

Bautizos

Llega un momento en que las bodas van disminuyendo, casi todos tus amigos se han ido casando y, en vez de tener una media de siete u ocho bodas al año, tienes tres o cuatro. Pero si pensabas que los eventos se habían acabado... nooooo, ahora llegan los bautizos. Lo que te hace sentir más vieja pero no tanto como te harán sentir las comuniones. Sin embargo, he de reconocer que prefiero los bautizos a las bodas.

En primer lugar es una celebración de día. Normalmente se bautiza al bebé por la mañana y luego tienes una comida, por lo que no trasnochas (que el cuerpo ya no es lo que era...). Es mucho más reducido, es algo familiar con cuatro amigos íntimos, así que no tienes que sacar tu vena "simpatiquísima" con perfectos desconocidos. Y, lo mejor de todo, no hay mesas de solteros, ni ramos que te recuerden que eres uno de ellos, ni vals en el que demostrar que no tienes ni idea de como se baila.

Tampoco oyes la típica frasecita "de una boda sale otra boda" adaptada a bautizos, porque decir a una soltera de un bautizo sale otro bautizo puede crear algún "problemilla". Tampoco te ponen al lado de ese chico taaaan ideaaaal para ti, ni tienes a todos tus amigos casados observando con quien hablas mucho o con quien bailas.

En fin, que me alegro mucho haber superado otra etapa de la vida sin grandes traumas (soy una superviviente ¿eh?) y pasar a otra mucho más relajada. Ahora, en cuanto me libre de las citas a ciegas creo que mi vida será casi perfecta.

jueves, 28 de octubre de 2010

Los puentes

Los puentes son siempre motivo de conversación, parece mentira el juego que pueden llegar a dar. Cuando se acerca uno, el tema pasa a ser de la misma clase que hablar del tiempo, es algo fácil y además dura bastante.

Quince días antes la pregunta del millón es ¿haces algo el puente? Y tienes que decir sí porque sino eres un bicho raro. En Madrid quedarte los puentes o en agosto te convierte en el ser más extraño del mundo. Yo, en cambio, me quedaría muchos, pero las circunstancias normalmente me lo impiden. Mis amigos de Barcelona no entienden, a veces, que si no tengo otro plan, no aproveche para ir a verlos. Eso sí, luego vas esos días y no hay nadie...

Una semana antes del puente la gente ya está nerviosa. Los que tienen plan porque tienen que organizarse y los que no lo tienen porque están desesperados por encontrar alguno. Dos días antes el mundo se para, la gente lo deja todo para "después del puente", como si esos días fueran inútiles, y de alguna manera, lo son, porque tienes la cabeza en la maleta, en la hora que tienes que salir de casa y en los recados de última hora.

Luego llega el puente, desapareces unos días y vuelves a la vida real. La primera semana es de adaptación, da igual que hayan sido sólo tres días, tu cuerpo y tu cabeza se acostumbran muy pronto a lo bueno y les cuesta recuperar el ritmo. Esa primera semana de después la pregunta es ¿qué hiciste en el puente? No te preguntan si hiciste algo porque es impensable que decidieras quedarte en casa. Así que te pasas varios días hablando de ello.

Finalmente, han pasado quince días y el tema ya es viejo pero como debe quedar poco para otro puente, Navidades, Semana Santa o verano, vuelves a tener tema de conversación con gente que, de otra manera, sólo hablarías del tiempo, que a no ser que sea especialmente extraño, no da para mucho, la verdad.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El perro del hortelano

Lo del perro del hortelano, que ni come ni deja comer, se aplica tanto a hombres como a mujeres. Hay un tipo de ser humano que se recrea en un "ni contigo ni sin ti" mientras que la víctima, lo único que consigue, es perder un maravilloso tiempo. Tengo amigas que juegan con los pobres incautos que se dejan atrapar en esa red y al revés, hombres cuyas víctimas les cuesta tanto reaccionar, que para cuando lo hacen, han perdido autoestima y personalidad. Esos "perros del hortelano" son expertos en la manipulación, en mantenerte en vilo y decirte justo lo que quieres oír antes de tirar la toalla.

Pero ¿por qué lo hacen? Depende. Los hay que lo hacen porque no tienen las ideas claras y, mientras se deciden, quieren tener todas las puertas abiertas. Otros, porque tú les gustas un montón y aunque no quieren nada serio contigo no pueden soportar el que estés con otro. Y finalmente, los hay que lo hacen por pura diversión, por ese juego que ellos llaman flirteo y yo le llamo mala idea.

Así que os recomiendo que en cuanto se os acerque alguno/a de estas personas salgáis corriendo lo más lejos posible porque sino, os encontraréis enredados durante meses y meses en algo que no tiene ningún futuro.

martes, 26 de octubre de 2010

El amor es ciego pero los vecinos no.

El amor es ciego. Cuando te enamoras no ves nada más que las "gracias" de él. Da igual que tus amigos te digan lo contrario, para ti es maravilloso y punto. Pasado un tiempo, cuando bajas de la nube, empiezas a escuchar a los de tu alrededor. Cuando todo el mundo está de acuerdo en que ese chico no conviene hay que pensárselo. Pero tú te crees más lista que los demás y sigues con él por tres posibles razones.

La primera, le has visto un fondo que los demás no saben apreciar. ¡Claro! Como tienes super poderes, ¿verdad? Ese fondo... si está tan al fondo que sólo tú lo puedes ver, ¿no será que quizás no existe? La segunda, crees que va a cambiar. ¡Ja, ja, ja! Las personas no cambian, podrán moldearse un poquito, pero es un esfuerzo sobre humano para tan pequeño resultado. Si no te gusta lo que hay, busca otra cosa. Y tercera y última, crees que todo el mundo está en tu contra porque no pueden soportar verte tan feliz. Eso se llama "manía persecutoria" y está muy documentado en los manuales de psiquiatría.

En fin, que si tus amigos te dicen que ese chico no te trata bien, si tu familia no lo aguanta y te pasas el día justificando lo injustificable, quizás sea mejor que ambos busquéis a otra persona, porque es evidente que no estáis hechos el uno para el otro.

domingo, 24 de octubre de 2010

Carpetazo

Tengo que empezar a cerrar carpetas. En este momento tengo demasiadas abiertas así que he decidido sacarme de delante unas cuantas. Las primeras las de los que me pasean durante años para luego salir con otra. También las de los que no les parezco lo suficientemente buena como para intentarlo. Voy a cerrar los que son incapaces de pedirme el teléfono por mucho que les guste. O los que les encanta escucharse. Los que se creen que soy su secretaria. Esto para empezar.

Ya está bien de ser amable con todo el mundo. No todos se lo merecen. Cuando eres demasiado buena, la gente se confunde y, en vez de buena, creen que eres tonta y yo de tonta no tengo ni un pelo. Que no salte y que no monte un número no significa que no me dé perfecta cuenta de la situación. En vez de montar un drama prefiero dar carpetazo y eso es lo que estoy haciendo hoy, que además es lunes y me parece una buena manera de empezar la semana.

Me voy a quedar con los que les parezco estupenda, los que no paran nunca pero siempre se acuerdan de preguntarme qué tal estoy YO. Los que les importa lo que yo opine. Los que me llevan a ver comedias románticas aunque a ellos les parezca un verdadero tostón. O los que siempre tienen esa palabra de ánimo cuando una la necesita. Al resto, "sayonara baby".

viernes, 22 de octubre de 2010

Sólo amigos

Hay quien cree que entre un hombre y una mujer es imposible que exista verdadera amistad. La teoría es que, siempre, al menos uno de los dos, se siente atraído hacía el otro. Yo esta teoría no la comparto. Tengo muy buenos amigos y nunca se me ha pasado por la cabeza tener algo con ellos, sobre todo los más antiguos. Nos conocemos demasiado bien y creo que en el amor siempre ha de haber un poco de misterio.

Uno de los más antiguos es de cuando tenía 17 años. Durante mucho tiempo tuvimos que contestar con un no, sonriendo, a la pregunta ¿y tú con...?La pregunta la recibías de amigos, tu madre, algún pretendiente... con el tiempo, cada vez la escucho menos pero de vez en cuando alguien me pregunta ¿pero nunca...? No, contesto. O escuchas el comentario de "ya, ya... sólo amigos". Supongo que a él le pasará exactamente lo mismo. Luego existe el momento de los celos. Me cuesta muchísimo caer bien a sus novias. Estoy segura que la definitiva será la que, por fin, no me vea como una amenaza. Y él, en fin, con mis novios tampoco ha tenido una relación ideal...

Pero es genial tener a alguien del otro sexo que te explique porque los hombres hacen cosas que para ti son incomprensibles y sus novias deberían saber que yo le doy buenos consejos para que sea ese chico estupendo que parece que nos comprende, si lo supieran, me apreciarían un poquito más.

jueves, 21 de octubre de 2010

Filemón y Baucis

Cuenta Ovidio en sus "Metamorfosis" una historia que a mí me marcó desde que la leí en el colegio y es la de Filemón y Baucis. La historia es la siguiente:

Zeus y Hermes, disfrazados de mortales, llegan a Frigia y piden cobijo en las casas pero nadie le abre, hasta que llegan a la casa del matrimonio Filemón y Baucis. Un matrimonio muy humilde que les ofrece cobijo y les da bebida y comida. Filemón se da cuenta de que los desconocidos no son mortales sino dioses y les ofrece el ganso que tenía guardado. Zeus, viendo la generosidad del matrimonio, a parte de salvarlos de la destrucción de la ciudad, les ofrece un deseo a cada uno, el que quieran. Filemón y Baucis, por separado, piden lo mismo. Morir al mismo tiempo, ya que no podrían soportar la tristeza de vivir el uno sin el otro. Zeus les concede el deseo y, cuando llega su hora, los convierte a cada un en un árbol que se inclinan el uno hacia el otro.

No piden ser ricos, tener poder, salud, o cualquier otra cosa terrenal, piden no separarse jamás. Con esta historia he crecido y así me va... Cada vez que me enamoro me pregunto ¿Podría vivir sin él? Le quiero mucho, sí, pero ¿realmente podría vivir sin él? Y hasta ahora la respuesta siempre ha sido sí... con muchísima tristeza por supuesto, pero sobreviviría. Bien, yo no quiero eso, como dice Sabina: "Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres"

miércoles, 20 de octubre de 2010

Melania

No soporto a las "Melanias" de este mundo. Son esas mujeres cuya voz parece algodón de azúcar, sus gestos son lentos y tienen esa sonrisa de no haber conocido el mal de este mundo. Parecen las mujeres más buenas sobre la faz de la tierra pero creo que en el fondo esconden a una manipuladora en toda regla.

Cuando las conoces te parecen sosas y un poco cursis e incluso, a veces, un poco tontas. Luego, con el tiempo, te das cuenta que son las que tiran la piedra y esconden la mano, y todo con una suavidad que asustaría al mismísimo hombre de las nieves. Los hombres opinan de ellas que son un trozo de pan y las mujeres opinamos que es imposible ser tan buena, eso no es humano.

Yo no soy una mala persona, al revés, creo que peco de demasiado buena, si fuera un poco más "bruja" otro gallo me cantaría en muchos aspectos, pero de ahí a que nunca se me pase una maldad por la cabeza o que diga alguna crueldad de vez en cuando... Es que incluso este tipo de mujeres ¡ni siquiera se enfadan! ¿Cómo es posible? No digo que tenga una ataque de histeria pero ¡por favor, mostrad algo de humanidad!

martes, 19 de octubre de 2010

La familia política

Dicen que cuando te casas, lo haces con él y con la familia. Nada más cierto. Puedes tener suerte y ser una familia parecida a la tuya (no digo normal, porque normal, lo que se dice normal, no hay ninguna) por lo que estaréis de acuerdo en la mayoría de las cosas, pero te puede tocar una familia que no tenga absolutamente nada que ver contigo y, entonces, empiezan los problemas.

A veces los problemas no tienen nada que ver con costumbres sino que simplemente, no sabes porqué, tu suegra te mira mal desde que fuiste a comer por primera vez a su casa. Una suegra difícil puede hacerte la vida imposible. Tengo una amiga a la que su suegra le intentó cambiar el menú de la boda a sus espaldas dos días antes. Sí, sí, real como la vida misma. Me acuerdo cuando estaba en pleno follón de preparativos del que tenía que ser el día más feliz de su vida, muchísimas tardes me llamaba y me decía: "No sabes la que me ha hecho esta vez, voy para tu casa, ya le he dicho a él que me recoja ahí dentro de un par de horas, espérame con una copa de vino en la puerta, tengo que desahogarme y calmarme antes de verlo". Porque aunque él la apoyaba, tampoco podía despotricar demasiado, al fin y al cabo, es su madre. Y pase lo que pase, siempre será su madre.




domingo, 17 de octubre de 2010

¿Quién elige a quién?

Los hombres dicen que somos nosotras las que escogemos. Mmmmm, no estoy tan segura. Por mucho que los tiempos estén cambiando y las nuevas generaciones tomen más la iniciativa, la mía, mi generación, seguimos en la clásica convención social de que es él el que tiene que dar el primer paso y de que es él el que tiene que llamar. No digo si es mejor o peor, sobretodo porque nunca lo he intentado y creo que ya soy mayor para cambiar tanto, ¿no?

Así que, en mi generación, ellos escogen. Conoces a un chico estupendo, te llevas bien, hablas un poco de todo durante un rato y llega el momento de despedirse: aaaaahhh ¿pedirá el teléfono o no? Sííí lo pide, genial. ¿Genial? Ahora te esperan días de tortura hasta que llame, y eso si lo hace, porque sino se convierten en semanas hasta que reaccionas y te das cuenta que no va a hacerlo. Bien, pongamos que sí, que llama. Te invita al cine. ¿Tomaremos algo después o me dejará en casa porque en realidad no le gusto pero no soporta ir sólo al cine? Tomamos algo, esto va bien, y después a casa y se despide con el clásico "Te llamo". Y otra vez pendiente del teléfono...

Así que por mucho que digan que nosotras escogemos, es mentira. Nosotras esperamos y esperamos. Es cierto que luego nosotras decidimos sí o no, pero no elegimos sino que descartamos.

viernes, 15 de octubre de 2010

Pasado oscuro

Hay quien piensa que toda esta filosofía mía sobre lo bien que se está soltera es porque tengo un pasado oscuro. Pues no, no tengo ninguna historia sentimental dramática. En general, no me puedo quejar de cómo me han tratado los novios que he tenido. Si no hemos seguido juntos ha sido porque no éramos el uno para el otro.

No ha sido todo violines, por supuesto, cuando uno se desenamora puede ser muy desagradable y muy triste, pero no traumático. Lloras unos días, lo odias unos cuantos más y, a partir de ahí, la indiferencia y abrir los ojos al resto de los mortales. Con alguno incluso somos amigos, nos llamamos por el cumpleaños, por el santo y Navidad y quizás una llamada esporádica para ver qué tal nos van las cosas.

Esta filosofía mía viene porque me gusta estar sola, organizar mi tiempo a mi manera, no tener que preguntar a nadie si le va bien la cena el viernes o ya teníamos otro plan. Olvidarme de cómo lo vamos a hacer en Navidad para cumplir con todo el mundo. Dejar una fiesta cuando a mí me apetezca. Quedar con quien yo quiera y cuando quiera. Irme de viaje al destino que más me atraiga sin tener que negociarlo. Y miles de razones más. Puede que haya quien le parezca un horror pero yo me he acostumbrado a ello y ahora es difícil que alguien pueda quitarme mi independencia. No digo que mañana no es posible que me enamore locamente y me trague todas estas palabras, pero hoy por hoy estoy encantada así.


jueves, 14 de octubre de 2010

Cosa de dos

Hay personas que les encanta complicar lo que es sencillo. Parece que cuando todo es fácil no es tan interesante o divertido que cuando es un engorro. Pero además, es que cuando la relación es difícil también les entretiene que lo sea aún más. A mí, las relaciones complicadas me agobian.

Creo que las relaciones han de ser fáciles, partiendo de la base que nunca pueden serlo del todo. Que dos personas se acoplen a sus horarios, caracteres y manías lleva su tiempo. Pero si estás por que las cosas fluyan con naturalidad no tiene porque ser tan terrible. El problema viene cuando la otra parte no colabora. No siempre conscientemente, pero como tú, se ha montado su vida y no está dispuesto a ceder así por así. Por lo tanto, por más que tú intentes que todo vaya bien, es completamente imposible ya que una relación es cosa de dos.

Tengo más de una amiga que en este momento están metidas en relaciones difíciles y, en vez de estar en las nubes porque han encontrado a alguien que las quieren y las comprenden, llevan una cara de agobio y de tristeza que se te cae el alma a los pies. Normalmente son cosas sin importancia, pero que van calando poco a poco y van quitando las ganas de continuar. Lo peor es que no les puedes decir que quizás no sea la persona idónea porque en cuanto vuelvan a quedar con él se les olvidará todo, excepto que a ti no te gusta su novio. Y no es que no te guste, es sólo que no te parece que sea el adecuado.


martes, 12 de octubre de 2010

Nueva encerrona

Ayer estuve hablando con una amiga (vamos a llamarla X). Me preguntó por mi vida sentimental y cuando le contesté que era inexistente se puso muy contenta. Me dijo que quería venir un fin de semana a Madrid porque una amiga común (la llamaremos Y) había encontrado al candidato ideal para mí y querían montar una cena para presentármelo. ¡¡¡Aaaaaaaaggghhh!!! ¿Qué parte de "No quiero más citas a ciegas" no entienden mis amigos?

Luego me describió al susodicho, bueno, tan sólo me dijo dos cosas ya que X no lo conoce aún pero se fía ciegamente del criterio de Y. Me dijo que era buena persona (muy bien) y calmado (no tan bien). Calmado es una manera sutil de decir soso. Lo sé porque de mí siempre dicen que soy muy tranquila y en realidad quieren decir exactamente lo mismo. Así que soso él y sosa yo... íbamos a ser la alegría de la huerta ¿eh?

Le pregunté porque estaban tan obsesionadas por liarme con alguien y la respuesta fue "maravillosa". "Porque tengo ganas de una boda" me dijo "pero no una boda de compromiso, me apetece una boda de una amiga". Así que todas estas presentaciones y encerronas en las que me veo inmersa es sólo porque mis amigos se mueren por una buena fiesta. Si esa es la razón, no hay problema, se organiza una fiesta y todos contentos. Es más, el lema podría ser "Mi no boda". Si así consigo que dejen de intentar buscarme novio y dejen tranquilos a sus amigos solteros, estoy dispuesta incluso a vestirme de blanco para dar más realismo al evento, eso sí, ¡ni cura, ni novio!

lunes, 11 de octubre de 2010

Niños

Por fin ha nacido mi último sobrino. Tiene casi una semana y es guapísimo además de bueno. He estado unos días con él y con su hermana y, aunque los niños son geniales, a mi me dan pánico. Son totalmente indefensos. Tienes que tener 150 ojos con ellos y aún así no es suficiente. Siempre se dan un golpe en esa milésima de segundo en la que tú no estás pendiente.

Vinieron unos amigos a conocer al peque y llegaron con su prole. En un momento aquella casa se había llenado de niños. Una llevaba un mordisco en la cara del tamaño de una mandarina. Se lo había dado otra niña de su clase que se supone es su mejor amiga... Otra llevaba la marca de una batalla anterior. En fin, que cuando ya puedes volver a tener unas horitas para tí porque ya van a la guardería, te los devuelven heridos y magullados además de enfermos (porque se lo pasan todo entre ellos). Además, los hay muy guerreros. Llevé a mi sobrina a los columpios y una retaca con un moratón en la cara (que ya daba pistas de su carácter) me dijo:"Tengo 3 años y puedo pegarte" ¡A míiii! La miré seriamente y se lo pensó dos veces, eso sí, siguió sin dejar subirse en nada a mi sobrina.

Me encantan los niños, son divertidos y francos. A mí sobrina cuando le pregunto si va a ser buena, si no piensa serlo, me contesta con un no rotundo. Pero de ahí a verme con mis propios retacos... mmmm, creo que no. No me veo capaz.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Salidas nocturnas

La mayoría de mis amigas están casadas y tienen niños. Eso es maravilloso hasta el momento en que se organiza una cena de amigas o una salida nocturna. Algunas de ellas lo tienen muy bien arreglado. El marido sabe que si hay cena de amigas él se queda con los niños. Eso es posible a que esas cenas ya existían mucho antes de que ellos se casaran, así que no hay opción, aunque de vez en cuando lo intenten.

Otra técnica que he oído es el pillarlo por sorpresa. No hace mucho, me encontré a la hermana de un amigo mío tomando un vino con unas amigas. Me explicó que le habían llamado sus amigas y que ella se plantó ante su marido y le dijo: "Me voy a tomar un vino, no tardo". Él se quedó petrificado, sólo pudo contestar: "¿Te vas de verdad?" Y ella, sin dudarlo, le dijo que sí y salió por la puerta. Ese día él se encargó de baños y cenas. Ella, además explicaba, que si en vez de eso le hubiera dicho desde el lunes que había quedado ese jueves con amigas, él habría encontrado la manera de que ella no se fuera.

Parece ser que tener familia y salir de vez en cuando con las amigas es de difícil combinación. Tienes que vender un favor o usar estrategias militares para que no haya un cisma en aquella casa. En cambio, ellos sí pueden tomarse una copa después del trabajo, o salir a cenar con los amigotes, o pasarse la tarde del sábado en un bar viendo un partido de fútbol. Ya estás tú para quedarte con los niños.

martes, 5 de octubre de 2010

Incasable

Definitivamente me declaro incasable. Mis amigos lo han intentado presentándome a un montón de chicos estupendos (el viernes pasado sin ir más lejos, pero yo no le interesé nada). Todas las amigas de mi madre con hijos solteros me cuentan lo maravillosos que son y que hay que organizar algo para que los conozca (luego resultan ser algo pipiolos para mí), alguna prima mía también lo ha intentado, y nada. Sigo soltera, y lo peor de todo, lo que hace que sea realmente incasable, es que no me importa.

Hay quien dice que es culpa mía. Que entre mis ataques de pánico y mi poca diplomacia hago maravillas para espantarlos. Cuando al cabo de unos días de conocer a alguien, éste deja de llamar, la primera pregunta que escucho de mis amigas es: ¿qué le has dicho? Tampoco es para tanto ¿no? No siempre es porque YO he hecho o dicho algo. Vale, cuando me entra el ataque de pánico suelo correr y correr hasta que veo que ya no pueden alcanzarme, y la diplomacia... la mayoría de las veces es porque me provocan. Además, si actúo así será porque no lo veo nada claro. O, a veces, porque lo veo clarísimo.

Así que repito: me declaro incasable. Lo siento por mis amigas que les apetece una boda más que a un caramelo a un niño, la mía de momento, va a tener que esperar...

lunes, 4 de octubre de 2010

Libros de autoayuda

No creo en los libros de autoayuda. Esos que te dicen que si piensas en positivo todo te saldrá bien, o que solo tienes que querer algo mucho para conseguirlo... en fin, si fuera tan fácil, todo el mundo sería feliz ¿no?

Para darles cierto aire de verdad te explican ejemplos de personas que lo han conseguido siguiendo el método que el psiquiatra, psicoanalista (o cualquier título inventado) ha creado. Samantha estaba triste porque no conseguía que Tom se fijara en ella. Después de seguir durante varias semanas mis sesiones consiguió que Tom le propusiera matrimonio. ¡Voilà! No sólo consigue que se fije en ella sino que ¡le propone matrimonio! Porque los logros nunca son pequeños, no... Peter, arruinado y sin trabajo, después de asistir a mi seminario, creó una empresa que ahora factura millones de dólares. Lo siento, pero yo no me lo creo.

Si encima te fijas en los consejos que dan, te lo crees aún menos. Piensa positivo. Si crees realmente que vas a conseguir algo, seguro que lo consigues. A mí que me perdonen, pero hasta lo que yo sé, el poder de la mente no llega a tanto. Si quieres conseguir algo, además de pensar, ponte a trabajar en ello, listilla. Otro consejo es: la felicidad está en tu interior, sólo tienes que encontrarla. La felicidad está en tu interior y en tu exterior. Uno no es feliz por sí mismo, necesita que los de su alrededor también lo sean. ¿O puedes seer feliz sabiendo que un amigo, un familiar, o alguien cercano lo está pasando mal? ¡Pues si que eres egoísta!

Resumiendo, que como lectura pueden resultar entretenidos (yo prefiero una buena novela pero contra gustos....) pero no creo que te arreglen la vida.

viernes, 1 de octubre de 2010

Madurando

Parece ser que estoy madurando o, al menos, eso creo. Me hago mayor, es inevitable. Ya no salgo hasta las mil y me encantan los planes de día; los aperitivos, los brunchs, ir a ver exposiciones o dar un paseo por la ciudad. Además voy al gimnasio con regularidad y he ordenado un poco mis comidas. Lo que me consuela es que algo de juventud (divino tesoro) sí queda, porque sigo saliendo de noche, menos, pero salgo, en el gimnasio tampoco es que me machaque, y aunque ordenadas, mis comidas favoritas siguen siendo los menús de niños.

Hace unas semanas vinieron mis primos a casa. Una prima mía me dijo que estaba madurando porque le exprimí el zumo. Según ella (yo no lo recuerdo) antes, mi casa era self service. Ahora, dice que preparo el desayuno, tengo velas en el salón, ofrezco aperitivos e intento tener lo que a la gente le gusta. Por lo visto, todo eso, también es signo de madurez.

Pero si he madurado, si me estoy haciendo mayor ¿cómo es que sigo sin tener del todo claro lo que quiero? Cuando eres pequeño, tus padres te dicen, cuando seas mayor, cuando te hagas adulto, podrás hacer lo que creas conveniente porque tendrás ya un criterio (luego añaden lo de "pero de momento harás lo que yo te diga"). Así que esperas ese momento en que podrás hacer con tu vida lo que quieras y cuando por fin llega, te encuentras que tampoco sabes muy bien que hacer con ella. Bueno, vale, tampoco estoy tan perdida, sé perfectamente lo que NO quiero (que ya es mucho) y tengo una vaga idea de lo que sí quiero. Pero ¿cuánto más tendré qué crecer para tener realmente ese criterio?

Estaré madurando pero sigo siendo una pipiola... ¡yupi!


miércoles, 29 de septiembre de 2010

El atontamiento

El atontamiento está sobre valorado. Tengo un amigo que está empezando a salir con alguien. La cosa empezó de manera fácil, sin complicaciones ni escenas de películas románticas. Está muy bien con ella y parece que todo marcha, pero él no acaba de estar seguro ¿por qué? Porque según él, cuando, en otras ocasiones, se ha enamorado siempre se le ha puesto cara de tonto y ha hecho tonterías suficientes como para que yo llorara de risa. Ahora, me cuenta, me dejo llevar.

¿Te dejas llevar? ¡Y luego soy yo la que se supone que he visto demasiadas veces "Orgullo y Prejuicio"! No es dejarse llevar, es que ya no tenemos 16 años y hemos madurado. Lo cierto, además, es que yo lo prefiero. Cuando estás en esa franja de los 16 a los 30, crees que con que el corazón te vaya a 100 por hora es suficiente, es amor. No importa que él no tenga nada que ver contigo, que tengáis discusiones absurdas o que no te trate como debería. Da lo mismo, tú te crees enamorada y ya está.

A partir de los 30, cuando empiezas a salir con alguien, quieres que las cosas vayan suavemente, de manera natural y sin complicaciones. Quieres estar tranquila y saber que esa persona no te va a fallar ni te va a hacer daño. Quieres tener con él una concepción de la vida parecida y algo en común. Por supuesto, el tener el gusano en el estómago es importante, pero de ahí a que tu cara sea la representación de la cursilería....

En fin, creo que me he convertido en una racional irremediable y sin curación posible. Que pena, ¿verdad? Con lo mucho que os he hecho reír a algunos, pero ahora prefiero mis listas de pros y contras, sorry.


martes, 28 de septiembre de 2010

Adiestrar a un marido

Hace unos días, en un dominical, me encontré con un artículo que se titulaba "Adiestrar a un marido". Sí, sí, adiestrarlo. Evidentemente, lo leí de cabo a rabo. Según una periodista norteamericana, ella salvó su matrimonio con técnicas de entrenamiento animal. Te da cinco pasos para convertirlo en un ser dócil y manejable.

Paso 1: Fomenta el comportamiento que deseas y asegúrate de recompensarlo. En fin, que cada vez que saque la basura dale una golosina e irá todos los días. (Ya, ya... eso quiero yo verlo) Pasemos al segundo paso: Ignora las actitudes que no te gusten. ¡Pero bueno! Es decir, que te comas las ganas de matarlo cuando llegue dos horas tarde y no te pida ni perdón. Paso 3: Sé más flexible y creativa. Aquí voy a copiar exactamente la explicación que da porque sino no lo vais a creer: "Si una técnica que estás empleando no funciona, trata de hacerlo de otra manera. Y recuerda la frase de los entrenadores: nunca es culpa del animal." No hace falta añadir nada más ¿no? Paso 4: Da pequeños pasos. No puedes pretender cambiarlo de golpe e insiste en que le recompenses cualquier pequeño cambio que haga. Y paso 5: No te tomes las cosas a pecho. Es decir, no te enfades.

Comparar a los hombres con animales domésticos ya me parece pasarse bastante de la raya, pero que encima te digan que nunca es culpa suya, que no te enfades cuando te haga una faena, pero eso sí, que cuando haga algo que es obvio que tenía que hacer tú lo recompenses, ya es increíble. Por lo visto, a ella le funcionó con su marido. ¿Sabe su marido que ella le considera un animal y la técnica que empleó? Seguramente sí, pero claro, viendo en qué consistía la técnica ¿para qué quejarse?

La ratita presumida

El otro día, mi sobrina con dos años y medio se me acerca con un cuento y me pregunta ¿me lo lees?. ¡Claro! Veo que trae "La ratita presumida". No recordaba muy bien de qué iba, algo de que encontraba dinero y un gato, así que me pongo manos a la obra para recuperar parte de mi infancia. ¡Casi me da algo! ¿Pero qué estamos enseñando a los niños? ¿Y qué nos enseñaban a nosotras?

Para los que, como a mí, no lo recordabais, ahí va el resumen. La ratita presumida se encuentra una moneda y tras pensar qué hacer con ella, decide gastársela en un lazo para estar más guapa y así encontrar marido. Sí, sí, el cuento dice explícitamente eso. ¿A qué ya estáis flipando? Pues la cosa va a más. Lo del lazo da resultado y empiezan a pasar por delante de su casa los pretendientes. A todos va diciendo que no, al pato porque no le gusta su voz, al gallo porque le parece orgulloso, al pobre cerdito porque, y esto vuelve a ser literal, ella opina que es muy fina para que la llamen cochina. Yo, en ese momento casi me da algo, así que busqué la mirada de la madre de la criatura a la que le estaba leyendo, que me la devolvió diciendo, "Lo sé, lo sé, pero ¿qué quieres qué le haga si es el cuento que le gusta? Bueno,yo sigo leyendo. Finalmente, la ratita se decide por el gato que, evidentemente, después de la boda, intenta comérsela. La ratita tiene suerte y detienen al gato a tiempo. La moraleja final que te dan en el cuento es que no te puedes fiar de las apariencias.

Primero de todo, me parece increíble que te digan, cuando eres un retaco, que la función de estar guapa es encontrar marido. Luego no explican qué pasa realmente en la boda, sólo que el banquete fue maravilloso. ¡Claro que fue maravilloso! Sobre todo para loa amigos del novio, que se debieron poner las botas con las amigas de ella. Y finalmente, acaba que se lo llevan detenido. No explican que saldrá dentro de cuatro días para volver a atacar a la misma o a otra ratita.

Vale, sé que es un cuento infantil, pero quizás habría que revisarlos un poquito ¿no? Y, ya de paso, sacar alguno de ellos de la circulación.

lunes, 27 de septiembre de 2010

El orden de los factores...

Dicen que las matemáticas son las ciencias exactas. Exactas, exactas... yo no diría tanto. Bueno, vale, las matemáticas y yo nunca hemos sido amigas, aunque se me dé bien el cálculo, jamás entendí una derivada. A lo que iba, las matemáticas tienen leyes, en teoría, inalterables. Bien, pues yo he descubierto algún que otro fallo en algunas de ellas. ¿Seré la futura Einstein? (No te pases, no te pases). Ahí van dos de mis teorías.

El orden de los factores, sí altera el producto, y ¡de qué manera! Alguna vez me han preguntado que es lo que pido a un hombre y siempre respondo que, entre un millón de cosas, hay tres que no pueden faltar: que sea buena persona, que me quiera y que me haga reír. Esas tres son esenciales y por ese orden. Prefiero a una buena persona que no me quiera, que una mala persona me quiera muchísimo. El hecho de ser buena persona (aunque no te quiera) hará que nunca intente hacerte daño. Pero una mala persona (por mucho que te quiera) te matará a disgustos.

Otra de mis teorías es que no siempre 18 es 16. Ayer estuve haciendo una lista de pros y contras sobre un tema en particular que prefiero no explicar ahora. Me salieron 18 pros y 16 contras. Y pensé "aaaahhh, mira, pues está clara la decisión." Pues no, porque entre esos 16 había uno que era insuperable. Ni los 18 pros juntos podían contra ese punto negativo. Así que sí, la decisión estaba clara, pero no como las matemáticas me aconsejaban.

Si leyera esto mi profesora de matemáticas del colegio tendría un suspenso seguro pero como no lo lee (que yo sepa) y además ya no puede ponerme nota, insisto en mis teorías.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Mejor poder salir...

Siempre he pensado que es mejor poder salir a impedir que entren. Muchísima gente se encierra dentro de su casa para intentar evitarlo, lo entiendo, pero yo siempre he creído que es mejor tener una vía de escape, al fin y al cabo, si quieren entrar lo harán de todas formas. Ésta es una de las discusiones que tengo con mi madre. Ella se encierra a cal y canto y cuando somos "compañeras de piso" no me queda más remedio que encerrarme yo también. Pero ¿y si hay un incendio?

Las comparaciones son odiosas, pero pasa lo mismo con las relaciones. Yo no tengo problema en que entren personas nuevas en mi vida, siempre y cuando tenga una salida de emergencia cerca. Y lo reconozco, la utilizo a menudo.... En cuanto me parece que en vez de entrar, invade, parezco el Correcaminos y no paro hasta que el Coyote se ha cansado de perseguirme. En cambio, hay gente que, simplemente, no dejan entrar y punto. Conozco a alguien que me dijo que es mejor no sentir nada que sentir dolor, ¡uuuuuuyyyyyy qué tristeza! Pero él está contento con esa actitud que ha tomado en la vida así que ¿quién soy yo para criticarlo?

jueves, 23 de septiembre de 2010

El complicómetro

Este verano alguien me contó lo del complicómetro. Estábamos hablando de la vida en general y me dice muy serio: te complicas la vida. ¿Yooooo? Pero si no puedo llevar una vida más sencilla, sobre todo este verano que he estado de un tranquilito... Pero él insiste y me lo explica: resulta que todos tenemos un complicómetro, escondido en alguna parte y puesto en marcha y que hemos de encontrarlo y apagarlo. Si no, no hacemos más que dar vueltas y más vueltas a problemas absurdos o con soluciones delante de nuestras narices. Puede ser, puede ser que tenga ese aparatillo molesto. Tendré que buscarlo, supongo, pero no tengo ni idea por donde empezar... empezaré por la cabeza que es lo más desordenado que tengo.

De ahí, pasó a querer organizarme la vida, y es donde tuvimos problemas. Me preguntó que me preocupaba, le contesté y en seguida (¡hombre tenía que ser!) me dijo lo que tenía que hacer, que, por cierto, no era viable según mi punto de vista... Más tarde me preguntó que planes tenía de futuro ¿planeeees? Yo le contesté que era mejor no hacer grandes planes a largo plazo ya que la vida da muchas vueltas y te los cambia de golpe. Lo máximo que llego es en agosto pensar en septiembre y ahora pensar en octubre... y aún así ¡no doy abasto!


miércoles, 22 de septiembre de 2010

El corte de pelo

Sonará superficial, pero para una mujer, cortarse el pelo es una acción que requiere planificación y estudio. Yo, por no planificarlo ni estudiarlo me pasó lo que me pasó...

Día de playa con mi madre. Salgo del agua, me desenredo el pelo y mi madre me dice: lo llevas demasiado largo. Para eso están las madres, para decirte cuando llevas el pelo mal o lo que te has puesto te sienta como una patada, (están para muchas más cosas, pero esta es una de las importantes). Entonces añade: si quieres, esta tarde, te lo corto. Yo me reí y me acordé de cuando me lo cortaba de pequeña. No, no, no.... ya no tengo 6 años... De vuelta a casa, me lavé el pelo, y en un momento de debilidad madre - hija (que todas los tenemos) le pregunté si realmente se veía capaz de cortármelo y de hacerme el escalado de delante. Mi madre asintió muy segura de sí misma, así que llevamos una silla y unas tijeras a su cuarto de baño y le dejé cortar. "Sólo las puntas, ¿eh?" le repetí por quinta vez. En fin, como si hubiera nacido peluquera me cortó media melena, porque tenéis que reconocer que darle unas tijeras a una peluquera es peligrosísimo, siempre cortan dos palmos más de lo que tu quieres. Entonces me fui a mi baño y me sequé el pelo para ver el resultado... Aaaaaaaaagggggghhhhhh!!! ¡Parecía un perro de aguas! Mi madre se sintió fatal porque no había manera de ver algo positivo en mi cabellera.

Después de 24 horas con el pelo recogido para que no se viera el desastre, bajé a la peluquería. Había bastante cola, pero yo no me podía permitir el lujo de decir "ya volveré", así que esperé una hora. La peluquera, sólo llegar y explicarle porque iba, lo entendió perfectamente, igual que el resto del personal y clientela. Como mi madre suele ir a esa peluquería (yo no había ido en la vida) no dejé ni que me hicieran ficha, ni siquiera dije mi nombre, para que no me relacionaran con ella y no la miraran raro cuando volviera. Hubo un momento de tensión como vi a un amigo entrar, me saludó, pero tuvimos suerte y no dijo nada sobre mí o mi madre que pudiera dar una pista.

La peluquera empezó a arreglarme el corte y, de pronto, me dijo "tu madre es una artista, incluso lo ha intentado con el escalado". Mi madre es muchas cosas increíbles, entre ellas, es cierto, una artista, pero como peluquera...

martes, 21 de septiembre de 2010

Los intermitentes

Hay un tipo de hombres que son intermitentes; los conoces, te piden el teléfono y en seguida te envían mensajes y te llaman durante tres días. De pronto, al cuarto, no sabes porqué, no hay noticias. Y pasa un día, y otro, y otro... hasta una semana y sin saber tampoco porqué, vuelves a recibir mensajes. Y no un mensaje de qué tal estás... no, es un mensaje detrás de otro, e incluso a veces hasta te llama. Y tu, mosca, ¡claro!

No entiendes nada. Vamos a ver ¿tiene o no tiene interés? Ni idea... hay días que parece que sí y hay días que parece que ni siquiera sabe que existes. Yo no digo que llame todos los días (en realidad me encantaría, pero no vamos a pedir peras al olmo) pero un poco de consistencia sí. No se puede enviar 7 sms un día y después estar callados durante una semana porque nos volvéis locas de remate.

Yo he optado por una nueva actitud: el pasotismo total. Si llaman bien, y si no, también. Si veo que estoy demasiado pendiente del móvil durante más de una semana y éste no suena... en fin, optó por espantarlo yo misma... así ya no tengo que esperar que llame porque soy consciente de que no lo hará. A algunos amigos míos les espanta esta nueva filosofía, pero de momento, me funciona.

lunes, 20 de septiembre de 2010

El anuncio Amstel

Me ha dado por la publicidad. Bueno, más bien en fijarme más atentamente en los anuncios. Antes no les prestaba demasiada atención, la mayoría de las veces ni siquiera sabía lo que anunciaban, pero últimamente eso ha cambiado y vaya con los "mensajitos" que envían.

Por ejemplo, el anuncio de Amstel. Empieza bien, diciendo varias verdades; que hay una barrera entre hombres y mujeres y que les gusta elegir la película, el fútbol y que hablan mirando el móvil. Pero, en vez de arreglarlo, acaban gritando: ¡Pero lo que más nos gusta sois vosotras! Sí, sí parece estupenda esta última frase. Y lo es, si no levantaran la botella de cerveza como si fuera una bandera. Lo entiendo, están anunciando cerveza, quieren vender cerveza, pero para eso ¿tienen que dar esa "sutil" comparación entre nosotras y la cerveza? Al menos Homer Simpson lo hace directamente.

Os explico. En un capítulo de los Simpson, Bart se enamora y pregunta a su padre sobre mujeres. Yo pienso lo mismo, ¡mira que preguntar a Homer Simnpson! Pero, angelito, es su padre... En fin que su padre le suelta la siguiente frase: las mujeres son como la cerveza; huelen bien (ejem, ejem) saben bien, pisotearías a cualquiera por una y te las quieres beber todas. ¡Toma ya! ¡Y se queda tan ancho! El único consuelo es que lo que más le puede gustar a Homer Simpson es una cerveza Duff... Pero no consuela demasiado ¿verdad?

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Un anuncio para tíos

Este verano ha habido una campaña de Burger King que como mínimo me parece curiosa. Decían que si querías saber que es lo que los "tíos" querían ver en un anuncio fueras a unanuncioparatios.com. Intrigada entré en la web. El título era el siguiente: "Proyecto chicken tendergrill. ¿cómo hacer que los tíos se interesen por el pollo a la parrilla?" Ya de por sí el título me pareció flipante.

Luego te explican que un grupo de mujeres ha hecho un anuncio para tíos. Te sale el "making off" en el que las mujeres preguntan a varios "tíos" que es lo que les gustaría ver en un anuncio. No sé si es real, lo dudo bastante, pero sí es sorprendente. Uno quiere explosiones, otro unicornios (sí, sí, unicornios), otro bárbaros y ninjas y heavy metal y... ¡Eso es lo que responden cuando les preguntan que les gustaría ver en un anuncio de una hamburguesa de pollo! Y luego queremos que las respuestas que nos den a nosotras tengan sentido...

Finalmente puedes ver como queda el spot con todas las peticiones, porque las ponen todas; las explosiones, el unicornio, los bárbaros, los ninjas... Si eso es lo que les va a hacer que se interesen por el pollo a la parrilla, ¡qué habrá qué hacer para que se interesen por lo que nosotras queremos! Mejor no saberlo...




martes, 14 de septiembre de 2010

Zapping

¿Qué tienen los hombres con el zapping? En cuanto sale un anuncio empiezan a pasar todos los canales hasta que encuentran otro programa que les interesa. Tengo un primo que es capaz de ver a la vez dos películas, un partido de fútbol y una serie. Cada vez que en uno de los canales ponen anuncios se pasa a otro y así puede estar toda la tarde. Sinceramente, no sé como puede seguir ninguno de ellos. ¡Y luego dicen que no pueden hacer dos cosas a la vez! Para lo que les interesa, ¡y tanto que pueden!

Yo, en cambio, aprovecho los anuncios para hacer cosas; hago esa llamada que tenía pendiente, voy a por agua o pico algo en la cocina, incluso, muchas veces, me hago la manicura (sí, me da tiempo, con la cantidad de anuncios que ponen, me da tiempo de sobra). Es más, aunque me encanta que en Tve no pongan anuncios porque así veo una película entera por la noche (es que a partir de las 10.30 empiezo a dar cabezaditas y si hay anuncios me retiro a dormir en la cama que siempre es más cómodo que el sofá) también me fastidia el estar sentada durante más de hora y media sin moverme.

He de reconocer que también las hay que les encanta el zapping pero he descubierto que es una costumbre más masculina que femenina. Por eso creo fundamental, si compartes casa con un hombre, tener dos teles, así cada uno hace con el mando lo que quiere, yo lo dejo descansar mientras que él lo quema.

lunes, 13 de septiembre de 2010

El ascensor

El ascensor es uno de los inventos más prácticos que existen, cierto, pero exige un peaje. Para empezar la luz. ¿Quién decidió que los ascensores debían tener esa luz tan mala que te hace parecer un zombie? Te arreglas para salir, te maquillas, te miras en el espejo y piensas "bastante bien". Sales por la puerta, entras en ese metro cuadrado, te miras en el espejo y piensas "¡soy una más de la familia Adams!"

Luego, además, están los compañeros de viaje. Yo tengo bastante suerte porque no suelo encontrarme a mis vecinos en el ascensor. Es evidente que llevamos vidas muy distintas. Pero de vez en cuando coincido con alguno y entonces, medio sonrío, saludo y, como no quiero dar conversación, me quedo mirando al suelo, al techo... cuando lo que querría hacer es mirarme en ese maldito espejo. Ni siquiera puedo disimular con el móvil porque todos en mi escalera sabemos que no hay cobertura.

Basta que te llegue esa llamada que llevas esperando toda la semana, para que te pille llegando a casa y tengas que entrar en el ascensor. En un primer momento te quedas en la portería hablando, hasta que ves al cotilla de tu portero con la antena parabólica desplegada. Entonces decides decirle al del otro lado de la línea que espere un minuto, el tiempo que tarda el ascensor en subirte a casa. Es un minuto, pero es el minuto más largo de toda tu vida. Cuando por fin sales del ascensor y vuelves a tener cobertura, te lanzas el móvil a la oreja esperando que no se haya cortado ni que el otro se haya cansado de esperar y haya colgado.

Finalmente están los olores. Desde ese perfume intenso de una vecina mía que parece que se bañe todas las mañanas con aromas de todas las flores que existen, hasta el vecino que fuma puros y sube al ascensor sin apagarlo por más que nos quejemos el resto de la escalera. Lo sé, debería entonces planteármelo y subir andando pero para castigarme ya pago un gimnasio.




viernes, 10 de septiembre de 2010

Algo bonito

Resulta que ahora tengo peticiones. Sí, sí, peticiones. Alguien me pidió ayer que escribiera algo bonito sobre él. No me importa porque me cae bien y sí puedo decir cosas bonitas, menos mal ¿no? Aunque me produce cierto apuro, además ¿y si entonces me lo pide alguien de quien no tengo buena opinión? Por suerte, esta vez no es el caso, pero por favor, no me lo pidáis más porque corro el riesgo de o mentir como una bellaca o no decir nada bonito...

Conozco a esta persona desde hace bastante tiempo y, aunque en general nos llevamos bien, hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Lo que le hace especial es que no es rencoroso y el enfado le dura medio minuto si llega... y eso que a veces mis manías son un poco irritantes (claro que él también las tiene...). No entiende que borre las fotos en las que yo salgo o que mi gusto gastronómico casi se reduzca al menú de niños. Pero, por otro lado, entiende que sea callada, que observe mi alrededor como si yo no formara parte de él y que no sea la mujer más social del mundo. Es un poco distraído y un desastre para recordar los cumpleaños pero es generoso y divertido. No es susceptible y sabe encajar una broma o una crítica (a los amigos también hay que criticarlos constructivamente cuando ves que están metiendo la pata) y, aunque a veces no diga la palabra adecuada, nunca tiene mala intención.

En fin, podría decir más cosas, pero me de momento me las guardo, tampoco hay que dar tanta coba. Ahora le tocaría a él decir algo bonito sobre mí ¿no creéis?.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El aludido

Este verano alguien me dijo que seguía mi blog, que lo leía todos los días. Me sentí halagada y más porque es un hombre y, en fin, no siempre les dejo muy bien. Luego añadió que aunque le gustaba cómo escribía, a menudo tenía ganas de llamarme para explicarme lo equivocadísima que estaba. Puede ser, como le dije, que quizás no era su realidad, pero, definitivamente, sí era la mía. De pronto añadió: y en muchos casos me he sentido aludido. Ahí se me escapó una carcajada. En realidad, no había pensado en él en ninguna de las entradas, y puede que eso hiriera un poco su ego masculino (algo que tienen tan sobrevalorado). En general, de los que hablo, saben que hablo de ellos porque les comento antes que pienso hacerlo. Bueno, vale, no siempre, pero casi siempre lo comento.

En fin, que como vi que tenía ganas, aquí está. Esta entrada está dedicada enteramente a él. Ahora sí que puede darse por aludido. Si hay más aludidos entre los que me leen, por favor, que me lo digan y les aclararé si realmente hablo de ellos o no. No quiero malentendidos porque alguien se sienta nombrado y no en las mejores circunstancias.

Al aludido en cuestión no le pregunté en que entradas se sentía identificado, es algo que me ha quedado pendiente, porque, la verdad, no siendo cierto, tengo curiosidad. Sobre todo porque puede que descubra algo de su personalidad con lo que no contaba. A veces descubres cosas de las personas de la manera más sorprendente.

martes, 7 de septiembre de 2010

La playa

Primer día de vacaciones. Emocionada cojo mi bolsa de la playa y una toalla y me voy a dar el primer baño de sol y mar. Llego a la playa y aún es pronto así que no está demasiado llena. Alquilo una tumbona y una sombrilla, enchufo mi ipod y me dispongo a pasar un día de relax. Mientras me estoy secando tras haber nadado un poco, veo como se acerca una familia; papá, mamá, dos niños, un bebé y la abuelita (seguramente la madre de ella que ha venido para ayudarles con los niños).

Llevan 100 bolsas de tamaño samsonite extra large más una sombrilla y el carrito del bebé. De pronto, me doy cuenta que justo delante de mi tumbona hay un espacio. ¡Qué no lo vean, qué no lo vean, por favor!¡ Aaaaghh!! ¡Lo han visto! Y empiezan a instalarse. Papá pone la sombrilla de miles de colores, flores y más adornos y mamá empieza a extender las toallas alrededor de ella. Luego se dedica a preparar a los niños para el día de playa, es decir, los desnuda completamente y los unta en crema, les da palas y cubos suficientes para llegar al centro de la tierra y los manda a la orilla. Ahora le toca al bebé. Lo saca del carrito y lo deja con el pañal. El niño empieza a llorar; tiene hambre. Así que, ni corta ni perezosa, se saca la camiseta, se quita la parte de arriba del biquini y le da de comer. Mientras, la abuelita, que ha sacado la nevera, las patatas y las aceitunas, se saca el vestido. Lleva bañador entero, menos mal. ¡Ay, ay, ay! Se quita los tirantes y se enrolla el bañador en la cintura. ¡Señora, por favor!, me dan ganas de gritar, pero es que en ese momento se me va la vista a papá. Se está sacando las bermudas y lleva un speedo. ¡Noooo!
Mamá, una vez ha calmado al bebé y lo ha dejado medio grogui sobre la toalla, le saca una cerveza a su marido y se pone a leer una revista de cotilleos.

Yo decido tumbarme con mi ipod para no tener que ver nada más. Empiezo a tener hambre y pido un sandwich y un poco de sandía. Cuando me lo traen, me siento en la tumbona para disfrutarlo. Entonces veo a mis vecinos, también tienen hambre. Empiezan a sacar de la nevera bocadillos del tamaño de un obús y cada vez que desenvuelven uno de ellos, me llega un olor intenso no sé a muy bien qué, intento adivinarlo. ¡Son de calamares con alioli, de chorizo o sardinas! ¡Menudo surtido! De la nevera salen más patatas, más aceitunas, cervezas, coca-colas para los niños, helados... Hay más comida ahí que en la nevera de mi casa.

Decido marcharme. He tenido ya bastante para el primer día. Necesito llegar a casa y recordar que estoy de vacaciones en la playa para que mis ojos empiecen a habituarse a la vista.

lunes, 6 de septiembre de 2010

De vuelta

Estos días los telediarios no dejan de comentar los síntomas de la depresión post-vacacional. No me extraña. Yo, he de reconocer, me he tomado unas buenas vacaciones, cinco semanas, día arriba, día abajo. Finalmente hubo que hacer la maleta y volver a la realidad. En algún momento de ese día fatídico estuve a punto de pasar de todo y perder conscientemente un avión. Pero no, no lo hice, siempre he sido bastante responsable (vale, no siempre, pero me estoy haciendo mayor).

Despegué de un isla paradisíaca para aterrizar en Madrid, que encima, me había preparado un montón de nubes para darme la bienvenida. Era como si quisiera decirme: espero que hayas disfrutado porque yo no pienso ponértelo fácil.

Sí que he disfrutado. He disfrutado de la playa, el barco, las comilonas de cuatro horas, el vinito fresco, las partidas de cartas y de la más de media docena de libros que he leído. Este año me había propuesto disfrutar más del día y dejar la noche para dormir y recargar pilas. Excepto dos noches, el resto lo cumplí a rajatabla. Como le dije a mi madre: yo vengo sociable pero no social. Aún así, he de decir, que el verano ha resultado interesante, sorprendente y me han dado cantidad de tema para el blog. ¡Increíble!

jueves, 22 de julio de 2010

Cerrado por vacaciones

Me voy hoy de vacaciones. ¡Yupi! Así que cierro "la paradeta". Volveré en septiembre para contaros mi verano, aunque tengo que confesaros que espero sea tranquilo. Sólo quiero descansar, ponerme morena y coger fuerzas para el próximo "año académico". Tengo un mono de playa...
Besos a tod@s.

miércoles, 21 de julio de 2010

Mirar a los ojos...

Sigamos con Sanfermines que este año dio mucho sí, no sé si por el tiempo que estuve o porque estoy más receptiva a según que cosas. En uno de los bares, las camareras de la barra de fuera (no sé las de dentro porque no me atreví a meterme entre tanta marabunta) llevaban un uniforme de lo más sugerente. Era una especie de vestidito/delantal de algodón rojo cuyo escote permitía ver hasta la marca del sujetador. Os podéis imaginar entonces porque era la barra más solicitada entre la población masculina. Se peleaban por pedirte una copa. Había, además, algunos que directamente no se movían de ahí. Babeaban encima de sus copas que pedían una detrás de otra.

Yo me puse de espaldas para que los chicos con los que estaba pudieran estar de cara y así no cogieran tortículis. Cómo no, comentamos la jugada. Uno dijo que la frase que le diría a una de ellas sería: si no te miro a los ojos es porque me das mucho respeto. Yo flipé. El problema es que la camarera en cuestión también lo oyó y además como cogió el mensaje subliminal de la frase, nos miró fatal. El que había soltado semejante comentario añadió: No sé porque se ofende, no es nada malo si sólo ha oído "esa" frase y no lo anterior, además ¿qué hace escuchando nuestra conversación? Si se viste así que acepte que habrá comentarios.

Pues no los aceptaban. Supongo que ellas eran las primeras que sabían que era demasiado lo que enseñaban. Hubo algún que otro percance con dichas señoritas ya que fue inevitable que los hombres no hicieran comentarios al respecto. Por un lado tienen razón: ellas se habían puesto más que sugerentes, pero por otro lado, ¿no somos ya lo suficientemente adultos para darnos cuenta de que ellas no lo han elegido y que ya están bastante incómodas con la situación como para encima tener que escuchar según qué cosas?

martes, 20 de julio de 2010

Las fotos

Estuve la semana pasada en Pamplona. Lo sé, vivo como una reina, para qué negarlo. Este año, como iba muchos días y no sólo el fin de semana, decidí tomármelo con calma y descubrir las fiestas de día. ¡Gran error! Es mucho más agotador que el plan de noche. Eso sí, es divertidísimo.

El día 6 llegué justo para el chupinazo, y cuando digo justo me refiero que aparcamos el coche a las 11.45 y a las 12 soltaron el cohete. Estuvimos haciendo el tonto con mi cámara y, he de reconocer, que el resultado ha sido mucho mejor de lo que esperaba. Para los que me conocéis os diré que permití que la cámara me enfocara y disparara y que, además, una vez de vuelta en Madrid, no las he borrado. ¿Estaré madurando y aceptando que algo tendrá que quedar para el futuro? No nos pasemos, más bien es que las fotos son divertidas y aunque queda patente mi falta de fotogenia, no están tan mal.

No me gusta que me hagan fotografías, sobre todo si es con una cámara que no es la mía y luego no voy a poder borrarlas. Creo que hay que tener mucho cuidado con lo que dejas para la posteridad. Es cierto, luego cuando ves las fotos de un viaje, una fiesta o una boda, la mayoría de las veces parece que yo no hubiera estado, y si me han cogido en algún robado... desearía no haber estado.

Pero estoy mejorando, poco a poco, no quiere decir que ahora se me pueda hacer fotos sin que ponga mala cara, pero acepto que, en fin, de vez en cuando no hace daño a nadie. ¡Qué orgullosa estoy de mí misma! (je, je, je).