martes, 28 de septiembre de 2010

La ratita presumida

El otro día, mi sobrina con dos años y medio se me acerca con un cuento y me pregunta ¿me lo lees?. ¡Claro! Veo que trae "La ratita presumida". No recordaba muy bien de qué iba, algo de que encontraba dinero y un gato, así que me pongo manos a la obra para recuperar parte de mi infancia. ¡Casi me da algo! ¿Pero qué estamos enseñando a los niños? ¿Y qué nos enseñaban a nosotras?

Para los que, como a mí, no lo recordabais, ahí va el resumen. La ratita presumida se encuentra una moneda y tras pensar qué hacer con ella, decide gastársela en un lazo para estar más guapa y así encontrar marido. Sí, sí, el cuento dice explícitamente eso. ¿A qué ya estáis flipando? Pues la cosa va a más. Lo del lazo da resultado y empiezan a pasar por delante de su casa los pretendientes. A todos va diciendo que no, al pato porque no le gusta su voz, al gallo porque le parece orgulloso, al pobre cerdito porque, y esto vuelve a ser literal, ella opina que es muy fina para que la llamen cochina. Yo, en ese momento casi me da algo, así que busqué la mirada de la madre de la criatura a la que le estaba leyendo, que me la devolvió diciendo, "Lo sé, lo sé, pero ¿qué quieres qué le haga si es el cuento que le gusta? Bueno,yo sigo leyendo. Finalmente, la ratita se decide por el gato que, evidentemente, después de la boda, intenta comérsela. La ratita tiene suerte y detienen al gato a tiempo. La moraleja final que te dan en el cuento es que no te puedes fiar de las apariencias.

Primero de todo, me parece increíble que te digan, cuando eres un retaco, que la función de estar guapa es encontrar marido. Luego no explican qué pasa realmente en la boda, sólo que el banquete fue maravilloso. ¡Claro que fue maravilloso! Sobre todo para loa amigos del novio, que se debieron poner las botas con las amigas de ella. Y finalmente, acaba que se lo llevan detenido. No explican que saldrá dentro de cuatro días para volver a atacar a la misma o a otra ratita.

Vale, sé que es un cuento infantil, pero quizás habría que revisarlos un poquito ¿no? Y, ya de paso, sacar alguno de ellos de la circulación.

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