martes, 28 de septiembre de 2010

Adiestrar a un marido

Hace unos días, en un dominical, me encontré con un artículo que se titulaba "Adiestrar a un marido". Sí, sí, adiestrarlo. Evidentemente, lo leí de cabo a rabo. Según una periodista norteamericana, ella salvó su matrimonio con técnicas de entrenamiento animal. Te da cinco pasos para convertirlo en un ser dócil y manejable.

Paso 1: Fomenta el comportamiento que deseas y asegúrate de recompensarlo. En fin, que cada vez que saque la basura dale una golosina e irá todos los días. (Ya, ya... eso quiero yo verlo) Pasemos al segundo paso: Ignora las actitudes que no te gusten. ¡Pero bueno! Es decir, que te comas las ganas de matarlo cuando llegue dos horas tarde y no te pida ni perdón. Paso 3: Sé más flexible y creativa. Aquí voy a copiar exactamente la explicación que da porque sino no lo vais a creer: "Si una técnica que estás empleando no funciona, trata de hacerlo de otra manera. Y recuerda la frase de los entrenadores: nunca es culpa del animal." No hace falta añadir nada más ¿no? Paso 4: Da pequeños pasos. No puedes pretender cambiarlo de golpe e insiste en que le recompenses cualquier pequeño cambio que haga. Y paso 5: No te tomes las cosas a pecho. Es decir, no te enfades.

Comparar a los hombres con animales domésticos ya me parece pasarse bastante de la raya, pero que encima te digan que nunca es culpa suya, que no te enfades cuando te haga una faena, pero eso sí, que cuando haga algo que es obvio que tenía que hacer tú lo recompenses, ya es increíble. Por lo visto, a ella le funcionó con su marido. ¿Sabe su marido que ella le considera un animal y la técnica que empleó? Seguramente sí, pero claro, viendo en qué consistía la técnica ¿para qué quejarse?

No hay comentarios:

Publicar un comentario