miércoles, 21 de julio de 2010

Mirar a los ojos...

Sigamos con Sanfermines que este año dio mucho sí, no sé si por el tiempo que estuve o porque estoy más receptiva a según que cosas. En uno de los bares, las camareras de la barra de fuera (no sé las de dentro porque no me atreví a meterme entre tanta marabunta) llevaban un uniforme de lo más sugerente. Era una especie de vestidito/delantal de algodón rojo cuyo escote permitía ver hasta la marca del sujetador. Os podéis imaginar entonces porque era la barra más solicitada entre la población masculina. Se peleaban por pedirte una copa. Había, además, algunos que directamente no se movían de ahí. Babeaban encima de sus copas que pedían una detrás de otra.

Yo me puse de espaldas para que los chicos con los que estaba pudieran estar de cara y así no cogieran tortículis. Cómo no, comentamos la jugada. Uno dijo que la frase que le diría a una de ellas sería: si no te miro a los ojos es porque me das mucho respeto. Yo flipé. El problema es que la camarera en cuestión también lo oyó y además como cogió el mensaje subliminal de la frase, nos miró fatal. El que había soltado semejante comentario añadió: No sé porque se ofende, no es nada malo si sólo ha oído "esa" frase y no lo anterior, además ¿qué hace escuchando nuestra conversación? Si se viste así que acepte que habrá comentarios.

Pues no los aceptaban. Supongo que ellas eran las primeras que sabían que era demasiado lo que enseñaban. Hubo algún que otro percance con dichas señoritas ya que fue inevitable que los hombres no hicieran comentarios al respecto. Por un lado tienen razón: ellas se habían puesto más que sugerentes, pero por otro lado, ¿no somos ya lo suficientemente adultos para darnos cuenta de que ellas no lo han elegido y que ya están bastante incómodas con la situación como para encima tener que escuchar según qué cosas?

1 comentario:

  1. Supongo que el problema esta en que si no estas agusto, por que hacerlo entonces? y si lo haces, de sobra sabes que estas expuesta a todo tipo de comentarios...

    Besos.
    Mar

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