lunes, 19 de julio de 2010

Volver...

El otro día una amigo me contaba la experiencia de una amiga de su madre. Resulta que hacía muchos años su marido la abandonó por otra. La dejó tirada porque quería a una mujer más joven. La crisis de los cuarenta que algunos lo llaman (yo tengo un nombre más feo pero prefiero no dejarlo por escrito). Lo increíble es, que pasan los años, el marido se pone enfermo, la jovencita lo deja y ¿qué hace? Vuelve al hogar...

Pero eso no me parece lo más sorprendente. Lo alucinante es que ella, su mujer (porque nunca se divorciaron) le abre las puertas de par en par y lo acepta, lo cuida y perdona el pasado. Espero que al menos, no lo olvide. El amigo que me lo contaba se sentía muy orgulloso de esa mujer, dijo que era una santa y que se estaba ganando el cielo. Yo creo que es masoquista.

Es evidente, yo no me ganaré el cielo, ni seré una santa, pero no me veo capaz de volver a abrir las puertas a alguien que me ha hecho tanto daño. Lo llamaría dignidad, pero eso lo veo muy fuerte, llamémoslo "orgullito"... y el intento de que no te vuelva a pasar, al menos, con la misma persona.

Hay un dicho que dice que la primera vez es culpa suya, si hay una segunda, la culpa es toda tuya.


1 comentario:

  1. Quizá es que simplemente sigue enamorada...

    Pero yo haría como tú, no le abriría las puertas.

    ¡Un abrazo!

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