martes, 22 de mayo de 2012

La ameba

El domingo quedé con dos amigas para tomar un café. Me preguntaron por mi vida sentimental, a lo que contesté que era la misma que la de las amebas: inexistente. Una de ellas me dijo: pues ya es hora de solucionarlo, ¿no? Y la otra replicó que también va bien estar un tiempo sola. Así que estuvimos discutiendo sobre lo bonito que es encontrar a alguien y el más vale sola que mal acompañada. Era como estar en un debate, ellas dando su opinión y yo, como en un partido de tenis, moviendo la cabeza (y mis ideas) de un lado a otro de la pista. Supongo que ambas tienen razón, pero ¡uf! es que me da una pereza volver a empezar para llegar a que es cierto, mejor sola que mal acompañada, que creo que voy a seguir de ameba un ratito más. Al fin y al cabo, tampoco es que tenga una fila de fiches haciendo cola, esperando a que me decida. Más bien todo lo contrario. Así que vamos a seguir en mi fase antisocial y dejaremos que pase el verano (que es una época muy peligrosa) y en septiembre me replantearé volver o no a los ruedos sentimentales. Primero quiero recuperarme del todo de la última cornada.

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