lunes, 7 de enero de 2013

Príncipes y princesas

El sábado oí dos veces de personas distintas, que no existían ni los príncipes azules ni las princesas. La primera tomando un aperitivo en mi casa y la segunda cenando con unos amigos. Mi respuesta inmediata fue, a ambas, que yo sí era una princesa. Cuando digo que soy una princesa es que quiero que me traten como tal. Evidentemente ambas afirmaciones provenían de dos hombres. Para ellos es mucho más fácil que no existan. Así ni tienen que comportarse como príncipes (atentos, encantadores, detallistas, etc) ni tratarnos como princesas. Ya sabemos lo comodones que pueden llegar a ser, sobre todo cuando creen que ya nos tienen "coladitas". Luego hablando con una amiga le dije que yo sola estoy muy bien, así que, o el estar en pareja significa una mejoría sustancial en mi vida (es decir me parece tooooodo maravilloso), o para ir a peor o quedarme igual, me quedo como estoy. Ella dijo lo comprendía aunque no estoy segura que lo compartiera. Pues lo siento, yo si creo en los príncipes y las princesas.

2 comentarios:

  1. Yo no creo en príncipes ni princesas pero sí en la magia de un sentimiento que cambia (dure lo que dure) todo tu mundo.
    Se racionaliza hablando de subidones de endorfinas y serotonina... Yo prefiero pensar en fuegos artificiales con estrellas de colores.
    Eva, plebeya y soñadora.

    Por cierto... Me gusta la frescura y autenticidad de tu blog.

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  2. Bueno, supongo que todas soñamos con lo mismo pero le damos diferente nombre.
    Gracias, me alegro que te guste.

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