lunes, 7 de junio de 2010

Yo, mi, me, conmigo

Todos tenemos esos días en que no queremos ver a nadie, que somos la representación física del antisocial. Pero como la Ley de Murphy, es cuando más planes te salen. Tú no quieres salir de casa y las circunstancias te lanzan a la calle.

Sin ir más lejos, el jueves pasado tenía un día tonto y me resistía a ir a tomar un tinto de verano en una terraza. Me atraía la idea de ver en la tele dos capítulos de la nueva versión de "V" (así de mal estábamos). Finalmente vencí la pereza y las pocas ganas de ver a gente y salí a la calle. Basta sentarte, tomar un sorbito de un vino fresquito y empezar a hablar, para que se te pase el autismo social que sufrías hasta hacía escasos 10 minutos.

Creo que cuantas menos ganas tienes de planes, más te has de esforzar por hacerlos, es la única manera que no acabes encerrada en casa durante toda una semana. Las paredes tienen una cualidad especial para atraparte entre ellas, y cuánto más estas bajo su influencia más fuerza cogen. Te van enterrando en el sofá y cada vez es más difícil levantarte de él. Por otro lado, un día metida en casa, pensando en ti misma, también ayuda a aclararte las ideas pero eso hay que hacerlo los días de lluvia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario