jueves, 1 de diciembre de 2011

Maruja

Llevo unos días de maruja y no puedo más. Lo siento, las tareas del hogar me aburren un montón, pero hay que hacerlas, claro, no hay más remedio. Ayer fui a la compra, después de llegar a casa rezando para que las bolsas, que parecen de papel de fumar, no se rompieran por el camino, me di cuenta de que me había dejado un montón de cosas. Volví al súper (no al mismo, una tiene su orgullito) y volví a cargar bolsas. Esta mañana tengo que volver. ¿Pero qué me pasa? ¿Dónde tengo la cabeza? Cada vez me dejo alguna cosa. Normalmente no me importaría, pasaría sin ello, pero como este fin de semana y toda la que viene tengo visitas, no puedo dejarme cosas. Todas serán necesarias. En mi defensa he de decir que vienen niños y no estoy acostumbrada a "esa compra"(leche entera, yogures de sabores, galletas...) ¡pero de ahí a tener que volver tres veces! En fin, espero que a la tercera vaya la vencida y pueda declarar mi nevera en perfecto estado de revista. Eso sí, hacía siglos que no estaba tan llena.

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