martes, 13 de septiembre de 2011

Discreción

Según muchos amigos míos siempre he destacado por mi discreción. En el fondo quieren decir que nunca cuento nada. Nada, nada, tampoco, pero sí es cierto que no voy propagando por ahí mi vida y menos las vidas de los demás. A parte de por el hecho de que no me gusta ser cotilla, la razón principal es que lo que dices luego siempre puede ser utilizado en tu contra, así que si callas, menos posibilidades de que eso ocurra.  En cuanto haces público cualquier plan o cualquier idea que se te haya ocurrido, incluso cuando enfatizas que es sólo una posibilidad que estás contemplando, la gente no oye el quizás sino una sentencia firme. Y cuando decides no seguir con ese plan  te encuentras con que el resto da por sentado que ya lo estás llevando a cabo, no te dan opción de cambiar de opinión. 
Luego están los cambios en tu vida. Los cambios no siempre son drásticos, algunos van poco a poco, así que yo suelo mantener la boca callada hasta que ese cambio es real, pero ¡ay! siempre hay alguien que se entera a mitad del proceso y no hace más que preguntarte día tras día como va ese cambio. A mí eso me desespera. Y luego cuando el cambio ya está asentado en tu vida y decides contarlo, la gente se enfada porque no se lo has dicho antes ¡encima! Lo siento, pero yo prefiero seguir calladita, que estoy más mona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario