miércoles, 28 de septiembre de 2011

Atención telefónica

El otro día me ofrecieron en Telefónica, que ahora es Movistar, pagar menos y aumentar los megas en mi conexión de internet. Evidentemente, acepté. Me llamaron a los dos días diciendo que se pasaría un técnico el lunes por la mañana. Ese lunes, a partir de las 11 de la mañana, me quedé sin internet. Llamé al mediodía y me dijeron que ya tenía los 10 megas y que iban a mirar porque no me funcionaban. Después de apagar y encender, resetear y volver a apagar y encender me dijeron que lo mirarían desde ahí. Por la tarde volvieron a llamar, resulta que mi router no estaba preparado para tanta capacidad. ¿Y eso no lo sabían antes? El router es de ellos... El técnico me dijo que intentaría tenerlo arreglado a la mañana siguiente. Al rato volvieron a llamar. Esta vez una señorita preguntando por mi problema con internet. Le dije que ya me habían llamado y que había hablado con un técnico. "Perfecto" dijo "entonces ya puedo darle hora, vendrán mañana de 10 a 11". Y digo yo, ¿eso no podían haberlo finiquitado en una llamada? Parece ser que no.
Al día siguiente vino el técnico. Cuando vio mi router me dijo que lo que yo tenía era una reliquia, vamos, más antiguo que las pirámides. Me lo cambió por uno más pequeñito lo que mi mesa agradeció profundamente. Antes de irse me pasó al teléfono a una señorita a la que tuve que confirmar que funcionaba. Por la tarde volvieron a llamar para preguntar por la calidad del servicio. Esta mañana han llamado a casa y, como yo no estaba, han llamado a mi móvil para volver a preguntar lo mismo. El servicio no estuvo mal (si no fuera porque me dejaron 24 horas sin internet por no comprobar lo más básico, que el router era compatible) pero el control de calidad del servicio ya es otra cosa. ¿Realmente es necesario contestar cuatro veces a las mismas preguntas? Parece ser que sí.

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