lunes, 18 de julio de 2011

Perdida en Harlem

Sólo a mí se me ocurre perderme en Harlem. El viernes, después de una conferencia me fui muy decidida a la Hispanic Society. Había mirado antes como tenía que llegar hasta ahí: muy fácil, coger el autobús M3 y andar una manzana y media cuando llegara a mi destino. Ni corta ni perezosa cogí el autobús en Madison. A medida que íbamos subiendo el público del bus iba cambiando de color, cada vez más oscurito. Totalmente convencida me bajé en la 125 y cual es mi sorpresa que no veo nada parecido a lo que había visto en el mapa antes de salir. En teoría tenía que pasar por unos jardines o algo parecido pero a mi alrededor todo eran edificios a cual más gris. Di un par de vueltas por las calles de alrededor y noté que yo era como un semáforo en un desierto y que la gente me miraba preguntándose que demonios hacía ahí. Cuando me di cuenta que estaba totalmente perdida y vi donde, decidí dejar la visita para otro día y volver a casa. Al descubrir que en Harlem no hay taxis, ni libres ni opcupados, y que estaba totalmente perdida en una zona que no es famosa por su seguridad, hubiera dado mi brazo por encontrar un taxista loco de los que tanto me quejo luego. Finalmente descubrí una parada de bus (había dado tantas vueltas que ya no sabía donde estaba en la que me había bajado). Consulté donde iban, y aunque me dejaba un poco lejos, me subí al primer autobús que me llevara a terreno conquistado. Cuando horas después llegué a casa, lo primero que hice fue mirar la dirección, efectivamente no era la 125 sino la 155. ¡Aaaaaargh! Asi que como hoy está cerrado, lo volveré a intentar mañana, espero que con más éxito.

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