viernes, 11 de noviembre de 2011

Los rompecorazones

Hay personas que hacen una bola con tu corazón y la lanzan contra una pared. Evidentemente a la pared no le pasa nada, ni un rasguño, pero tu corazón se queda en el suelo hecho pedazos. Tú recoges los trocitos y empiezas a pegarlos uno a uno, con cuidado y poco a poco, ya que has de ir esperando que el pegamento se seque. De pronto, te das cuenta de que te falta una pieza, el rompecorazones siempre se lleva una de recuerdo. La que te falta nunca es la rabia, el dolor o la impotencia, sino que suele ser la inocencia, la seguridad en ti misma o la dulzura. El rompecorazones se la lleva a casa, a veces para ponerla en una vitrina como un trofeo y deleitarse mirándola, otras para dejarla en cualquier rincón y olvidarla. Tú, una vez tienes el corazón recompuesto más o menos, decides meterlo en una caja de acero y pones una alarma y un perro guardián para evitar que vuelvan a acercarse a menos de un metro. Hay que protegerlo porque no sabes si la próxima vez serías capaz de recomponerlo de nuevo.

1 comentario:

  1. Que entrada tan bonita!. Esa pieza que falta... cuando vuelves a enamorarte, la vuelves a encontrar!!! :)
    Besitos!

    ResponderEliminar