martes, 24 de mayo de 2011

Terrazas

En cuanto empieza el calorcito en Madrid la gente se tira en plancha a las terrazas. Y es muy agradable, ahora. Pero es que esto dura hasta octubre, es decir, en pleno mes de julio y agosto, cuando nos morimos de calor, en esta ciudad seguimos prefiriendo estar en la calle que dentro de un bar con aire acondicionado. ¡Es increíble! Yo, que soy friolera hasta extremos insospechados, he de reconocer que me alegro. Dentro de 15 días a mi ya pesado bolso (porque con las cosas que llevo parece que, en vez de una tarde, es toda una semana lo que voy a estar fuera) tengo que añadir una rebeca. Por la calle paseas encantada con tu manga corta pero en cuanto entras en un local preparado con semejante frío que ni el helado se deshace, empiezas a tiritar. Y toda tu alegría de haber pasado un invierno sin resfriarte se acaba cuando coges una galipandria en pleno mes de junio. ¡No hay quien lo entienda!

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