viernes, 26 de febrero de 2010

El resignado

Ayer tuve unas copas de despedida de un amigo que se vuelve a Italia. Se va de Madrid, sniff, sniff, porque en su trabajo no estaba contento y porque como él mismo dice, después de más de dos años fuera ya va siendo hora de volver a casa. Se vuelve con sus familia, sus amigos y su novia.

Su novia con las que lleva varios años pero con la que se pelea hoy y mañana también. Parece que ahora hace unos días que ni siquiera se hablan. Y tu te preguntas ¿por qué siguen? Es un misterio que ni él contesta. ¿Y qué vas a hacer? le preguntamos los amigos. Y su increíble respuesta es "supongo que ahora habrá que casarse"

Sí, yo tampoco he conseguido cerrar boca, llevo así desde ayer. Menos mal que no estamos en verano y no hay moscas... me habría tragado unas cuantas. Toda la frase en sí es digna de análisis. Para empezar el supongo. Para dar un paso así no puedes empezar suponiendo. Tienes que estar totalmente seguro de lo que haces porque es "hasta que la muerte os separe". Sí, lo sé, existe el divorcio express, pero si lo consideras antes de decir el "sí quiero" ¿no es una contradicción? Uno decide compartir toda su vida con alguien, no un ratito hasta que se canse.

¿Y qué hay del "habrá que"? Sólo le faltó un gran suspiro. Es como si se encontrara en un callejón sin salida. Como si se hubiera resignado a lo que considera su única opción. ¡Es de locos! Yo le daría ideas pero no se muestra muy comunicativo y creo que lo último que quiere es que yo le aconseje. Supongo que pronto tendré noticias de boda.

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