martes, 2 de febrero de 2010

Los goles

No soy la mejor portera del mundo. En realidad, no llego ni a mediocre. Los hombres me meten gol tras gol y yo casi ni me entero que ha pasado la pelota. Y no mejoro...

Los hay profesionales, verdaderos pichichis de la liga. Esos son peligrosísimos porque por muy alerta que estés, ellos te confunden y te hacen creer que traman una jugada cuando luego realizan la contraria. Yo, mujer del siglo XXI, creo que ya no pueden sorprenderme y, oye, siempre lo consiguen. No sé si es que mi capacidad de sorpresa es ilimitada o que la gente cada vez es más creativa.

Me gustaría dominar la ciencia de la portería, es decir, estar atenta a la pelota, vigilar a los jugadores e intentar adivinar sus próximas jugadas. Pero en vez de eso, ignoro la pelota, los demás jugadores me importan un pimiento y no espero jugada alguna. Por eso siempre acabo perdiendo los partidos por goleada. Eso sí, voy a intentar este año parar un gol, sólo uno, y me daré por satisfecha.


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