jueves, 18 de febrero de 2010

El hombre caballeroso

Me encantan los hombres caballerosos. Me encanta que me abran la puerta del coche, que me dejen pasar primero, que me dejen su jersey, a riesgo de coger una pulmonía, porque yo tengo frío, que me ayuden a ponerme el abrigo, me encantan todas estas cosas pequeñas que te hacen la vida más agradable. Pero todo esto se está perdiendo y es una pena. Cada vez quedan menos hombres así, no sé si es culpa nuestra, de las mujeres, por querer reivindicar nuestro sitio en este mundo, o porque ellos son cada vez más pasotas.

Hay quien dice que el caballero es fruto de una educación machista, yo le llamo educación y punto. Forma parte del cortejo. Igual que nosotras nos ponemos ese conjunto que nos sienta de miedo, nos maquillamos y ponemos la mejor de las sonrisas cuando estamos con el sexo opuesto, ellos nos brindan pequeños detalles que nos llegan al alma. Tengo un amigo que incluso camina por el lado de los coches y te deja a tí la parte interior de la acera. ¿No es un detallazo?

Tengo suerte y la mayoría de mis amigos, he de reconocer, tienen esos gestos. Pero de vez en cuando te presentan a algún elemento que no hay por donde cogerlo. No sólo no se molesta lo más mínimo en hacerte sentir estupenda sino que se toma la delantera en todos los privilegios que tenemos por ser mujer.

Espero que el hombre caballeroso vuelva a ponerse de moda porque, chicos, tengo que deciros que eso nos encanta y suma muchos puntos en el ranking.

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