martes, 30 de marzo de 2010

Los celos

Desde que somos pequeños, el sentimiento de los celos aparece en nuestras vidas. Sólo hay que leer "El príncipe destronado" de Delibes para rememorarlo; el pobre niño que se siente desplazado en el amor de sus padres ante la aparición de un nuevo miembro en la familia. En fin, ese es un tipo de celos comprensible y que, incluso, nos inspira ternura. Lo que no se puede tolerar es los celos irracionales de una persona hecha y derecha.

Yo tuve un novio que intentaba no llevarme a las películas en las que salía Pierce Brosnan (incluso era capaz de perderse las de James Bond) porque no soportaba que él me gustara. Según él, yo podría abandonarle en cualquier momento que Pierce Brosnan se cruzara en mi camino. Claro, suelo hacerlo, abandono a mis novios por actores de Hollywood que sólo conozco por papeles que interpretan. ¡Es absurdo! ¿Cómo se puede estar celoso de alguien que sólo está en tu vida a través de la pantalla? Pues, por lo visto, se puede.

Yo no soy celosa, creo que una persona está conmigo porque quiere estar conmigo y nadie más. Eso sí, en cuanto veo que quizás hay otro interés en el horizonte, yo me retiro. No compito. Creo que es una lucha inútil. Si te quiere a ti, se quedará contigo, y si no ¿para qué vas a luchar por alguien que no te quiere?

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