lunes, 29 de marzo de 2010

La simpatiquísima

Hay mujeres que son arrebatadoramente simpáticas y, he de reconocer, que me ponen de los nervios. Son esa clase de mujeres que te conocen y al momento te tratan como si fueras íntima. Sin embargo, he de ser sincera: generalmente cuentan historias divertidas con bastante gracia.

Llevan siempre la conversación y te atacan a preguntas. Las primeras son generales pero, poco a poco, van entrando en materia más personal y tu vas notando como, lentamente, el foco que ha encendido ante tu cara, va cegándote más y más. Encima no suelen ser discretas, lo que tú les expliques les puede servir para otra reunión diferente. Lo notas porque te explican cosas que no te haría ninguna gracia que explicaran de ti. Yo he aprendido a salirme cada vez más por la tangente y eludir respuestas claras cuando una de ellas empieza a interrogarme, pero aún así, siempre se llevan un cachito de información que preferiría no haber dado.

Están en todas partes, pero son fácilmente identificables. Cuando te las presentan, te dan dos sonoros besos con una sonrisa de oreja a oreja y suelen decir: "por fin te conozco, he oído muchísimo hablar de ti". En ese momento, busca una silla alejada de la suya y deja que otra sea la víctima de su simpatía. Pero no te alejes demasiado porque lo que explique será siempre ameno.


No hay comentarios:

Publicar un comentario