jueves, 27 de enero de 2011

¿Deporte o bigamia?

Me encantan Los Simpson. Homer representa el hombre básico por excelencia y Marge la abnegada esposa que se lo perdona todo. Ayer vi un capítulo al mediodía en el que reaparecen las dos mujeres con las que se casaron Homer y Flanders en Las Vegas. Todo el capítulo es un disparate pero además hay un momento en que muestra claramente esa clásica forma de pensar del hombre: a ver si me escaqueo. Marge, enfadada por lo de la segunda mujer, hecha de casa a Homer y deja de hablarle. Pasan los días y una noche sale a verlo y le dice "Homer, tenemos que hablar". "¿Vuelves a hablarme? pregunta Homer emocionado y continúa "¿De qué quieres hablar? ¿De deporte? ¿Bigamia?" A lo que Marge constesta muy seria "De bigamia" y entra en la casa. Homer la sigue diciendo "No te gusta el deporte ¿eh?".

Me parece genial, simplemente, genial. Es el intento del escaqueo hasta el último momento. A ver si podemos irnos por la tangente ¿no? Pues no, no siempre se puede ir uno por la tangente. En algún momento hay que coger el toro por los cuernos y enfrentarse a una conversación que sabes que no va a ser agradable. Pero es que hay cosas que no se pueden quedar ahí, en el limbo de las conversaciones (que debe estar a tope, por cierto). Hay que ver el miedo que tienen los hombres a llamar las cosas por su nombre. La frase "tenemos que hablar" les da más miedo que tirarse de un avión sin paracaídas. Si aprendieran que esa frase no es una amenaza sino una oportunidad, otro gallo cantaría, porque cuando las mujeres decimos esa frase es que aún tenemos la esperanza de que el hombre reaccione. Cuando las cosas no van como deberían y nosotras guardamos silencio, temblad, significa que no hay nada qué hacer, que hemos tirado la toalla.

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