jueves, 13 de enero de 2011

Año nuevo ¿vida nueva?

Eso de que por pasar de 31 de diciembre a 1 de enero signifique que es el momento de cambiar tu vida no acaba de convencerme. ¿Por qué esperar hasta entonces? Además, ni que fuera tan fácil cambiarla en ese momento en el que todo el mundo está de vacaciones y pensando en otras cosas.

Yo lo he empezado como cada año. Me puse enferma el día 1, lo que hizo que mi hermano me recordara que empezaba a ser una tradición en mí. Hay que ver lo que es el cerebro, yo, ni me acordaba que el año pasado me pasó exactamente lo mismo hasta que me lo recordaron. Alguna amiga me preguntó si en vez de enfermedad era resaca y no, ojalá hubiera sido resaca y no una gripe que me tuvo cinco días encerrada en casa.

Cuando ya pude hacer vida más o menos normal, ésta consistió en llevar al cine a mis sobrinos, la comida de reyes y quedar con amigos en los sitios de siempre. Cuantas novedades ¿eh? Una vez de vuelta en Madrid sigo igual, mis clases de chino, mi gimnasio, el mismo sitio de desayuno con la misma amiga... Y no me quejo, me gusta esta vida que llevo. Haría ciertos cambios, por supuesto, todo es mejorable, muuuy mejorable, pero tampoco creo que tenga derecho a reivindicar nada.

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