viernes, 21 de mayo de 2010

¡Taxi!

Cada vez que voy a coger un taxi me pregunto ¿con qué me saldrá el taxista esta vez? Tengo una habilidad especial para que me pasen cosas en los taxis. Desde el que me cuenta que venimos de los extraterrestres (sí, sí, me soltó toda una teoría al respecto) o el que le gustaría presentarse a un concurso de historia de la tele porque nadie sabe más de historia de España que él, o el que me cuenta que es pintor... en fin, que tengo cara de "Señor taxista hable conmigo que yo le escucho".

Esos son los divertidos... luego hay el que chocó en pleno Cibeles y me dijo "Señorita bájese del taxi que aquí tengo para rato". ¡Claro que pensaba bajarme de su taxi, loco! pensé yo... ni siquiera preguntó si estaba bien. Sólo añadió "Y no se preocupe que no voy a cobrarle la carrera". Ni yo pensaba pagársela, le contesté. También tuve un percance con un taxista que se enfadó con otro conductor y aprovechó el semáforo para bajarse del taxi e intentar pegarle. Por suerte, se puso verde enseguida y el otro arrancó. O el que decidió perseguir a una moto por la Diagonal de Barcelona porque le había rozado el retrovisor...

En fin, que estoy segura que hay taxistas que son gente normal, y debe haber un montón, pero si hay 20 taxistas y, entre ellos, uno peculiar, seguro que a mí me toca ese... ¡Hay que fastidiarse!

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