miércoles, 12 de mayo de 2010

Sensibilidad

Para algunas cosas tengo la sensibilidad de un hipopótamo. Podéis ponedme un cachorro de labrador delante y no sentiré nada, ya que los animales y yo nos ignoramos. O ponedme "Los puentes de Madison" y si a la media hora no me he dormido es que estoy distraída con otra cosa. En cambio, hay para otras que la tengo a flor de piel. Es cierto, para según qué comentarios, qué actitudes u omisiones (que es lo que peor me sienta) se me hunde el mundo en un segundo. En esos momentos me siento pequeñita, pequeñita y que el universo se ha olvidado de que existo.

Por otro lado, creo que la sensibilidad de hombres y mujeres no tiene nada que ver. Mientras ellos se emocionan con un partido de fútbol, el último modelo de Porsche o recordando las películas de Rambo. Nosotras (¡angelitas!) esperamos que nos envíen ese mensaje tonto pero lleno de sentido, que nos hagan sentir la persona más especial del mundo y que, además, adivinen (sí, sí, nos gustan que adivinen) que te encantaría que ese día te llamara para ir a tomar una copa.

Por lo que creo que, una de dos, o nosotras dejamos de esperar tanto y nos conformamos con lo que hay, o ellos intentan acercarse un poquito más a nuestra sensibilidad. Si no... ¡esto se va al garete! Eso sí, yo voto por la segunda opción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario