miércoles, 23 de marzo de 2011

Lluvia

Vuelve a llover. Hay quien le gusta la lluvia, yo no soy una de esas. Parece que la primavera no acaba de instalarse y yo ya no puedo más de frío y agua. Vale, lo reconozco, éste no ha sido un invierno de los más duros pero ha llovido muchísimo y eso es peor que el frío. Todo el día con el paraguas arriba y abajo llegas a casa con los zapatos calados y el pelo como si hubieras puesto los dedos en un enchufe. Tengo ganas de sol, de terracita, de playa. Sobre todo de playa, pero aun tengo que esperar a Semana Santa y que Aena me lo permita, porque ya se sabe, no depende nunca de uno mismo sino de si el personal del aeropuerto está contento o no con su vida. Dicen que ya han llegado a un acuerdo pero no acabo de fiarme. Así que cuento los días y rezo para que mi avión despegue y aterrice en el destino deseado. ¿Lo hará?

A parte de que hace mal día, además empiezo a tener la típica angustia de que se acerca mi cumpleaños. ¡Aaaahg! Es otra cosa que no llevo bien. Cada día más vieja. Voy cumpliendo años y me parece que me faltan miles de cosas qué hacer en esta vida. Que no me da tiempo. A ver si espabilo porque sino me va a pillar el toro.




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