martes, 1 de marzo de 2011

La indiferencia

Dicen que la indiferencia es una de las mejores armas. Yo no estoy tan segura y eso que la cumplo bastante a rajatabla. Pero es que a veces me gustaría decir a alguien que se ha pasado, o que no puede ir hiriendo a los demás tan tranquilamente. Otras veces, mucho menos constructivas, me quedo con las ganas de dar una patada donde más duele. Así que voy por el mundo con una fama de auto control envidiable. Lo que no sabe la gente es que he llegado a envenenarme mordiéndome la lengua y empiezo a estar un poco cansadita del tema.

No voy a decir que de ahora en adelante voy a cambiar drásticamente y voy a ir soltando por ahí improperios al primero que se me ponga delante, pero voy a intentar callarme un poco menos, ya va siendo hora de que la gente sepa que aunque a veces lo parece, de tonta no tengo un pelo, y que sí que me doy cuenta de lo que ocurre a mi alrededor. Sobre todo, porque a menudo, sin yo quererlo, me entero. La información es poder, o eso dicen, y a mí no hacen más que informarme sobre la vida de personas que, en realidad, preferiría no saber. Porque, seamos sinceros, ojos que no ven, corazón que no siente.

1 comentario:

  1. Me pasa como a ti, y tampoco estoy segura que la indiferencia logre mucho.
    Llevaba meses planteando empezar a soltar cositas, y llevo una semana: y me siento mucho mejor! asi que te lo recomiendo ;)
    besos!

    ResponderEliminar