martes, 12 de junio de 2012

¡Qué tranquilidad!

Desde que el pasado jueves saqué definitivamente de mi vida a un "torpe", siento una extraña calma. Digo extraña porque hacía mucho tiempo que no la sentía y estoy rara, felizmente rara. Es como si me hubiera sacado un peso de encima, sólo que no sabía que lo tenía hasta el momento en que he decidido ¡basta!
Lo único que me preocupa es que no tengo claro si esta calma es la de después de la tormenta o la de antes de un tsunami. Ya sabéis, ese momento en que el agua del mar está como un plato y las olas se retiran suavemente de la playa para de pronto volver conjuntamente en forma de ola gigantesca (parece que la naturaleza también conoce ese dicho de que la unión hace la fuerza). Basándome en mis antecedentes, tiene más pinta de ser la calma del tsunami, pero como no tengo ni idea por dónde va a venir la ola, he decidido no darle más vueltas, al fin y al cabo, si ha de llegar, llegará de todos modos. No es que yo sea de las que "viven el momento" y actúe por impulsossin pensar en mañana, pero por un ratito voy a disfrutar de esta tranquilidad que tan gratamente sorprendida me tiene.

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