lunes, 27 de febrero de 2012

Fiesta de solteros

Hace unos fines de semana fui a una fiesta de solteros. Fui totalmente engañada. Había quedado con una amiga para ir a una inauguración de un espacio de artistas. Otro amigo nos acompañó diciéndome: "luego podemos ir a la inauguración de un nuevo local. Una amiga mía está colaborando en el evento. Será divertido." Le dije que sí. Cuando llegamos al lugar nos recibió la que "colaboraba en el evento" (que no era otra que una de las organizadoras), mientras mi amigo se detenía en la entrada. Lo primero que nos dijo fue: "bueno chicas, esta es una fiesta para conocer gente, así que si se os acerca alguno en la barra, hablad con él". ¿Cómo? ¡Ay! Sonreí y decidí que ya tenía toda la información necesaria. Volvió nuestro amigo. ¿Tú sabías que esto era una fiesta de solteros? Me mira y me dice: "sí, es que cuando ella (por la de la puerta) me pide que vaya a algún sitio no me puedo negar, es tan encantadora..." Ya, ya, todo eso está muy bien, tu no puedes decir que no, pero me gustaría tener la oportunidad de decidir por mí misma. Yo, para acabarlo de arreglar, me había puesto una minifalda y taconazo por lo que encima parecía que iba pidiendo guerra. Si en realidad, yo le hubiera acompañado aún sabiendo a lo que iba, pero definitivamente me hubiera vestido sin enseñar pierna. Ya la gota que colmó el vaso fue cuando le expliqué lo de "la barra" y su respuesta fue: "Ah, no, ni se os ocurra". Hay que fastidiarse. No es que tuviera ningún interés especial pero que te lleven a una fiesta de solteros sin poder formar parte de ella, ya me parece un absurdo.

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