martes, 19 de abril de 2011

Playa

Playa, playa, playa. ¡Por fin! Creía que este día no llegaría nunca. Madrid está muy bien, pero como dice la canción "vaya, vaya, aquí no hay playa". Y se nota. Tengo ganas de estirarme al sol con mi ipod y olvidarme del mundo durante horas o tumbarme en la terraza con un libro y un vinito pasando del reloj (cosa que hago en cuanto aterrizo en Ibiza). Espero volver con un poco de color. Eso sí, este año vuelvo más vieja, me gustaría evitarlo pero no es posible. Ley de vida. A la única que puedo engañar es a mi sobrina de 3 años, a la cual he convencido de que este año cumplo 22, total a ella eso ya le parece suuuuuper mayor y yo en cambio me quedo encantada. Pero es la única que se deja, los demás me miran con cara de "¡que te crees tú que va a colar!" Bueno, de ilusión también se vive. Lo sé, el autoengaño nunca lleva a nada bueno, pero es que yo, la mayoría de las veces, me siento y actúo (lo reconozco) como una pipiola.

Sé que dicen que no va a hacer buen tiempo, pero no quiero aguarme la fiesta antes de llegar, vamos a disfrutar del momento y si al final llueve, pues llueve, qué se le va a hacer. De momento estoy disfrutando como una enana preparando una maleta llena de biquinis y pareos ¡yupi!

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