martes, 5 de abril de 2011

El mensajero

Dicen que siempre matan al mensajero y que por eso es mejor quedarse al margen. El otro día discutía con unos amigos sobre el hecho de que si mi marido me engañara, me gustaría saberlo. Ellos eran de la opinión que era mejor no intervenir, como mucho, hablarían con el que engaña y no con el engañado.

Estoy de acuerdo en que a no ser que estés completamente seguro de que le está engañando, es mejor no decir nada. Y que también depende de la relación que tengas con esa persona. Creo que has de tener muchísima confianza para decir algo así. Pero una vez se cumplen ambos requisitos, hay que decirlo y luego que esa persona haga con la información lo que mejor le parezca. Es mejor estar informado que ser la única que no sepas que tu marido te engaña y que se te ponga cara de idiota cuando te enteres, porque al final, sí o sí, todo se sabe.

Pues no estaban de acuerdo. Según ellos, si dices algo así y resulta que ya lo sabía o que vuelve con él, tú eres el perjudicado porque has sido el mensajero de tan malas noticias y, normalmente, pierdes la amistad que tenías con esa persona. Así que quedé con ellos que si algún día se enteraban de que me engañaban y no querían decírmelo, les pedí que se lo dijeran a mi hermana, que ella sí que me lo diría. Pero que en cambio, si me enteraba por otro lado y ellos lo sabían, entonces sí que me costaría mucho volver a confiar en ellos.

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