lunes, 25 de abril de 2011

Bici nueva

Me han regalado una bicicleta por mi cumpleaños. La pedí yo para hacer algo de ejercicio ya que, en Ibiza, el plan es tumbarse al sol, comilona, tumbarse al sol, vinito, comilona y tumbarse a leer, y así día tras día, lo que es genial para relajarse pero vuelves a Madrid como una pelota y empiezas el otoño de muy mal humor. Así que pedí por mi cumple una bici , de paseo, por supuesto, no tengo ninguna intención de convertirme en la nueva Indurain.

Lo increíble de la bici ha sido que, además de hacerme moverme un poco, he descubierto que tengo una fama de patosa descomunal. Todo el mundo al que se lo contaba se sorprendía ¿tú en bici? La primera, mi madre, que me preguntó si ya me acordaba de montar en bici. ¡Por favor! Es un manillar y dos ruedas no un cohete espacial de la NASA. Mis amigos tampoco han sido muy sutiles que digamos; que si me he comprado un casco o que si no me he caído el primer día. En fin, lindezas de este estilo entre risita y risita y el comentario de casi toooooodo el mundo "no te veo en una bici".

Pues he de deciros que no, no me he caído, que no tengo ni idea de si me sienta bien o no, porque es simplemente una bici no un traje de alta costura, y que estoy encantada con ella.

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