miércoles, 12 de diciembre de 2012

Los candidatos

Ayer estuve hablando con una amiga que me preguntó cuando llegaba a Barcelona. Entonces soltó la "gracia". Tengo un chico perfecto para ti, te lo presentaré cuando vengas. Se me empezaron a quitar las ganas de llegar. En serio y además se lo demostré. "Bueno, nunca es malo conocer gente nueva" añadió para ver si así yo ponía algo de entusiasmo. No lo consiguió. Luego empezó a venderme la moto: es fantástico (ya veremos), os parecéis en muchas cosas (malo, malo), es encantador (¿de serpientes?), educado (¿por quién?), etc. Yo escuché el cúmulo de virtudes sin inmutarme. Luego, viendo el poco éxito conseguido con ese candidato, me contó que tenía un segundo elemento preparado ¡genial! No quieres taza... Esta vez no se molestó en vendérmelo con tanta insistencia, sólo dijo que podría ser mi tipo. ¿Mi tipo? Ni siquiera yo sé cual es mi tipo. Me han gustado los individuos más variopintos así que no sé como va a ser mi tipo si no tengo ninguno. Y así estamos, a punto de llegar a casa como El Almendro y sin saber muy bien como voy a escaquearme de tanta presentación. Probablemente no me quede más remedio que conocerlos, ya os contaré el desastre.

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