miércoles, 23 de julio de 2014

¡Mare de Déu, Senyor!

He vuelto al Sur y tres días después sigo recuperándome. Definitivamente llevan otro ritmo, tienen otro estómago y tienen otro hígado. Enlazas comida con cena, cena con recena y recena con desayuno. Y vuelta a empezar. Todo eso animado con manzanilla, rebujito, vino o copa. Más bailoteo, primero el flamenquito y luego el DJ de turno, y si quisieran, harían que bailaras incluso "La barbacoa" (que es una de esas canciones que has jurado que por encima de tu cadáver bailarías). ¿Y dormir? ¿Qué es eso? Y así pasas un fin de semana y cuando llegas el domingo a tu casa eres una piltrafilla, una sombra de ti misma y te das cuenta que la edad no perdona. Pero mi lado más positivo exclama ¡Pero que me quiten lo bailao! Sí, sí, que te quiten lo bailao, dice tu conciencia, pero estamos a miércoles y aun no estás 100% recuperada y te recuerdo que este fin de semana vuelves a tener que hacer maleta. No puedo esperar a que sea 1 de agosto y despertarme en mi isla bonita, ir a la playa y desconectar completamente del mundanal ruido. ¡Ayyyysss! Ya la veo, ya veo la luz al final del túnel.

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