jueves, 27 de marzo de 2014

Operación Merengue: fase II

Sigo con la Operación Merengue. La fase I, ya os la conté, fue un verdadero fracaso, así que decidí pasar a la fase II. Alguien me dijo que lo que tenía que hacer era enamorarme. Se me saltaron las lágrimas de la risa. Pero tenía su fundamento: cuando te enamoras eres cursi, blandengue y vas con cara de idiota por el mundo. ¡Terapia de choque! Y me puse a ello. Pero no pasé de la primera línea. Lo primero de todo es buscar el objeto de enamoramiento y para eso debe reunir ciertos requisitos indispensables. Primer requisito: ha de ser un hombre, es lo que me gusta. Y con esa manía de no ser liberal, ya me he cargado a la mitad de la población. Segundo requisito: soltero. Bueno, ahí hay más posibilidades las cuales se reducen drásticamente en cuanto pasamos al tercero: más de 40 años. Pero de pronto se me encendió la luz. ¡Lo tenía! Tenía al hombre del cual yo era capaz de caer rendida y cumplía estos tres requisitos: George Clooney. Era perfecto. Pero la razón me hizo añadir un cuarto requisito: accesible, es decir, que existiera, aunque fuera mínima, la posibilidad de tomarme un Nespresso y así poder pasar a la segunda línea: que me enamore. No pudo ser... así que la fase II ha sido abortada por falta de material. Tendré que pensar en la fase III.

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