Lo del chantaje psicológico se les da muy bien a algunos hombres (y algunas mujeres también, lo reconozco). El asunto es impedir que te diviertas si no están ellos. No vaya a ser que te des cuenta que tú no los necesitas para pasártelo en grande. Entonces es cuando intentan girar la tortilla de distintas formas: o se ponen malííísimos, o "justo" ese viernes te habían montado una cena sorpresa y habían cocinado para ti (cuando hasta entonces no sabían lo que era una sartén), o habían alquilado ese pastelón de película (que llevabas meses pidiendo) para verla juntos.
Lo peor de todo es que caemos. Lo consiguen, consiguen que nos sintamos fatal por estar tomando una cerveza en un bar en vez de estar con ellos cuidándolos, cenando o viendo una película. Lo que en realidad no sabemos es que, mientras a nosotras se nos comen los remordimientos, ellos han encontrado un partido de fútbol en la televisión y se han olvidado del mal rato que nos han querido hacer pasar.
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